Capítulo 13ཻུ⸙͎

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Ron había llegado a la Madriguera hacía unos minutos. Había sido un largo día de trabajo para él y se sentía contento de poder volver a la casa de mami y papi. De acuerdo, tal vez su madre todavía no le hablaba mucho, pero aún tenía un lugar a donde ir.

Su madre todavía lo miraba con enfado cada vez que Ron decía que iba a salir por unas horas en la noche. Todavía se preguntaba si su hijo estaría visitando esas casas de pecado, como ella las llamaba. Si no regresaba antes del amanecer, le hablaba todavía menos de lo que habitualmente lo hacía.

Ron había estado visitando a la misma prostituta que le proveía información. La chica no aún no decía nombres, pero él sabía de quién estaba hablando.

Fue así como descubrió que Snape había estado usando una poción con las chicas de ese lugar por años. Y siempre usaba la misma poción.

El hijo de puta ha estado cogiéndose prostitutas que se veían como mi esposa por años. Pensó mientras escuchaba mas a la mujer que yacía a su lado después de unas cuantas andanadas de sexo.

Ahora, sentado en la cocina, se preguntaba como usar la información de la que disponía. Necesitaba averiguar como utilizar esos datos para ganarse la simpatía de Hermione.

Su madre entró en la habitación y, otra vez, no le hablaba. Con una súbita inspiración, se volteó para mirarla. Ella era mujer. Ella debía saber cómo hacer para que Hermione volviera a él.

"¿Mamá?" Dijo con toda suavidad y poniendo su mejor cara de pollito mojado.

Ella lo miró y frunció el ceño. "¿Sí, Ron?" Respondió ella, sonando enojada pero curiosa.

Él se miró las manos, retorciendo los dedos para verse todavía más triste. "Mami, he estado pensando mucho últimamente. Cometí un grave error con Hermione. ¿Crees...crees que alguna vez pueda perdonarme?"

Molly se sintió sorprendida por su hijo. ¿Se habrá dado cuenta de lo muy tonto que ha sido? ¿De verdad y finalmente, se dio cuenta de todo el mal que ha hecho? Se preguntó.

"Ron, no sé si alguna vez te perdonará. Siete años Ron. Hiciste la vida de esa chica un infierno por siete años. ¿Crees que haya alguna razón para que te perdone?" Preguntó Molly, con las manos en la cadera.

Ron suspiró. Su mami no se la iba a poner tan fácil. "Mami, yo la amo." En última instancia, sentía algo cercano a eso por la mujer con la que se había casado. "¿Qué puedo hacer para enmendarme? Para que, al menos, vuelva a hablarme.. Nunca me había dado cuenta de cuanto me importa y solo la dejé que se me escapara entre los dedos. Y haré cualquier cosa para que ella sepa eso. Solo que no tengo idea de por dónde comenzar."

Molly miró a su hijo. De verdad se veía muy arrepentido de lo que había hecho, pero no sabía como podía enmendarse. "Ron, de verdad no lo sé. Déjame pensarlo un poco y luego veremos que se puede hacer:"

Ron le obsequió a su madre una pequeña sonrisa. En su interior, se reía a carcajadas sobre lo fácil que era jugar con Molly a veces. "Gracias mami. Si alguien puede ayudarme, estoy seguro que esa eres tú."

Se puso de pie y se acercó a su madre. Se dobló un poco y le besó en la mejilla como sabía que ella estaría esperando, para luego salir de la habitación.

Por la mañana, Molly lo detuvo antes que se fuera al trabajo. Había pensado largo y tendido sobre su predicamento, toda la noche de hecho, y solo había podido encontrar unas pocas respuestas.

"Hijo, no sé si será tan receptiva después de todo lo que ocurrió. No sé si alguna vez vuelva a hablarte. Lo único que te puedo decir es que puedes comenzar con flores. Muchas flores, incluso algunos libros que a ella le gusten. Después de todo, ella ama lo libros." Dijo Molly.

Ron asintió pero no dijo nada, permitiendo que su madre siguiera hablando. "Vas a tener que hacer algo realmente grande para compensar por todo lo que hiciste y dejaste de hacer. O al menos, demostrarle que quieres enmendarte, aunque no tengo idea de lo que puedes hacer."

