A la mañana siguiente mi madre nos había despertado a Tina y a mí desde muy temprano para prepararnos para visitar al Duque.
A pesar de que le había dicho que toda esa preparación era innecesaria, ya que al Duque no le importaría que fuéramos a visitarlo con rompa simple, ella estuvo trabajando desde la noche anterior en preparar un buen vestido para Tina y un traje para mí, y solo faltaban darle los últimos detalles.
-¡Bien! Finalmente estas lista -Dijo mi madre al terminar de peinar a Tina y ayudarla con su vestido.
Tina se miró en el espejo e inspeccionó detalladamente el vestido. Y yo, que había terminado de vestirme hace un buen rato, también me quedé viéndola. Era sorprendente como mi madre transformó un vestido que había fabricado para plebeyos en un vestido que parecía hecho para un noble.
-Bueno, entonces, ¿ya podemos irnos?
-Sí, sí, sí, ¡Salgan rápido! -Exclamó mi madre mientras me empujaba para que me diera prisa.
Salimos de la casa y ante nosotros vimos un enorme carruaje tirado por varios caballos negros que eran más alto que yo. El carruaje había estado allí desde muy temprano, lo que había puesto a mi madre muy nerviosa.
-¿Enserio viajaremos en eso? -Susurro Tina, mirando asombrada al carruaje.
Miré a los lados y todos nuestros vecinos nos estaban viendo.
"¿No pueden meterse en sus asuntos?"
-Subamos entonces -Dije.
Abrí la puerta del carruaje para que mi hermana y mi madre subieran.
De ahí en adelante el viaje a la mansión del Duque fue rápido y cómodo.
A diferencia del carruaje en el que había viajado cuando fui al bosque a buscar la espada en dónde Fylia estaba sellada, el cuál tenía asientos de madera y temblaba a cada rato como si estuviera en un terremoto, el carruaje que envío el Duque era elegante por fuera y también en el interior; era espacioso y tenía asientos amoblados muy cómodos y se mantenía estable a pesar de que los caballos estaban galopando muy rápido.
Cuando llegamos a la mansión fui el primero en bajar del carruaje y ayude a mi hermana a bajar, luego ayude a mi madre, la cual miraba los pequeños escalones del carruaje mientras bajaba, cuando levantó la mirada vio a un gran número de sirvientes en la entrada principal de la mansión recibiendonos con una reverencia.
-¡Sean bienvenidos! -Exclamaron todos los sirvientes al unisono.
Luego de ese saludo una mucama, llamada Helen, se acercó a nosotros y dijo:
-El Duque y la Duquesa los estan esperando.
Luego se ofreció a guiar el caminó así que comenzamos a seguirla hasta llegar al salón principal de la mansion.
Helen tocó la puerta un par de veces y, cuando tuvo el permiso, la abrió dejándonos pasar y retirándose haciendo una reverencia.
Allí estaba toda la familia Dimitrov.
El Duque y la Duquesa estaban sentados en una mesa en el centro de la habitación mientras que Zelphine y Fylia estaban sentada en otra mesa llena de postres. Parecían hermanas de sangre. Ellas dos eran similares incluso en su forma de comer.
-Bu... Buenos días. Saludos al gran Duque y a la Duquesa Dimitrov -Dijo mi madre nerviosa, haciendo una reverencia junto a mi hermana.
-No hace falta que sea tan formal -Habló el Duque, con seriedad pero a la vez con un tono amable-. Por favor tomen asiento.
ESTÁS LEYENDO
Salvaré a las villanas de la historia
RomanceEra un fanático de historias de reencarnación en mundos de fantasías ambientados en la época victoriana. Entre las muchas historias de ese estilo que leí sobresalía una muy similar a la historia de Cenicienta; con la típica protagonista atormentada...