Konoha fue el comienzo de su vida tormentosa, realmente convertirse en un Ninja nunca estuvo en sus planes.
Su corazón fue manchado por la corrupción de un pueblo y su poca tranquilidad fue arretabada como un simple papel.
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Era el Hokage y necesitaba estar pendientes de las nuevas generaciones, pero incluso estaría más al pendiente de los que se convertirían en ninjas. Naruto era uno de ellos.
—Nunca me integran, pero supongo que está bien. Después de todo puedo estar tranquilo y mejorar mi caligrafía. — Sonrió mientras cerraba sus ojos, eran palabras de un niño poco social. Sin embargo, Naruto no era un niño cualquiera.
—¿Por qué no lo hacen? Todos aquí parecen llevarse bien, ¿Ninguna de las mujeres hace algo por evitar ese comportamiento? — Sonrió queriendo transmitir que solo era un simple comentario.
—No lo hacen, siempre dicen que lo merezco... — Levanto sus hombros restándole importancia. —¿Puedo probarme la máscara de él? — Pregunto mientras miraba al peli-plata con mascara.
—Lo harías si te volvieras uno de ellos, por lo tanto, un ninja. — Dijo mientras soltaba una risilla.
—Bueno, entonces supongo que nunca pasara. ¿Quieres que te muestre el lugar? Nunca nadie viene aquí y pasa tiempo conmigo. — Agarro la mano del Sarutobi y lo empezó a jalar.
—¿No quieres ser un ninja? Todos sueñan con ser uno. — Frunció su ceño aturdido por la declaración.
El hecho que no quisiera ser uno de ellos era en si para preocuparse, él estaba destinado a hacer un gran ninja, aun sin que él lo supiera. Dentro de él, en sus venas, corría sangre que decía que debía ser un ninja de Konoha.
—No, no lo hare. Prefiero vivir tranquilo, todo eso parece que no va conmigo. — Brinco mientras avanzaban por los pasillos. —Esta habitación es para las siestas. Todos tenemos cobijas y almohadas para dormir. ¡La mía tiene un pequeño rayo! Nadie agarra mis cosas y es agradable saber que nunca perderé mis cosas, y saber que todos cuidan de ellas. — Dio vueltas mientras se reía por la sensación que en su estómago se producía.
—"No sabe que nadie quiere tener contacto con él"— El breve pensamiento lo entristeció, pues el oji-azul pensaba que todos de alguna manera parecían preocuparse por él, sin embargo, solo lo hacían para no acercarse a él.
—¡Vamos! Todavía quedan habitaciones por mostrarte. —Fue el primero en salir y guiarlos hasta la siguiente habitación.
—¿Naruto? — No, simplemente no podía dejar que el menor rubio viviera en una burbuja de mentiras y que de cierta forma le afectaría en un fututo, si es que no ha empezado el cambio.
—¿Sí?... ¿Pasa algo? ¿Quieres que me vaya? — Pregunto.
Ladeo su cabeza viendo como esos ojos negros lo miraban con tristeza y enojo, aunque esta vez sabía que ese enojo no iba hacia él, por alguna razón eso hizo que su mente lo pensara y le decía que él podía ser diferente. Si, él lo podía ser... Solo esperaba no terminar como las otras veces.
