Desde que Jeongguk regresó a Seúl con su madre, no pudo quitarle los ojos de encima al peculiar hijo de los Kim.
Y desde que Taehyung conoció a Jeongguk poco a poco se fué confundiendo aun mas, pero entendió que lo suyo con Hoseok no iba más.
•.•.•...
Las luces de la ciudad junto a la luna eran la única iluminación que tenían por ser pasadas las doce de la noche. El balcón de la casa del menor jamás se había sentido tan armonioso, quizá por que ya no eran un par de chiquillos inquietos.
──¿Recuerdas cuando éramos más pequeños, Nam? ──Apoyó el mentón en los cabellos marrones de quien estaba recostado sobre su pecho y sentado entre sus piernas.
──Sí, odiabas a mi hermano.
No era exactamente la respuesta que él quería oír, por lo que suspiró con pesadez. Se esperaba mas algo como "Oh, si, nos pasábamos todas las tardes jugando a las atrapadas en mi casa" pero Namjoon se caracterizaba por ser inoportuno.
Con el paso del tiempo se dio cuenta de que no era odio hacia Jimin, sino celos de no poder tener a su hermano así como él. Fuera enfermizo o no, había desarrollado sentimientos por su hermanito del orfanato, y aunque no era algo reciente seguía siendo igual de chocante. Le gustaba Namjoon, y él lo sabía, pero su corazón también latía desenfrenadamente cuando YoonGi se recostaba a su lado buscando calor. Cuando los hermanos Park regresaron a su ciudad natal, las cosas cambiaron bastante; tanto, que entre YoonGi y el empezaron a pasar cosas, totalmente sanas, por un común acuerdo que jamás se habló pero estaba ahí. Con el regreso de los hermanos, nuevamente todo dio un giro. Namjoon y Seokjin lo hablaron, y querían intentar tener una relación formal. Ya ninguno era un niño. Y aunque todos fueron conscientes de los celos de YoonGi al principio, ahora él y Jimin parecían estar muy bien juntos con lo que sea que tuvieran.
Entonces, problema resuelto.
──Namjoonie, ¿cómo puedo odiar a mi cuñado?.
──Pensar en el pasado me pone triste ──Respondió en cambio──, en esos meses antes de que nos fuéramos y en los años siguientes. Fue todo... muy duro.
El menor de los Park había estado enfermo, lo que comenzó como un simple resfriado terminó en bronquitis y el empeoramiento de su asma. Seúl se caracterizó desde siempre por ser una ciudad bastante fría en toda estación climática, y con unos cuantos descuidos de los menores todo se fue al caño.
El motivo de su regreso a Busan, solo se debió a la mejora de Jimin. Seokjin lo sabía perfectamente, él también había llorado al ver al menor en el hospital.
──Perdóname ──Susurró.
Por que no debió abrir la bocota, y por cosas de las que Namjoon no tenía idea.
──Pero ustedes me hacían feliz, ¿sabes? YoonGi, Taehyung y tú. Y ahora... bueno, ya sabes como está todo.
──Namjoonie ──Suspiró su nombre cuando el menor se movió con intensiones de ponerse de pie──, ¿dónde crees que...?
La idea del menor jamás fue marcharse a ninguna parte, simplemente quería cambiar la posición. Le sonrió con picardía, sentado con las piernas alrededor del cuerpo de su novio y la manta extendida en su espalda hasta casi tocar el suelo.
──Creo que me dió hambre de repente, hyung.
El mayor solo pudo reír, dejándose hacer bajo las manos ajenas.
Había notado que Park estaba un tanto más hormonal que de costumbre, pero nunca llegaban a nada más íntimo. Y él estaba bien con eso, mientras Namjoon se sintiera cómodo; por su parte jamás había estado con alguien de esa manera y no estaba muy seguro de su rol o si debía cumplir alguno, pero entre los dos generaban un ambiente cómodo y consensuado que sinceramente le encantaba.
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