Konoha fue el comienzo de su vida tormentosa, realmente convertirse en un Ninja nunca estuvo en sus planes.
Su corazón fue manchado por la corrupción de un pueblo y su poca tranquilidad fue arretabada como un simple papel.
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Muchos aldeanos planeaban su muerte, esperaban solo un paso en falso para poder hacerlo, su mente quería borrar todas esas miradas de odio, resentimiento, tristeza y venganza; quería borrar todos los recuerdos dolorosos. Pensó que quizás había nacido en el lugar equivocado, en el cuerpo equivocado. Si tan solo hubiera podido escoger en donde y en quien nacer, habría preferido una vida simple. Incluso la vida de un campesino sonaba mejor, pero no, le había tocado que ser Uzumaki Naruto.
—Debes de dejar de pensar mucho, esos pensamientos tuyos solo están comiéndote... — Giro su rostro mirándolo sin comprender. —... Si, sé que estás sobre pensando las cosas, eso no es bueno y menos para alguien de tu edad. — Parecía que podía comprender las palabras, pero no podía evitar ese hábito. — De todos modos, dentro de poco estarás lejos de este lugar. — Ladeo su cabeza viendo que se encontraban en el bosque, a las afuera de la aldea. —Ven, él está aquí. — Sin poder evitarlo sus ojos miraron las profundidades más oscuras. Parecía llamativa esa oscuridad.
Siempre había querido ver que había más allá de las murallas, conocer el mundo exterior y poder tener una vida diferente.
—Lo has traído. — En su rostro de formo una sonrisa mientras miraba al menor distraído, podía ver en sus ojos la pequeña chispa de maldad. — ¿Te aseguraste que nadie te siguió? —, su mirada prometía dolor si no había cumplido con la primera instrucción que había recibido. — Si no, ve sabiendo que lo único que sabrán de ti será tu cuerpo. — Había querido tener a Naruto bajo su mando, lo tenía y ahora podía hacer lo que él quisiera.
—Lo he hecho, nadie sabe que estamos aquí y nadie sabrá que usted lo tendrá Orochimaru-sama. —; Tembló bajo esa mirada mientras hacía que Naruto se posicionara delante de él.
—Hola. — Sonrió saludando al peli-negro, esos ojos parecían poco inusual, pero se miraban bien. — Mi nombre es Naruto, ¿Cómo te llamas? —, mantuvo la mirada que el otro tenía sobre su pequeño ser.
—Orochimaru; — Sonrió con aprobación al ver que nunca esquivo su mirada y se mantuvo firme.
—Me gusta, parece un nombre de una serpiente. Me gustaría tener una y llamarla así. ¿No te molestaría? —; su pequeña sonrisa escondía la diversión y maldad al decir esas palabras. Observo con deleite como él mayor fruncía su ceño.
—Creo que no querrás hacerlo. — Dijo mientras sus ojos se tornaban serios, pero mantuvo su sonrisa.
—¿Por qué no? Suena muy bien, además acabamos de conocernos como para que me des órdenes. No sé quién eres y porque estoy aquí, así que deja de hacerlo. — Formo un puchero mientras sus pupilas se hacían rendijas.
—Eres agradable, pero no abuses de esa suerte que tienes. — Le dio una sonrisa espeluznante esperando que tuviera una reacción como cuando la utilizaba en sus víctimas.
—Lo que digas... — Murmuro caminando a un lado de él, sin importarle la perplejidad de los mayores.
—Interesante; — Orochimaru susurro para el mismo. — Mira...— Llamo la atención de Naruto que volteo a verlo, sacando lo que a sus ojos parecía un animal. —Recientemente una de mis serpientes acaba de tener una camada de crías, pero está a sido rechazada y marginada. Como puedes ver es muy diferente a las comunes... Es única en su especie, sin embargo, puede que no tenga nada en especial o me esté equivocando. — La pequeña cría miro a su alrededor cuando fue sacada por primera vez de la cueva que ha estado.
—¿Por qué? —; la pequeña serpiente era en su totalidad blanca, con excepción que sus ojos eran rojos. — Es muy bonita, me gusta... — Sus ojos miraron maravillados a la pequeña especie, este era su primer regalo que recibía. — ¿P-puedo... tenerla? —, susurro viendo los ojos de Orochimaru.
Sus dedos pasaron delicadamente por las escamas de la serpiente, que parecía disfrutar de las caricias cálidas que estaba recibiendo. El chakra de Naruto era trayente para ella, se sentía hipnotizada por el aura demoniaco que provenía de rubio.
—Solo si la nombras de otra forma, entonces no habrá ningún problema. — Le dijo mientras se inclinaba para deleitarse con esos orbes azules.
—Me gustaba ese nombre, pero ya que... — Murmuro decepcionado de no poder llamarla así, generando una pequeña risa del peli-negro.
Mizuki miraba en estado shock, había traído al mocoso Uzumaki porque su señor se lo había pedido, pero parecía que estaban en una conversación como si nada fuera a perturbar la tranquilidad con la que estaban, en todo caso nunca había visto al Sannin de las serpientes así.
—Entonces... — Analizo bien a la serpiente y luego a Orochimaru. —... ¿Jum? Maru, si ese está bien. ¡Se va a llamar Maru! —; al peli-negro se le instalo un tic en su ojo.
—Te dije que podías nombrar de otra forma. — Sentencio mientras fruncía su ceño.
—Lo hice, pero nunca dijiste que no podía utilizar la terminación de tu nombre. — Levanto sus hombros restándole importancia. — Pero debes admitir que le queda bien, además, es parte de ti. Tu no la dejaste abandonada lo que me hace pensar que pensaste en ella y sabias que podías conseguir a alguien para cuidarla, la protegiste y no fuiste igual a ellos... Nunca pensaste en abandonarla, eres bueno. — Mientras decía ello, sus ojos se tornaron opacos mientras todos los rasgos que había dejado salir del Kyubi desaparecían.
—No soy bueno, Naruto. Eso debes saberlo. — Retomo su postura mientras su rostro se tornaba serio.
—Se que lo eres... — Levanto su mirada hasta dejarla en aquellos ojos que se tornaron en un profundo pozo. —Lo eres, estoy seguro que lo eres. Si lo has hecho con una serpiente, ¿Puedes llevarme contigo? No quiero estar aquí, todos me odian y no sé la razón. Tengo miedo de un día desaparecer y que nadie me extrañe, de no despertar cuando todo haya mejorado. —Sus ojos anhelantes derritieron el corazón de ambos hombres, pero no lo dejaron ver.
—Por la única razón que te estaría llevaría seria para experimentar contigo, solo serias un esclavo para mí. — Dijo de forma seca mientras en su rostro se transformaba una sonrisa espeluznante
—¿Entonces es un sí? — Orochimaru frunció su ceño al instante de escuchar esas palabras, ¿Acaso Naruto no sabía lo que le podría pasar?
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