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Narra Raymond

— ¿Estás cansada? — pregunto al verla bostezar — es tarde — mira mi reloj notando que ya es lo suficiente tarde.

— ¿Qué hora es? — pregunta bebiendo la última margarita.

— Cuatro quince AM— respondo con mirada cansada — es tarde, ¿nos vamos? — pregunto al ver que ella también está cansada

Asiente — muero de sueño — se queja levantándose con cuidado de mis piernas.

— Nos vamos cabrones — anuncio a mis amigos levantándome  del  sofá — es tarde y aquí la beba ya tiene sueño.

— Con cuidado papi — habla Austin — descansen que mañana nos vemos en el estudio.

— Así será Arca — respondo viendo a Austin,  ella se despide con un beso en la mejilla de todos nuestros amigos regresando a mi lado.

— Hasta más tarde chicos — se despido de todos con una pequeña sonrisa en sus labios.

— Adiós muñeca — responde Lunay — no duerman muy tarde — bromea.

— Se merece un premio por dar un gran concierto — sonríe viendome  dejando un beso corto en mis labios.

— Yo también quiero — grita Nicki desde el sofá sentado bebiendo cerveza, le saco el dedo corazón haciendo reír a Nicki — ¿Celoso papi? — pregunta burlón.

— Vete a la mierda — respondo, bajamos yendo a la salida, el club está más vacío a comparación de la multitud que había cuando llegamos.

Salimos del lugar siendo escoltados por los guardias, un viento fresco nos golpea al dar unos pasos fuera,puedo sentir el pequeño escalofrío recorrer la piel de mi mujer, suelto por unos segundos su mano para quitarme la chaqueta que tengo puesta, la dejo sobre sus hombros viendo como alza la mirada viendo me con esos ojos tan brillantes, una sonrisa se forma en sus labios antes de acomodarse bien el abrigo.

— No quiero que enfermes — se pone la chaqueta sin dejar de verme divertida.

— Me queda gigante — caminamos al auto, vuelvo a sostener su mano guiándola hasta el estacionamiento.

— Eso es lo que quiero, así no tienes frío — quito la alarma del auto — no creo que mañana tengamos resaca — abro la puerta del copiloto dejando que ella  entre primero.

— No creo — responde cerrando la puerta del auto, rodeo por la parte frontal del Ferrari subiendo del lado del piloto — no bebimos tanto.

— Lo sé — enciendo el auto — en estos momentos mi único objetivo es culminar lo que iniciamos en el club — muerde su labio al sentir mi mano en su muslo aprieto levemente la zona sensible — no bromeó cuando dije que te haría probar lo adictivo que podía ser — sonrió coqueto antes de robarle un beso.

— Yo tampoco bromeó cuando dije que te daría tu regalo por el show — se acerca para besarme  — lo tienes más que bien merecido — susurra besando mis labios sonriendo antes de morder mi labio inferior

Narrador omnisciente

La calentura había bajado un poco luego de que Jade revisara brevemente sus redes sociales, algunas fotos recientes subidas por la agencia de seguridad donde salía su ex con su pequeño en brazos con una chaqueta, al pie de la publicación decía: Un mini escolta para las nenas de Yankee.

Los comentarios de los amigos de Alex diciendo lo mucho que derramaba ternura el niño, por curiosas visito los perfiles de los amigos de Alejandro dándose cuenta que ellos sabían la existencia de ese niño desde hace mucho, fotografías que estaban privadas y salieron públicas hace unos días de la cual todos felicitaban al guardia por su hijo.

La dueña de mis sueños Donde viven las historias. Descúbrelo ahora