Ron pensó por un momento. Con todo el tiempo que había pasado con Hermione, debería ser capaz de pensar en algo. Solo que en siete años juntos, no le había prestado atención.

¿Qué podría querer? Se preguntó el pelirrojo mientras bebía otra taza de café. Lo único que de verdad podía recordar, era la última pelea que habían tenido. Ella se había enfadado mucho con él por gastar el dinero de las vacaciones. Él había pensado que eran unas vacaciones geniales, pero ella se había puesto como loca. ¿Cómo puede ser que ella piense que pasar las vacaciones en un campamento de Quidditch era algo horrible? ¡Si eran las mejores vacaciones del mundo!

Se había ido al dichoso campamento solo, extendiéndolo para incluir mas diversión al asunto ya que ella no había ido con él. Y como no había pedido que le devolvieran el dinero, habían estado mas que contentos en proporcionarles un paquete más amplio.

Tal vez podía pensar en unas vacaciones diferentes para ambos. Alguna cosa extraña que ella disfrutara y que a él lo iba a aburrir hasta la muerte. ¿Tal vez algo que tenga que ver con ese insensato amor que tiene por los libros?

Se puso de pie y corrió por las escaleras para enviar una lechuza a su trabajo y avisar que no iría. Necesitaba sentarse a planear y necesitaba cada minuto libre del que dispusiera.

Molly lo observó salir de la habitación y sacudió la cabeza. Esperaba no haberle dado falsas esperanzas. No se le ocurría como hacer para que la pareja volviera a unirse. Quería que su hijo fuera feliz, pero también quería que Hermione fuera feliz. ¿Podía ser Hermione feliz con su hijo? Tal vez, si Ron se aplicaba en aprender a ser un buen esposo, ella lo aceptara de nuevo. Alguna vez lo había amado. Alguna vez había querido formar una familia con él. Tal vez, todavía podía surgir algo.

Hermione estaba en el trabajo cuando recibió al cuervo de Severus. Le escribía para decirle que estaría ocupado casi toda la noche con su poción. Estaba un poco mas adelantado esta vez y esperaba que su última idea le permitiera estabilizarla lo suficiente para poder terminarla.

Si lo conseguía, podía probarla para ver si funcionaba, y si así era, entonces podría comenzar con el papeleo pertinente para que la aprobaran y hacer público su descubrimiento. Era mas que posible que pudiera vender la receta y sacar un buen porcentaje.

Hermione estaba muy excitada al saber que Severus estaba cerca de poder concluir la investigación. Rápidamente, le escribió una respuesta deseándole suerte, diciéndole que esperaba que le enviara una nota si la poción funcionaba, sin importar lo tarde que fuera. Podían celebrar a las tres de la mañana si esa era la hora en la que finalizaba su trabajo con el brebaje.

El resto de la mañana estuvo cubierto con toneladas de papeleo que necesitaba adelantar. En lo profundo de su mente, sentía que había algo que estaba olvidando, pero que no podía señalar lo que era.

Llegó la hora de almorzar pero ella no tuvo tiempo de detenerse, así que trabajó durante todo el día sin descanso. Dos horas mas tarde, comenzó a sentirse un poco mareada y nauseosa. Esto era nuevo. Muchas veces en el pasado, había salteado el almuerzo y en los que había tenido que cenar temprano para compensar.

Se puso de pie despacio y fue al baño de mujeres, esperando que una poco de agua en la cara la ayudara. A medio camino, escuchó que alguien la llamaba.

Se dio la vuelta para ver a Harry corriendo hacia ella. "¡Hey, Mione! Pasaba por aquí para dejar algunos documentos. Pensé que tal vez podía pasar por tu oficina y verte por un rato. No nos hemos visto por un buen rato."

Hermione todavía se sentía mareada y con nauseas, pero se esforzó para sonreírle a su amigo mientras repetía en su cabeza que todo estaba bien. No quería vomitar sobre la ropa de su mejor amigo.

"Hola Harry. Lo siento, pero es que he estado muy ocupada últimamente. Podríamos vernos todos para cenar. Todavía es mi turno de cocinar, así que ¿por qué no le dices a Ginny que me envíe una lechuza o me envíe un mensaje por la red Floo cuando quieran venir a cenar?" Dijo Hermione, sintiendo que la bilis subía por su esófago y ella lo forzaba a descender.

