Capítulo 6ཻུ⸙͎

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Pasaron el resto de la noche hablando y cogiendo como conejos, para la delicia de Hermione tanto como la de Severus. No fue, si no, hasta las horas de la mañana, casi al amanecer, que ambos se quedaron profundamente dormidos, exhaustos.

Varias horas mas tarde, Severus se despertó. Le tomó un momento darse cuenta que no estaba en su cama y que no había sido un sueño. Cuando se dio cuenta de los hechos, sonrió con ternura mientras miraba a Hermione dormir.

Era hermosa, incluso mientras dormía. También, probablemente, era el único momento en el que estaba callada y su cerebro no estaba trabajando a 100 kilómetros por hora.

La sonrisa del hombre aumentó. ¡Qué diablos! Posiblemente su cerebro todavía estaba pensando y analizando cada pieza de información aún mientras dormía. Era mas que seguro que cuando despertara, seguiría analizando lo que estuvo pensando mientras dormía. Pensó él, mientras seguía mirándola.

No era solo el dulce que cuerpo que amaba y deseaba. También era su fantástica mente. Sabía que podía hablar de cualquier cosa con ella sin tener la necesidad de explicarle cada cosa, cada minuto.

Apartó un mechón de cabello de su bello rostro, porque sabía que debía estar haciéndole cosquillas en la nariz. Ahora que la tenía, ¿como la conservaría? Esa pregunta lo había acosado durante sus sueños, mientras dormía. Severus suspiró con suavidad. Tendría que encontrar la manera y pronto. Mientras tanto, allí estaba con ella y pretendía disfrutarlo.

Sabiendo que estaría cansada después de esa noche, y teniendo en cuenta que su propio cuerpo estaba habituado al escaso descanso, salió de la cama. Entró a la ducha y se dio un baño, luego de refrescar sus ropas con un hechizo. Odiaba usar magia para limpiar la ropa, pero de momento, eso era todo lo que podía hacer hasta que regresara a casa.

Cuando terminó de bañarse, regresó a la habitación y la encontró vacía. Brevemente, se pregunto a dónde pudo haber ido. Tomó el cepillo de la cómoda, mirándolo pensativo. Era el mismo cepillo que había puesto en su habitación años atrás.

Se preguntó si alguna vez ella se había preguntado por qué nunca quedaban cabellos allí. Lo puso en su lugar y usó su varita para limpiar sus dientes y peinar su cabello.

Un maravilloso aroma alcanzó su nariz y lo hizo sonreír. Hermione estaba preparando el desayuno. Habían pasado años desde la última vez que Severus había estado allí. Desde los tiempo en los que la Orden había usado ese lugar como cuartel, pero aún así recordaba todo muy bien y encontró el camino hacia las escaleras.

Abrió la puerta de la cocina y la encontró escuchando la radio muggle mientras cocinaba. Estaba moviéndose al ritmo de la música y a él le pareció un espectáculo bellísimo. No tenía idea sobre qué clase de música estaba escuchando, pero no estaba mal.

No estaba seguro sobre el humor de la joven o qué clase de bienvenida podía recibir de ella, pero al verla moverse, decidió que valía la pena el riesgo. Se acercó a ella por detrás y abrazó su cintura, asustándola por una fracción de segundo antes de hacerla reír.

"No te escuché entrar." Dijo ella mientras cubría las manos de él con una de las suyas.

Dejó la espátula sobre la mesa y giró en los brazos de él para mirarlo y deslizar sus brazos alrededor de su cuello. Luego, se acercó hacia él para besarlo. Severus estuvo más que feliz de complacerla. Un suave gemido escapó de la boca de ella cuando las lenguas de ambos se encontraron y entrelazaron. Se alejó un poco de él y le sonrió. "Buenos días." Era casi medio día, pero técnicamente todavía era de mañana.

Él también le sonrió. "Buenos días. ¿Te puedo ayudar en algo?"

Ella lo miró sorprendida y confundida por un instante, para luego sonreírle. Eso hizo que Severus se preguntara por qué había reaccionado ella de esa manera, pero lo dejó pasar.

𝐃𝐞𝐬𝐞𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 [𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora