Capitulo 25

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"C" observaba con detenimiento a Nora, esperando pacientemente a que recompusiese sus ideas y empezase a fusilarle con sus preguntas. "C" estaba intrigado, no tenía ni idea de por dónde querría empezar, pero sobre todo, le intrigaba lo "bien" que se lo había tomado, con sinceridad, lo que él se esperaba cuando lo descubriese, es que le saltase directamente a la yugular nada más volver a verle... y no esto... esta "calma". Vio que esta le miraba fijamente, que carraspeaba y se preparaba para empezar... así que, él también se preparó...

-      Bien, este último viaje, no fueron negocios, ¿verdad?

-      No, sí que fueron negocios, contraté unas cuantas partidas de Té. El de allí es francamente bueno, y estaba a muy buen precio, podre sacar un amplio margen de beneficio por ello.

-      Pensé que sería por otra cosa...

-      Bueno Nora, la verdad es que si, también tienes razón en eso, no debería, pero hare una excepción contigo por esta vez, te lo diré. Estuve en Kenia, porque era el modo más seguro para entrar en Somalia sin que se reflejase en mi pasaporte, algo vital para mí sí quiero evitar colocarme en el punto de mira de quien no debo. En el sur del país, cierto individuo estaba adquiriendo excesivo poder, podría haber llegado a ser muy peligroso para los barcos de la zona, así que, me contrataron para eliminarlo, que es lo que hice —la miró muy serio-, junto con dos de sus lugartenientes de confianza. Pero también, es cierto lo que te he dicho del Té, no he mentido, en Kenia hice negocios antes de regresar, negocios de verdad, tanto para obtener beneficios, como para justificar de forma evidente mi viaje de negocios.

"C" vio como Nora se quedaba callada tras la respuesta, analizando lo dicho, sin dejar de mirarle detenidamente. Esperó pacientemente de nuevo a que ella estuviese dispuesta a seguir con la conversación. Nora por su parte estaba asombrada y desconcertada, tenía cada vez más claro que estaba enamorada de "C" hasta donde no pensaba que se pudiese estar de ningún hombre, si todo esto fuese de otra persona... pero joder, es que era muy difícil para ella aceptarlo... Era... como descubrir a otro hombre completamente distinto del que pensaba que era...

-      Entonces, trabajas para tu país.. o... no se...

-      Trabajo para mí mismo, podrías definirme como mercenario si quieres. Mi principal cliente es el tuyo, y de hecho, se podría decir que es mi... intermediario con otros países.

-      No entiendo...

-      El hombre de la CIA en tu embajada, Robert Taylor, es mi "enlace", el me da el trabajo por así decirlo. Es el único que me conoce físicamente y sabe quién soy realmente, nadie más lo sabe. Toda comunicación conmigo, proceda de quien proceda pasa siempre por el... fue una exigencia mía para trabajar para Estados Unidos, como estaban muy interesados en ello, accedieron, aunque cierto que no sin muchas reticencias y pegas por su parte, pero al final, tragaron.

-      Entonces si otro país...

-      Contactaría con la CIA, ella le informaría a Taylor, y el a mi...

-      Eres... eres... un... -trago saliva- ¿eres un asesino entonces?

-      Jajajajajaja —rió con tristeza-, si, lo soy, lo cierto es que lo soy. Pero veras, ahora mismo podrías considerarme igual a lo que tú eres en cierto modo, al fin y al cabo, trabajo para el gobierno de los Estados Unidos, como tú. Tú dependes del pentágono, de su ejército, y yo de Langley, de sus servicios secretos... y ambos hemos matado al servicio de los Estados Unidos.

-      Ya, entonces no eres un asesino, digamos que eres una especie de agente de campo de la CIA, ¿no? —pregunto Nora intentando autoconvencerse de ello.

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