𝐑𝐄𝐓𝐀𝐈𝐍𝐄𝐃 | GEORGE WEASLEY

𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨

Aquella noche regresaron victoriosos a su destino más cercano: la casa de los Sayre.

El sentimiento de libertad y entusiasmo ni siquiera les permitió dormir, la mayoría festejando por la nueva vida, otros, llorando porque la vida les había arrebatado lo que más querían. Algunos cuerpos fueron salvados y otros fueron perdidos en el fuego que consumió la casa completa de los Carrow esa noche.

George Weasley subió las escaleras con el corazón latiéndole a mil por hora sin siquiera querer esperar a curarse sus heridas antes. Había olvidado que la Sayre parecía ser otra persona anteriormente, pero las ganas y la idea de ir por ella y refugiarse en sus brazos la vida entera casi lo hacían saltar de emoción y ansias. 

Cuando abrió la puerta todo se desvaneció al instante. Al otro lado en la cama lo único que quedaba eran las cuerdas cortadas con las que antes había estado retenida.

Zander Sayre había llegado a su rescate cuando logró escapar de sus padres antes de que la lucha comenzara. La había despertado y la había sacado de ahí para huir lejos con Maxine, quien luego de haber dejado de ser controlado por un Imperius también había decidido escapar, sabiendo bien que sería asesinado cuando Voldemort se enterara de lo que hizo.

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Los meses pasaron, la vida siguió. Los desastres que el último régimen había dejado en el mundo mágico fueron sanando poco a poco. Los magos mestizos pronto recuperaron la confianza, recuperaron sus vidas normales. Los pocos magos "sangre sucia" que habían permanecido perdidos y escondidos salieron a la luz con la seguridad de que esta vez estaban a salvo.

Los Dankworth fueron reconocidos como los nuevos héroes, y los Weasley nuevamente estaban ahí, siendo alabados y adorados por todos en Inglaterra; habían dado la cara por tercera vez en el mundo mágico a pesar de las complicaciones.

La ley no tardó en aparecer enviando a Azkaban a los mortifagos que se habían rendido, a los magos que habían ayudado en sus planes a Voldemort y los que habían luchado a su favor en la primera, segunda y tercera batalla. Esta vez no querían más equivocaciones.

Y así como George Weasley lo había dicho y se lo había prometido a Lena antes de todo, el grupo había pedido un juicio por la liberación de cargos que la Sayre llevaba encima desde años atrás, desprendiéndola de ser encerrada en Azkaban. Algunos no habían estado de acuerdo, pero después de todo, ella les había ayudado en su momento y George Weasley no iba a estar contento hasta que cumplieran con su palabra.

Lena Sayre estaba desaparecida, ni siquiera se enteró de aquella segunda oportunidad que le habían otorgado, pensando en cambio que si alguna vez regresaba a casa sería arrestada de inmediato.

George Weasley y Lena Sayre no se volvieron a ver.

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Un año se cumplió desde el nuevo comienzo. George Weasley pudo obtener de vuelta su tienda en el callejón diagon, el problema fue que tuvo que iniciar desde cero y esta vez solo.

Su vida se convirtió en un constante sentimiento de impotencia. Sabía que la persona que amaba estaba ahí, en algún lugar, ahora viviendo posiblemente una vida de casada y tal vez con hijos. Y el pensar que tal vez a ella no le remordía lo sacaba de quicio.

Se había ido de él sin explicación.

Ya no estaba y las cosas habían cambiado, la vida había cambiado. Lo invadía de nostalgia y recuerdos. Se fue y la vida no se detuvo para nadie, pero él seguía contando los días, esperando una carta mientras se abrazaba a su recuerdo. Su recuerdo de haberla querido así de tanto que pronto sintió que era cruel, haberla conocido así de tanto le dolió en lo más profundo. Le dolió tener que soltarla con todo el amor en sus manos, con las platicas que quedaron pendientes, las cartas que quedaron sin respuesta y las veces que le faltó decirle que la amaba.