Harry se quedó mirándola con el ceño fruncido. "¿Mione, te sientes bien? Parece como si estuvieras poniéndote verde."

Hermione volvió a tragar, tratando de forzar a su estómago para que se tranquilizara. "Estoy bien. Es que olvidé almorzar, eso es todo." Respondió ella, sin darse cuenta que se estaba tambaleando un poco.

La frente de Harry se arrugó todavía más. "Mione, mejor siéntate. Te ves como si estuvieras a punto de desmayarte."

Los mareos se estaban poniendo cada vez peor, pero ella se esforzó por sonreír. Solo necesitaba un poco de agua fría en la cara y estaría bien. Luego podía enviar a alguna de las secretarias para que le consiguiera algo de comer y que pudiera apaciguar a su estómago.

"No seas tonto. Estoy bien, de verdad..."Hermione no pudo terminar la frase al notar que la habitación comenzaba a verse extrañamente inclinada.

El trabajo de Harry requería de rápidos reflejos y los de él llevaban años de práctica. Cuando Hermione puso los ojos en blanco y comenzó a caer, Harry se movió con absoluta rapidez y la atrapó en el aire.

La miró a la cara y la vio más pálida de lo habitual. También se dio cuenta que se había desmayado. De inmediato la tomó entre sus brazos y la cargó por los pasillos hasta el elevador. El ministerio tenía un Medimago residente en caso de emergencias, así que Harry se dirigió hacia su oficina.

No sabía lo que podía estar mal, pero la iba a llevar con el sanador para que la revisara. Hermione era una de esas personas que jamás se había desmayado en toda su vida. Si todo lo que había enfrentado desde que ingresó a Hogwarts no la había hecho desmayarse, entonces algo debía estar realmente mal.

Se precipitó hacia la oficina del medimago, asustando a un par de personas en el camino. El sanador vio que traía a una mujer inconsciente en los brazos y con celeridad le indicó que la colocara en un sofá ubicado en su oficina, ya que no tenía una cama disponible.

"¿Qué pasó?" Pregunto el hombre mientras movía su varita a diestra y siniestra.

Harry tragó saliva y el miedo lo invadió al verla ser examinada. Se lo había aguantado todo el camino hasta esa oficina. "No lo sé. Estábamos hablando y noté que se estaba poniendo muy pálida y luego se desmayó."

El medimago lo sacó del medio e hizo una rápido diagnóstico. Harry se quedó allí parado observando al galeno trabajar. "Dijo que no había almorzado, pero eso es algo que hace todo el tiempo. ¿Es esa la posible causa?" Preguntó él, preocupado.

El sanador frunció el ceño y pasó su varita sobre el inerte cuerpo una vez más. "No estoy seguro...deme un momento. ¿No se está ella divorciando...?" El medimago no era muy afecto a escuchar el chismerío, pero como era una del Trío de Héroes, era difícil encontrar a alguien que no hablara de ellos, así que a cada momento escuchaba comentarios aquí y allá.

Harry se puso mas serio, sin poder entender. "Bueno...sí..¿Pero que tiene que ver eso en todo esto? ¿Acaso el estrés del divorcio la hizo desmayarse?" Harry pensó que si ero era, buscaría a Ron y lo estrangularía.

Hermione se había mostrado tan contenta en la cena en su casa. Había traído a Snape con ella y no se veía para nada estresada. ¿Es que se le había escapado algo, entonces? ¿Acaso no había prestado suficiente atención como para notar que algo estaba mal con ella?

El medimago terminó el diagnóstico y suspiró. "Bueno...ya sé por qué se desmayó. Estará bien. Solo necesita dejar de saltear comidas. Especialmente ahora. Me hubiera gustado que viniera a avisarme de su condición para poder tratarla mejor. ¿Se lo podría recordar cuando se sienta mejor?"

Harry todavía no entendía nada. "¿Por qué 'especialmente ahora'? ¿Qué cosa necesita notificarle? ¿Qué tiene que ver el estrés con el tratamiento?"

El sanador lo miró de hito en hito, un poco confundido. "Yo pensé que ustedes dos eran...¿mejores amigo o algo así? ¿No sabe?"

