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Las siguientes semanas pasaron como normalmente lo harían .En la fiesta de Halloween, Riki y Sunghoon la pasaron en casa.
Mirando películas y sintiéndose bien estando juntos.
Realmente no podrías describir la felicidad que ambos sentían al estar ahí el uno para el otro. Riki descubrío que Sunghoon tenía fobia a los insectos, mientras que el podría lidiar con ellos.
Sentía que sería útil para Sunghoon en un futuro, el sanaba su herida mientras el le protegía de sus miedos de alguna manera.
Pero sin contar una sola cosa...
No eran novios.
O no aún.
Sunghoon quería realmente decir que Riki-ssi era su novio, gritárselo a los cuatro vientos y decirle cuanto lo amaba, besarlo incluso, no lo sabía en realidad, pero si sabía cuanto amaba a su lindo Riki.
—¿Entonces planeas pedírselo hoy?
Por ello había organizado un magnifico plan, así podría evitar que los chicos se acercaran a su lindo y tierno Riki. No lo malinterpreten, el realmente odiaba los comentarios morbosos que repentinamente los que eran un año más que el, le decían a su pequeño.
—Si, hace un día maravilloso! —Sonrió.
—si claro, hay probabilidades de nieve hoy... pienso que deberías de esperar, no queremos que se enferme
—¡por ello debo hacerlo! en la torre de namsan.. —Jake asintió ante la idea.
—pues hay que dejar el plan para después por que tu Riki viene para acá...
Era una mañana tranquila, a la espera de que pronto fuera diciembre, el otoño estaba a nada de culminar, y eso entristecía a Sunghoon, pero sin duda, había sido uno de sus mejores otoños que había tenido durante su vida.
—¿pueden pedirle a Heeseung que deje de contar su velada este fin de semana con Jake? —pidió Riki con cierto fastidio en su voz. —es sumamente molesto.
Riki no dejaría de ser Riki, aun seguía esa actitud un tanto tosca que hasta cierto punto, todos en el lugar ya se habían acostumbrado.
—No es tan malo, Riki-ssi.—Sunghoon removió el cabello de Riki con suavidad. — vayamos a la cafetería ¿está bien?
—¿no deberíamos de esperar a Jungwon? —Preguntó Jake con nula idea del paradero de su pequeño amigo.
—No me esperen más, aquí estoy —Saludo Jungwon con una ligera sonrisa, teniendo a alguien al lado suyo.
Un porto sumamente intimidante. Desde su pulcro uniforme, hasta los diversos piercings en sus orejas, una mirada sumamente intimidante, que no se alejo de Riki en ningún momento.
