《 Rêves 》

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Era un poco estresante ver como iba y venía, como el tiempo se les resbalaba de las manos, la vida podía acortarse en un cerrar y abrir de ojos.

Había encontrado un espacio para depositar su amor, habia encontrado a una persona que le hacia sentir especial, a pesar de que el no le diese tanto la razón o en ella no se notara, pero, ahí estaba, todo el sentir del amar y querer, deseaba tomarla entre sus brazos y cuidarla de todo lo que le pudiera dañar, pero, ya no hacia falta.

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Se despertó de un largo sueño y sus ojos contemplaron la reluciente luz de la mañana. Se sentó en la cama arrastrando su pierna, se limpio ambos ojos y miró detenidamente a la ventana.

-Buenos días, capitan- Entro la joven que alguna vez estuvo dispuesta a asesinarlo si hubiese tenido oportunidad.

-Buenos dias Gabi- La miro recojer su ropa sucia y acomodarla en un canasto que ella llevaba.

-¿Iremos a verla?- Hizo una pequeña sonrisa que era obvia.

Levi miro sus manos en busca de las cicatrices de dos dedos que ya no existían. Miro a la joven y le asintió.

Esta le regreso el gesto y salió de la habitación cerrando la puerta tras si.

Un día como este, solo le traía más y más recuerdos, al que alguna ves había sido capitán de un gran ejército de hombres y mujeres valientes, que después le desobedecieron tras opciones y opciones que el no compartía ni apoyaba.

Tomo su bastón que acomodaba al lado de la cama y se fue lento a la ventana. Ahora cada mañana y cada noche, miraba por esa ventana, esperando una señal...una señal que no llegaría.

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Cuando una hora había pasado se dirigió al comedor cojeando por la desgracia de su pierna mala, y al ver su silla de ruedas se sentó rápido en esta, dejando el bastón a un lado.

-Buen día Levi- Se acerco Onyancopon con su dulce sonrisa.

-Buen dia- Costesto el pelinegro yendo en ruedas al lado de la mesa que le correspondía.

A una habitación de distancia se escuchaba a Falco y Gabi hablando entre murmullos, se le hacía curioso, pero lo dejo pasar para mirar a Onyancopon que preparaba té y los platos para colocarlos sobre la mesa.

-Debes estar ancioso de ir ¿No es asi?- Este miro al hombre con una mirada acertada.

Más Levi solo lo miro unos segundos y bajo la mirada, haciendo que el moreno dejara de hacer lo que hacía y que fuera a su lado tomado una taza y dejándola en la mesa.

-Sabes, estas más callado hoy, de seguro si estas ancioso...- Se retiro a traer los platos.

-Llevo esperando verla desde hace mucho- Soltó con cuidado entre el sonido de platos de cerámica siendo colocados en la mesa.

-Lo se amigo, muchos queremos verla ya, es indescriptible el que no este a nuestro lado.- Se quito el mantel de cocina.

Ya preparada la mesa, los dos jóvenes se sentaron junto a Onyancopon. Agradecieron por los alimentos y prosiguieron a comer, tratando de no preguntarle a Levi más de lo debido, pues, se notaba aflicción en su ya cansada mirada.

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Después de terminar el desayuno, los cuatro que vivían en la misma casa se encaminaron por la secas y predragosas calles de la ciudad, Levi llevando sus manos cruzadas meditaba en que decirle, como corresponderle al hablarle, más Gabi y Falco se regalaban miradas de complicidad y Onyancopon solo saludaba y sonreír a los ciudadanos.

•⊰ 𝐁𝐨𝐬𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐩𝐨𝐥𝐚𝐬 ⊱•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora