Narra Raymond
Los lentes de sol oscuros bloquean aquella mirada felina, tan hipnotizante como sus caderas al moverse, se para justo frente al escritorio apoyando su peso en una sola pierna haciendo que la tela del vestido se alce un poco dejando ver aquel lunar tan poco visible.
Saca la carpeta dónde está el contrato dejándolo sobre la mesa en silencio, la ansiedad me carcome al igual que un miedo indescifrable, la observó en silencio sin quitar el porte de seriedad.
— He pensando mi respuesta — habla guardando sus gafas de sol en su bolso, aún sin verme puedo sentir un gran alivio.
— ¿Y bien? — arqueo una ceja viendo el contrato sin firmar, cuando conectamos miradas le hago saber el porqué aún no está su firma.
— Haremos lo siguiente — se para frente a mí acercándose peligrosamente — firmaré — sonrió victorioso — a cambio de algo — borro mi sonrisa de inmediato al escuchar eso.
Me preparo mentalmente para negociar, la conozco y sé que muchas veces puede pedir cosas a cambio que ni Cristo bajando de nuevo a la tierra podría obtener tan fácilmente.
— ¿Cuánto necesitas? — pregunto sacando la chequera, es lo primero que se me viene a la mente.
— No quiero dinero — me mira ofendida.
— ¿Entonces? — pregunto curioso — ¿Qué debo hacer para que firmes? — arqueo una ceja apoyando mis codos encima del escritorio.
— Escucha muy bien — ordena rodeando el escritorio — necesito que seas parte de mi venganza — apoya su cadera en la orilla del escritorio.
Maldita sea no puedo mantener la mirada en sus ojos si tengo esta imagen tan erótica, en estos momentos lo único que quiero escuchar perfectamente son sus gemidos y su voz entrecortada pidiendo más.
— ¿Qué clase de venganza estamos hablando? — aclaro mi garganta intentando sonar lo más estresado posible.
— Quiero demostrarle que no es el único que puede conseguir una pareja tan rápido, que vea que perdió una gran mujer — sonrió arrogante al saber cuál es el punto en el que quiere llegar.
— ¿Qué quieres que haga? — pregunto apoyando mi espalda en la silla de cuero, jugueteo con los anillos entre mis dedos para evitar terminar de subir ese jodido vestido.
— Mi ex es parte del anillo de seguridad que contraste hace unos meses, lastimosamente no podemos exigir que lo cambien por qué según es buen elemento — rodea los ojos.
— De todas formas significa que somos novios — me levanto acercándome a ella — debo tratarte como mi mujer —
Maldita sea que bien se siente decir eso
— Firmaré está mierda, aceptaré casarme contigo solo si me ayudas hacer mierda al tipo que me vio la cara de estúpida — amenaza tomando el bolígrafo.
— Tú estás ayudándome, yo haré lo mismo — prometo haciéndole saber que soy sincero al cumplir mi palabra.
Suspira dándome la espalda inclinándose un poco para tomar el contrato y firmar justo donde está su nombre.
Bendito sea Dios por darme ojos y así apreciar a tremenda diosa que acaba de aceptar ser mi esposa.
— Esto queda entre tú y yo — se levanta girándose para verme, amenaza señalándome con el bolígrafo.
— Calma loca — me río — esto debe desaparecer — guardo el contrato en la caja fuerte — un día antes de la boda vamos a quemar esto — le aseguro al saber que dicho contrato ha sido firmado por ambos.
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La dueña de mis sueños
RomanceTodos conocemos la historia desde la perspectiva de Jade, es momento que nuestro chico narre su versión y conozcan un poco mas a fondo al jefe gruñón. Con una y mil razones para amarla, un amor que nació desde el primer instante y con el tiempo se v...