15. Lo que pasa en una fiesta

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Por Ema Charles

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Por Ema Charles.

Me había pasado el día muerta en nervios.

Revise unas 10 veces lo que me pondría esta noche, cambiándolo en cada oportunidad. También hablé con Asher parte del día. Insistió en que si no me sentía cómoda podríamos encontrar otra manera de seguir con esto.

Teo, quiero que sepas que tienes unos hijos increíbles.

Y bueno, a pesar de todo eso. Aquí estaba, frente al espejo admirando mi vestuario por completo.

Miraba la mínima, casi inexistente curva de mi cintura, que aun así se veía estupendo. Mire los tirantes anudados junto con algunas pecas en mis hombros. Admire el peinado lleno de sujetadores de mariposas verdes y lila. Mire el maquillaje con unos tantos brillos en los ojos, rubor y algunas perlas pequeñas en la mitad de mi rostro.

Estaba lista.

Lista y muy aterrada.

Tomé el efectivo que mamá me había dejado, mi teléfono y un par de pulseras y dejé mi habitación.

Asher recién había escrito un mensaje diciendo "Estoy por llegar" y yo solo le respondí que lo esperaba afuera. Así que crucé la sala, algo desordenada, llegue a la puerta y espere unos segundos antes de abrirla por fin.

Encontrando al otro lado a un chico castaño, y de ojos particulares.

A punto de tocar la misma.

Asher traía unos pantalones gris en un tono oscuro. Junto a eso una camisa de cuello alto como negra, y terminaba con un elegante saco del mismo color.

—A que luces genial, Asher—. Le digo con una sonrisa.

Y no sabe que responder. Eso supongo.

—Ema Charles ¿En serio unos converse con ese vestido? —. Amplíe mi sonrisa.

Y Asher soltó un suspiro, junto con también una diminuta risa.

Cerré la puerta a mi espalda, y lo saludé con un beso en la mejilla.

—Entonces ¿Asher? ¿Ya no soy Cariño? —. Levantó una ceja.

Un arrogantes serás.

—Oye... Claro cariño, ese lugar nadie te lo quita y...

Mierda.

Asher se ha puesto muy rojo. Habló en serio, está como un tomate.

Deslice mi teléfono y en menos de un segundo ya había tomado una fotografía.

—¡Oye!—. Se quejó volviendo a su estado natural.

Pero lo he captado. En fotografía.

Nadie me creería si no tuviera pruebas.

—Necesito un recuerdo de un día como este—. Y eso mis amigos, se llama "Escapar y salirte con la tuya".

—Pues haré lo mismo.

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