~Este OS fue inspirado en un AU de Ambaart_ y asi mismo se le dedica este escrito. Espero te guste ♥︎
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Tenía en sus manos la soberbia y acides, que delante de los ojos de muchos eran sus verdaderas actitudes, pero, todo eso era solo esa imponente máscara a lo que le molestara por completo, y una de esas cosas, fue lo que su madre le había dicho. Era un joven que se había criado sin hermanos y debajo de estrictas normas, más el peso de un apellido con renombre desde este a oeste.
Paris en sus inicios del siglo XX (20), epoca donde habían trascurrido un sinnúmero de cosas de las cuales se huía o se permanecía. Kushel Ackerman madre del Joven Levi Ackerman, había pensado aprovechar esto, buscando institutrices para educar más a fondo a su hijo y no dejarle riendas sueltas a esto. El joven obviamente se negaba a ello.
"Ya era mayor para tener una institutriz" pensó en eso. Su madre, había tenido tal idea ya que quería que su hijo fuese aún más un hombre de bien. Eran una familia de renombre así qué era más que importante la buena educación en los menores que iban creciendo. Y el, por el amor hacia su madre y familia, termino accediendo, pues, debía de pensar en que eso le traería un bien.
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Era una mañana un tanto fría, el joven permanecía sentado en un cómodo sofá leyendo poesía romántica, la que secretamente era su favorita, pero al escuchar unos pasos bajo el libro cerrando su tapa y un par de segundos se encontro con una mirada de chocolate que le hizo tener escalofríos.
"¿Quien es?" Pensó aturdido.
Esta la miro curiosamente.
Escucho otros pasos llegar a ellos.
-Hijo mío, me complace presentarte a Hange Zoë, tu institutriz.- Sonrió su madre.
La joven regalo una sonrió ante quien seria su nuevo alumno, y, un tipo de dolor de cabeza.
-Me es un enorme gusto conocerle, señorito Ackerman.-Brindo una sonrisa cálida invitándole un saludo.
Por cortesia, Levi le estrecho la mano sin darle la gran importancia.
-Bueno, es hora de llevarla hasta su habitación donde podra quedarse el tiempo que tome su enseñanza.- Concluyo la mayor llevándose a la joven del brazo y invitando a su hijo a seguirlas.
El había tenido su respuesta a quien era esa mujer. Iba pensado en ello cuando noto la maleta que ella llevaba, la que ni había notado antes de todo.
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-Bueno, me es un gusto conocerte, tu madre me hablo un poco de ti, pero, eso no quiere decir que te conozca.- Recito dulcemente la mujer caminado al lado del chico quien no deseaba contestarle en nada.
Ella solo observava sus facciones; su seriedad, la timidez que guardaba y un tipo de orgullo ácido para un jovencito de dieciséis años, lo cual se le podría rebajar a medida fuese creciendo. Ambos llevaban pasos tranquilos hacia la biblioteca del hogar, donde la paz reposaba.
-¿Que me enseñaras?-Pregunto el con tono aburrido llegando a las puertas de la habitación.
-Todo lo que yo pueda saber.- Dijo, tomando los pomos de las puertas gemelas.
-Algo de historia, arte, danza, y, talvez matemáticas...- Sonrió con malicia.
El rodo los ojos, molesto.
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"Es artante" Pensó, Mirando a su institutriz cantar unas cancioncitas para niños mientras buscaba libros de historia, cantaba muy bien, pero canciones para niños pequeños no le eran interesantes al de ojos grises.