Harry estaba empezando a ponerse de malas. Si este hombre no empezaba a darle respuestas directas, perdería la paciencia y comenzaría a lanzarle hechizos.

"¿De qué está hablando? Claro que es mi mejor amiga. ¿Ahora, qué es lo que le pasa?" En este punto, Harry comenzaba a imaginar las cosas más terribles. ¿Es que Hermione estaba muy enferma y no se lo había dicho?

El medimago vio su frustración y suspiró. "No hay nada malo con ella, al menos nada que no se cure en unos siete meses."

Harry miró al hombre sin entender aún. "¿Pero que carajos se supone que eso significa?" Gritó esta vez.

El médico entendió y le sonrió. Obviamente la chica aún no le contaba. "Bueno...no estoy seguro de que sea prudente contarle a usted. Confidencialidad doctor - paciente, usted sabe."

EL rostro de Harry se puso escarlata de furia. Sacó su varita, sabiendo muy dentro de su cerebro que su jefe le pondría un puntapié en el trasero por lo que estaba a punto de hacer. "Si no me dice lo que le pasa, le juro que lo voy a hechizar hasta que me lo diga. Así que, mejor dígame." Retrucó Harry con la respiración pesada de enojo hacia el hombre.

El sanador alzó las manos frente a él. Está bien, está bien. Mire, se supone que no puedo compartir información privada de un paciente con nadie." Harry alzó su varita un poco mas y se acerco un paso al hombre. "¡Espere! Está bien. Se dará cuenta, en cuanto lo oiga, que pudo haberlo adivinado usted solo. Está embarazada. Unas seis semanas diría yo."

Harry dejó caer la mano de la varita al instante mientras miraba al medimago con el rostro inexpresivo. ¿Hermione? ¿Embarazada? ¿Cómo? Bueno, si sabía cómo...pero...era Hermione. Ella era responsable. Ella no podía estar embarazada de...¡oh, Dios! ¡Tenía que estar embarazada de Snape! Ay, dulce Merlín! ¡Ella iba a tener un mini - Snape!

El medimago se quedó mirando el pálido rostro del muchacho así como la expresión de absoluta sorpresa. ¿Entonces no es de él? Se preguntó el hombre, pero fue lo suficientemente listo para no preguntar.

Harry se quedó allí en silencio por un momento, antes de volver a enfocarse en el sanador. "¿Está seguro?"

El medimago asintió en silencio, todavía preguntándose si había sido Harry el que la dejó embarazada. Entonces...la fuente de chismes se iba a desbordar en los próximos días.

Harry tragó saliva mientras asimilaba la noticia y los ojos se llenaban de ira. "Lo voy a matar." Murmuró Harry.

Lo ojos del medimago se abrieron de para en par. "¿A quién?" Preguntó con suavidad.

Harry lo miró con los ojos echando fuego. "Al padre." Escupió.

Entonces él no era el padre. Pensó el sanador al ver la expresión asesina en los ojos del muchacho.

"¿Al padre de quién vas a matar?" Preguntó una vocecita suave y adormilada.

Harry y el medimago voltearon al mismo tiempo para mirar a Hermione, quien se incorporaba lentamente en el diván. Se sentó con un poco de esfuerzo, sosteniéndose la cabeza y el abdomen por turnos. "Ugh..Me siento horrible. ¿Qué pasó?" Preguntó mirando directamente a Harry.

Viendo la rabiosa expresión en la mirada de su amigo, Hermione tragó con nerviosismo. "¿Qué pasa Harry? Te ves como si fueras a matar a alguien..."Dejó de hablar al recordar lo que el chico había dicho hacía un par de segundos atrás. ¿A quién quiere matar?

Harry se acercó a ella y el sanador fue a buscar unas galletas a un gabinete para darle a Hermione.

"Tome, coma estas. Le ayudarán a tranquilizar el estómago." Movió su varita y apareció una copa con agua que luego le entregó a Hermione.

Ella se comió las galletas rápidamente y se bebió el agua. Sintiéndose mejor, pero dándose cuenta que Harry todavía no había dicho nada, lo miró. "¿Me vas a decir lo que pasó y por qué estás tan enojado?" Preguntó la castaña.

