𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨.- 021

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— Lena. Lena. Lena. — una sombra negra repetía mi nombre por encima mío. — ¡Despierta! Está jodidamente mal dormir bajo el sol por más de una hora.

Abrí los ojos y me levanté de golpe bajando de la hamaca, notando que el sol ya había quemado mi piel, dejando únicamente la figura de mi traje de baño.

Se veía bastante mal.

— ¿No pudiste despertarme antes? — me quejé sintiendo mi piel arder y doler.

— es que no te necesitaba hace una hora. — Zander se rió de mí tapando su boca cuando notó que me era difícil moverme.

— ¿Qué necesitas?

— necesito que me acompañes al callejón diagon, compraré algunas cosas para mi fiesta. — me guiñó un ojo bastante orgulloso.

— ¿Fiesta? Nuestros padres se irán y tú aprovechas para hacer una fiesta que podría meternos en problemas. — negué.

— ajá, sí, ese es el punto.

— estaré a cargo de ti los próximos tres días, si haces algo entonces será mi problema.

— como si tú no estuvieras ya desobedeciendo las reglas al enamorarte del selfito pelirrojo. — dio besos al aire logrando incomodarme.

— ¿Entonces qué es lo que vas a comprar? — desvié el tema cruzándome de brazos para entrar a la casa.

Sólo intentaba comportarme como una hermana mayor o al menos demostrar algo de autoridad, pero en realidad no era como que me importara mucho lo que Zander hiciera. Yo habría hecho lo mismo en su caso si tuviera su edad o al menos amigos a los que pudiera invitar. De lo que estaba segura era que en estos días libres de mamá y papá, haría lo posible por aprovecharlos al máximo con George.

Dentro de mi habitación me coloqué sobre la piel esencia de murtlap, desapareciendo al instante y con facilidad las quemaduras del sol en mi piel regresándola a mi estado natural. Me vestí y de nuevo salí en espera de Zan.

El callejón se encontraba medianamente transitado por ser apenas jueves. La primera tienda en la que se adentró fue en una de decoraciones y preparativos para fiestas.

— ¿De verdad vinimos para esto? — pregunté aburrida viendo que las decoraciones eran bastante exageradas y elegantes para la ocasión.

— sólo estoy intentando hacer tiempo, espero a alguien aquí.

— ¿Se puede saber a quién? — pregunté juguetona cruzándome de brazos y recargándome en un estante.

— a un vendedor... — soltó nervioso mirando a los lados. — de hierba. — tosió exageradamente sin atreverse a mirarme a los ojos.

— ¿Por qué tanto misterio? Pude habértela conseguido yo sin tener que salir de casa. — respondí en carcajadas al ver su actitud.

— me gusta la adrenalina.

— ni siquiera es ilegal aquí.

— Aún. — se cruzó de brazos más tranquilo. — No me sorprende que esto sea la única cosa muggle que le agrada a los magos.

𝐑𝐄𝐓𝐀𝐈𝐍𝐄𝐃 | GEORGE WEASLEY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora