Observó donde se encontraba, como si no lo hubiera hecho ya y como si no conociera de memoria el lugar. Lo único agradable era el olor a limpio, al alcohol desinfectante y la suave fragancia a lavanda que le daba el toque especial a la sala. Por que todo era blanco, blanco, ¡tan blanco! Que le ardían los ojos. Y quizo llorar en cuanto su madre se quedó fuera, quiso huir, salir corriendo.
Si tan solo tuviera dos piernas con las que correr al menos.
Soltó un suspiro, resignandose a su pobre destino. Entonces miró al hombre de cabello gris que con su ropa, como todo a su alrededor, le cegaba.
—Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que viniste, ¿no crees?
Asintió como toda respuesta. No quería hablar ese día. Corrección, no tenía intenciones de hablar con el doctor. Por que una cosa es que Kim estuviese asistiendo a terapia por lo que le había ocurrido recientemente y obvio apoyaba la idea, pero otra cosa muy distinta era que él retomara las sesiones por que a su madre se le ocurriera que eran necesarias. Aún siendo consciente de que lo eran.
No quería.
» —¿No vas a hablarme?—ante la mirada neutra del menor, el médico suspiró—. Ya viví esta historia y sé como termia, por favor no lo hagas. Nadie quiere que el Jeongguk de antes regrese.
Cuando el pequeño salió de cuidados intensivos, luego del accidente, conoció a Park Chanyeol. Era amigable, le prestaba juguetes cada vez que iba a su consultorio y el infante no le temía tanto como a los señores que querían estarlo pinchando y lastimando sus brazos. Lo único que le molestaba era el blanco de las paredes, y los ruidos fuertes. La silla arrastrándose en el suelo, la puerta con las bisagras chirriantes, los golpes en la puerta. Odiaba el hospital. Pero más odiaba no poder hablar con el doctor Chanyeol tanto como él hubiera querido, por que, por más amigable que fuere, Jeongguk no tenía ganas de exteriorizar sus sentimientos. Y eso llevó a que Jeon recallera en el hospital por ataques de ansiedad y autolesiones mucho tiempo seguido, hasta que por alguna razón dejó de hacerlo.
El doctor no quería regresar a eso. Y el menor tampoco.
—Estoy bien—soltó luego de un par de minutos en los que vaciló entre rendirse e intentar hablar aunque fuere un poco o mantenerse en silencio.
—Me alegra oír eso—sonrió con sinceridad, recostandose en su asiento para aligerar lo mayor posible el ambiente—, y dime, ¿que has hecho ésta semana?
—Regresé a casa hace poco, estuve viviendo con mi tía unos meses.
—¿Al estilo vacaciones?
Asintió con la cabeza. Si, definitivamente al estilo vacaciones.
—Hice amigos—sonrió ante el recuerdo de los desastrosos y alborotados chicos -, son dos. Hyunjin y Félix. También conocí a Yougyeom, a él le gusto, pero no siquiera me cae bien... y me regaló esto—le enseñó el collar al doctor, pero no esperó una reacción antes de volver a esconderla bajo su ropa—. Félix no habla demasiado hasta que se siente comodo, es preciso con lo que dice y es quien más me entiende, por eso es mi mejor amigo. Hyunjin es extrovertido y un poco hiperactivo, siempre tiene algo para hacerte reír.
—Parecen ser buenos chicos.
—Sí, lo son—sonrió en grande.
—Con respecto a Yugyeom—se aclaró la garganta—, ¿cómo respondes ante los sentimientos del chico?
—Me parecía extraño que le pudiera llegar a gustar aún siendo... cómo soy—tosió incómodo con sus propias palabras, evitando la mirada del mayor— pero ya había notado que Taehyung desde antes también se sentía parecido, y sinceramente Yougyeom hizo varios comentarios sobre mí que no me gustaron para nada, y no hablé después del casamiento hasta el momento en que estaba por viajar hacia aquí.
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𝗘𝗹 𝗵𝗶𝗷𝗼 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗞𝗶𝗺 ミ 𝗧𝗮𝗲𝗚𝗴𝘂𝗸
FanfictionDesde que Jeongguk regresó a Seúl con su madre, no pudo quitarle los ojos de encima al peculiar hijo de los Kim. Y desde que Taehyung conoció a Jeongguk poco a poco se fué confundiendo aun mas, pero entendió que lo suyo con Hoseok no iba más. •.•.•...