Harry tomó aire "Te desmayaste. Estábamos hablando y de pronto comenzaste a caer a la mitad de una frase. Te sostuve antes de que cayeras del todo y te traje aquí y ahora, voy a matar a Snape."

El sanador alzó una ceja al escuchar el nombre, pero se mantuvo en silencio. ¿Snape? ¿Severus Snape? ¿Entonces, él era el padre del bebé de Hermione? ¿Ella todavía no estaba divorciada, entonces, este era el motivo del divorcio? ¿Acaso había sido atrapada en medio de un tórrido affaire? Esto era todavía mejor para la fuente de chismes. No como que iba a ser él el que desperdigara, pero de cualquier modo, era un secreto que estaba condenado a saberse.

Hermione estaba confundida. "¿Qué fue lo que Severus hizo para que quieras matarlo? Hace algunos minutos estabas feliz de hacer planes para que vayamos a cenar los cuatro."

Harry la miro enfadado. "¿Hermione, por qué no me lo dijiste?"

Ella lo miró perpleja. "¿Decirte qué? Harry, lo que dices no tiene sentido. Primero quieres matar a Severus y ahora me acusas de no decirte no sé que cosa. ¡Por Merlín! ¿Qué diablos ocurre?" Dijo ella, levantando la voz a medida que también se enfadaba.

Harry abrió la boca para gritarle, pero el sanador lo detuvo. "Miren, no peleen ahora. Los dos se pueden gritar todo lo que quieran mas tarde en otro lugar. Este es un consultorio médico y el griterío no ayuda a mis otros pacientes."

Harry cerró la boca y expiró con fuerza todo el aire que había juntado para gritar. "Está bien." Murmuró con los dientes apretados.

Hermione miraba con mas furia, con los labios torcidos por el enojo. Harry reconoció esa mirada y se puso peor. Esa la clásica mueca Snape, marca registrada, que su amiga les estaba lanzando tanto a él como al sanador. "Si no me explica, alguno de los dos, lo que está ocurriendo, me van a despedir, sin contar que me van a enviar a Azkaban por hechizarlos a los dos hasta que me harte." Dijo ella con la voz llena de promesa de cumplir lo que estaba diciendo que haría..

El medimago se arrodilló frente a ella. "Srta. Granger, la razón por la cual se desmayó es porque está embarazada."

La furia abandonó a Hermione en ese mismo instante. "¿Disculpe...cómo dijo?"

Harry, para ese momento, se había dado cuenta que, obviamente, no había entendido lo que le habían dicho. Ambos hombre suspiraron antes que el sanador volviera a hablar. Está embarazada. Como de seis semanas por lo que veo, aunque supongo que querrá ver a su propio medimago para que le informe con exactitud. Nuestro equipo no es tan sofisticado para decirlo con tal certeza, con eso del recorte del presupuesto y esas cosas..."

La mente de Hermione daba vueltas. ¿Embarazada? ¿De seis semanas? Contó mentalmente hacia atrás. ¡Ay, mierda! Esa noche lo había hecho como desesperados...tanto que no se había n acordado de usar algún hecho o poción anticonceptivo. Y ella ni siquiera se había acordado de beber la poción del día después. ¡Mierda!

Habían pasado el día siguiente a esa noche teniendo sexo prácticamente todo el día. Mas mierda! No se había acordado de la poción del día después! Lo único en lo que habían pensado, los dos, ese fin de semana, había sido, comer, dormir y tener sexo, entremezclado con diferentes conversaciones. ¡Severus se va a enojar tanto, tanto! Pensó ella.

Habían pasado apenas nueve días desde que se habían declarado su amor. ¿Apenas nueve días y ahora esto? Me cago en la...

Harry se quedó mirando la cara de Hermione a medida que se ponía cada vez mas blanca y supo que su amiga estaba en shock. Aguardó, sin saber si se iba a desmayar de nuevo o si iba a comenzar a gritar como trastornada. El sanador solo la miraba, aguardando para ver como se tomaba la noticia...al parecer, no muy bien.

Una vez que el pánico quedó controlado, mas pensamientos acudieron al cerebro de la chica. ¿Un bebé? ¿Voy a tener un bebé? Había querido uno por tanto tiempo que ahora no lo podía creer. ¡Voy a tener un bebé!

