Desamor [Tk] ✔

Capitulo 9

Tres días sin pelear.

O bueno, al menos sin tener peleas fuertes.

—La Bruja te va a echar la bronca encima —le advirtió Tae cuando salieron de la casa el martes para ir a presentar la carta con las firmas y la queja.

—Que lo haga. Tengo quince personas que me guardarán la espalda.

Tae avanzaba con YeonJun en brazos. Estaba dormido. El día anterior había estado jugando en la plaza todo el día.

—Ojalá que la saquen. 

—De todas formas ya lo sacamos del turno tarde —contestó Tae.

—Sí. Pero si hay otra situación similar no será bueno para ellos. ¿Sí entiendes?

—Sí, comprendo.

Ambos llegaron a la escuela y esperaron a los demás padres que estaban de su lado. Luego entraron todos juntos y fueron directo a la oficina del director. El director no quiso saber nada y luego Taehyung amenazó con llamar a la policía.

Finalmente el director tuvo que aceptar la carta. Les dijo que luego hablaría con la maestra.

. . .

—¿Te iras a trabajar?

—No, ya les dije que no iría. Me tomé el día.

—Sí, igual yo.

Ambos caminaron todas las cuadras hasta su edificio. Subieron al departamento y se miraron en medio de todo ese silencio.

—No hemos discutido mucho estos días.

—Es todo un récord —Dijo Tae revisando su mail. Abrió uno y puso cara de sorpresa.

—¿Qué pasó?

—Me contrataron.

A Jungkook también le sorprendió eso.

—¿De veras? ¿En donde?

—Hay una libreria cerca de aquí. El turno es de tres a nueve. No son tantas horas y el sueldo no está tan mal.

A Jungkook de verdad le impresionó.

—Eso es genial.

Tae lo miró con una sonrisa en la cara. Sonrisa que hacía tiempo Jungkook no veía.

—Ahora solo queda que tu te recibas.

A Jungkook le dio la impresión de que Tae pensaba que con eso se solucionarían sus problemas.

—Son las últimas tres materias. Ojalá pueda recibirme este año.

Tae le sonrió.

—No puedo creer que me hayan contratado.

Jungkook estuvo a punto de preguntarle si quería que salieran a festejar, pero ellos ya no hacían esas cosas.

Una parte de su corazón se quebró más.

Tae lo miró, intuyendo lo que pasaba.

Él tampoco estaba muy cómodo en esa situación, pero aún así le dijo:

—Hay que ir por una pizza.