Me llamo Naruto...

[04]

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Suspiro mientras trazaba esos rasgos, su ojo Sharingan guardo esa imagen; Era la de un ser lleno de inocencia y que por circunstancias poco conocidas para muchos estaba viviendo en un deplorable lugar. Sonrió de lado inconscientemente mientras recordaba la sonrisa tierna que había tenido en su rostro. Apenas estaba cumpliendo 4 años y empezaba a saber porque la gente lo trataba diferente, o al menos sabía que todos no lo querían cerca.

(...)

Todos los ninjas que entraban a la oficina del Hokage podían percatarse de la figura que permanecía dormida en el sofá de este y simplemente no podían evitar una mueca de disgusto por la intromisión que, en palabras de ellos, el rubio causaba.

—Gato, cuando perro venga, dile que quiero hablar con él. — Pidió mientras terminaba de firmar.

Hace un mes que habían sacado a Naruto de ese lugar, pero entonces tuvieron que buscar un lugar provisional para que pudiera vivir, el peli-plata decidió que podía vivir con él mientras buscaban a alguien más que no le hiciera daño y podría darle una mejor vida.

—Hai —, asintió a lo dicho por su superior.

Incluso todos los anbus sabían que Naruto se quedaba en la oficina Hokage mientras perro iba a sus misiones, además cuando estaba de guardia en la oficia como ellos, el menor permanecía en la oficina.

—Hokage-sama, el consejo pide su presencia en la sala de reuniones. — El viejo mono miro confundido al otro, no le habían informado de esa supuesta reunión.

—¿Reunión? —, suspiro. El consejo volvía hacer de las suyas.

—Si, al parecer trata sobre el progreso de Minato-sama — Al Sarutobi se le congelo la sangre.

El Namikaze se encontraba en recuperación luego de que encerrara al Kyubi en sus hijos y que este perdiera la mayoría de su chakra, hasta el punto de dejarlo el coma. Era una suerte que estuviera vivo.

—Entiendo, diles que ahora voy. — Masajeo su frente al ver que no podría quedarse en su oficina.

Suavizo su mirada al ver que Naruto se removía en el sillón, había notado como a veces, aunque ellos le hablaran él se quedaría callado, otras veces solo se la pasaba durmiendo. Eran pocas veces que hacía algo más, como leer, escribir u otras cosas.

—Naruto, hey. — Movió con cuidado el cuerpo del menor, cuando se había acercado a él.

—Mmm —, levanto su rostro mientras se restregaba su ojo. —¿Kakashi ya vino? —, pregunto mientras se sentaba apropiadamente en el sillón.

—No, dentro de poco volverá. — Le sonrió mientras le revolvía su cabello. — Necesito ir a una reunión, así que te quedaras aquí y cuando venga perro puedes irte con él. — Acomodo sus ropas y su sombrero kage.

—Hai —, murmuro adormilado.

El comportamiento hizo que Sarutobi se riera del oji-azul, quizás para que Naruto fuera un ninja, necesitaba a personas que lo animaran y estuviera con él. Principalmente solo necesitaba a alguien a quien seguir.

—Bien, espera aquí a perro. — Hecho una última mirada al rubio antes de salir y dejarlo solo.

(...)

—Pss —, el constante sonido hizo que Naruto volviera a despertar de su sueño agradable,

—Mgh... Dormir. — Sin prestarle atención se reacomodo en el lugar.

—Mocoso, despierta. — El rubio abrió sus ojos al escuchar la forma de llamarlo. — Tu debes llamarte Naruto, ¿Verdad?... Ven, necesito que me acompañes, Hokage-sama lo ha dicho. — Sin poder emitir una palabra fue sacado de la oficina.

Naruto intento quitar la somnolencia de su cuerpo, porque parecía que eso no le ayudaría para lo que vendría. Intento seguirle el paso al mayor, pero sus cortas piernas no le ayudaban.

—¿A dónde vamos?... ¿Vamos con Kakashi? ¿Cómo te llamas? —, frunció su ceño al solo poder visualizar el cabello entre celeste y morado claro. Era un ninja.

—Me llamo Mizuki y solo necesitas saber eso. — Recordaba vagamente a ese hombre, era un sensei de la academia.

—Per-... — Guardo silencio cuando el otro lo miro serio.

Pensó que en esos ojos encontraría esas mismas miradas que tenían todos los aldeanos y varios ninjas.

—¿Quieres callarte? Solo trato de sacarte de este infierno, algún día me lo agradecerás, así que camina... Lo más seguro es que el ya este ahí... ¿Debería buscar ropa para que lleves? —, murmuro mientras miraba en cada esquina, tenía una sola orden y no podía fallar.

—Solo quiero saber a dónde vamos, tengo que esperar a Kakashi para que pueda ir a casa con él. — Susurro siendo arrastrado fuera de la torre.

—¡Oye! Enserio trato de salir de aquí, si no cierras la boca yo mismo lo are y no querrás que lo haga —;  frunció su ceño mirándolo con enojo.

—Has visto que el demonio está en la oficina de Hokage-sama, ojalá que cuando Minato-sama se recupere pueda deshacerse de ese pequeño engendro. — Tanto Mizuki y Naruto escucharon la conversación de los dos ninjas, una vez que ellos se fueron y asegurándose de que no los hallan visto salieron de su escondite.

Naruto miro el pasillo por donde aquellas dos figuras se fueron perdiendo, su mirada quedo en ese lugar. No emitió ninguna palabra, después de todo había escuchado lo que muchos querían que le pasara, posiblemente era algo que podría pasar, pero confiaba en el viejo mono para protegerlo de todo lo que querían hacerle, incluso podía decir que Kakashi se aseguraría de mantenerlo con vida. Aun cuando la suya estuviera en riesgo, lo sabía con certeza, él se lo había prometido.

Solo en ese momento, cuando había ido por primera vez a la casa del peli-plata pudo comprender el calor de un hogar, no era uno definitivo, pero al menos podía sentirlo. 

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¡Chau, cachorros!, 🌻🐱