El color comenzó a llenar las pálidas mejillas de la joven, a medida que una suave tibieza la invadía. No sabía cómo se lo iba a tomar Severus...pero ella se sentía tan feliz! Un bebé. ¿Se enfadará cuando se entere que será padre en cuestión de algunos meses?

Un recuerdo llegó inesperadamente a su cabeza. La voz de su amante llenaba su cerebro al recordar la conversación, una que ella casi había olvidado. Te sorprendería saber quién está mas que dispuesto a tener hijos contigo.

Entonces, se había preguntado si eso significaba que era él el que estaba dispuesto a ser el padre de sus hijos. Al parecer, eso era algo que iba a averiguar muy pronto. Como fuera, ella estaba feliz. Si Severus no quería saber nada de ella o del bebé una vez se enterara, que así fuera. Se sentiría devastada, pero sobreviviría. Seguiría adelante y criaría a su hijo, sola, sin arrepentirse de su decisión.

"¿Hermione?" La insegura voz de Harry la sacó de sus cavilaciones. NO se había percatado de que había estado allí sentada, con la mente perdida en la lejanía.

Ella le sonrió a su amigo. "Harry, no lo puedes matar." Dijo ella.

Él frunció los labios con enojo. "¿Y por qué carajos no puedo?" Preguntó él.

Hermione sonrió nuevamente. " ¿Porque si no se pone feliz con esta noticia, seré yo quien lo mate, de acuerdo?"

El enfado de Harry se desvaneció. Ahora el muchacho sonreía. "Bueno. Yo me encargaré de él, cuando tu, hayas terminado."

Hermione se rió. "¿Sabes? Esto no solo es culpa suya. También es mi culpa. Aunque, particularmente, no creo que sea culpa de nadie."

Le sonrió a su amigo y se lanzó a sus brazos. Le puso los brazos alrededor del cuello y ambos terminaron contra la puerta para el deleite del sanador. "¡Harry! ¡Voy a ser mamá! ¡Puedes creerlo!"

Harry la sostuvo con fuerza. "Lo sé Mione. Vas a ser una mamá grandiosa. Si tú eres feliz, entonces yo también soy feliz. De verdad. ¿Quieres que se lo diga a Ginny?"

Hermione lo soltó y se apartó de él, levantándose del suelo. "¡No te atrevas! ¡Esa noticia la tengo que dar yo!"

Harry le hizo una mueca. "Pero asegúrate de decirle pronto. Si Ginny se entera de que se lo estuvimos ocultando, ¡nos hechizara el trasero a los dos!"

Hermione comenzó a reírse. "¡Está bien! Solo dame un par de días para decirle a Severus, ¿de acuerdo?"

"Hecho. Pero yo voy a pretender que no se de que estás hablando, ¿eh? Así que no me dejes en evidencia, o me aseguraré de enseñarle a tu hijo o hija todas las cosas horribles que tu no querrías que aprendiera." Advirtió Harry con un gestito.

Hermione se echó a reír de nuevo. "Está bien, no te delataré, pero es gracioso."

Harry hizo una pausa. "¿Qué cosa es graciosa?"

Hermione no aguantó las ganas de reírse a carcajadas. "Eres un Auror de alto rango y eres dos veces mas grande que Ginny y aún así le tienes miedo. ¡Eso es lo gracioso!"

Harry maldijo por lo bajo. "Sabes que...solo por eso, voy a llamar a Ginny por la red Floo y le voy a decir que sabías desde hace semanas y que no dijiste nada."

Hermione se acobardó. "Está bien, lo siento, tu ganas, no se lo digas, por favor, o nunca me dejará en paz otra vez."

Salieron de la oficina del sanador, abrazados y riendo juntos, después de darle las gracias al hombre y después de hacerle jurar que mantendría el embarazo en secreto. El medimago los observó alejarse, todavía sonriendo y sacudiendo la cabeza. Era mas que obvio que esos dos se querían mucho y mas obvio era que tan profunda era su amistad. Era difícil no sentir envidia por lo muy cercanos que eran y por el vínculo que compartían. La mayoría de la gente pasa por la vida sin siquiera encontrar a la amistad.

𝐃𝐞𝐬𝐞𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 [𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora