Aiden Black
—...Estamos hablando de un caso de abuso infantil, ¿como diablos podrías ser capaz de enviar a esta familia a la cárcel?— Las palabras resuenan en mi cabeza pero se mantienen superficiales. Realmente nada se queda dentro.
La abogada sigue luchando por nosotros. Mi mirada se dirige hacia Annalise, quien ha llegado hace unas pocas horas. No me atrevo a hablarle.
—Han sido complices de un asesinato.—El juez reafirma su posición.
—Ninguno de ellos ha asesinado a nadie. No hablar por temor a abuso previo, eso, señor juez, es una conversación completamente diferente.— Decido mirar a donde sea menos hacia el frente.
Miro como la pierna de Allen se mueve rápidamente de arriva a abajo. ¿Estará pensando lo mismo que yo?
No. Allen siempre fue el favorito. Seguramente el si sabe donde están escondidos papá y mamá, y seguro sabe que es lo que harán. No como los tres idiotas sentados a sus lados.
—¿El video no fue suficiente?— La abogada habla. ¿Quién es? Siempre me ha parecido extraño como los abogados pelean por personas que no conocen, pero bueno, cualquier cosa por dinero, ¿cierto?
Apenas me doy cuenta del enorme dolor en mi cabeza, llevamos tres días así, primero parece que las cosas avanzan, y después se atrasan. Llevan testigos, empeoran las cosas o las mejoran, simplemente estamos atascados y yo lo único que quiero es salir de aquí. Y fumar. Fumar estaria bien.
Las puertas se abren. No me molesto en mirar.
—Son sus padres.
Mis ojos se abren como platos. Mi respiración agitada. Sudor en mi pecho. Trago saliva y miro a mi al rededor. Son las 3 de la madrugada. Enciendo la luz de noche y me siento en mi lugar.
—Dios, ¿que me esta pasando?— Con mis manos tallo mis ojos tratando de mejorar mi visión. He tenido bastantes episodios así, para saber que no hay otra opción.
Me pongo la ropa de ejercicio que tengo en el cajón, tomo mi maleta con las cosas y salgo. El apartamento esta apagado. Completamente en silencio. Antes de irme, asomo mi cabeza a la habitación de Annalise. La veo profundamente dormida, lo cual me transmite paz.
Salgo del apartamento, e incluso el camino en el elevador me parece eterno. Mi camioneta me espera aparcada donde siempre, me subo y manejo hasta el gym de la universidad.
Camino directo hacia la zona bastante familiar, saco mis vendas y comienzo a vendar mis manos.
Una vez listo, comienzo a golpear el saco de boxeo.
He encontrado que de esta manera puedo desahogarme sin herir a nadie, y es una buena manera de mantener mi mente en blanco.
—Son sus padres.
Últimamente algunas frases hacen eco en mi cabeza. Lo cual me obliga a golpear mas fuerte.
—Annalise lo sabe todo...
Golpeo aún mas fuerte.
—Tus padres se suicidaron...
Otro golpe.
—Si, pues yo digo muchas cosas. Creo que los dos sabemos mentir...
No...
—No, yo estoy perdidamente enamorada de ti.
¡NO! Recargo la frente sobre el saco de box y trato de calmar mi respiración. Esto solo me hará tener un ataque de pánico. Camino hacia la maleta por mis audífonos y pongo música a todo volumen.
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Colder Emptiness
Romance"Mis hojas están cubiertas de rojo, y no quiero manchar las tuyas," ¿Que es la vida después de cambiar por completo el futuro de una familia? Eleanor Munroe lucha por encontrar su camino en un mundo lleno de injusticias, y un chico de ojos azules q...