Kai fue el primero en mostrar un interés, sin embargo Luke era demasiado inexperto y inocente como para notarlo. Pensó en un principio que el apuesto hombre de 21 años se acercaba a él para conocer como tenía la paciencia para controlar tantos niños de 5 años en un espacio cerrado. Eso era lo primero que le preguntaban luego de enterarse que era maestro de primer año, como cultivaba su paciencia.
Pero no fue así. Poco a poco, Luke notó que Kai tenía otras intenciones y eso lo motivó. Desde que había comenzado a trabajar hace 2 años, no había tenido ningún pretendiente. La verdad es que aún para él era difícil equilibrar su tiempo entre estar totalmente libre, hacer informes de personalidad, material didáctico y responder preguntas de los padres de sus deminions, cómo él los había denominado. Además, agregarle el factor de que él era 3 años mayor que Kai, 3 años que a pesar de que sea tan poco tiempo, estaban viviendo etapas completamente distintas.
Y Luke, tan inexperto e inocente como era, no notó el momento exacto en que esperaba mensajes de Kai, fotos, emojis o solamente saber de él. Sus dedos picaban en clases, esperando el receso, ¿por qué? porque estaba desesperadísimo por poder enviarle un mensaje, ver que estaba haciendo. Por otra parte, tampoco comprende en qué momento comenzó a amar esos ojos pardo, esa sonrisa y la necesidad asfixiante de provocarla para verla, para sentir ese calor en su pecho. Sus manos pedían a gritos entrelazar sus dedos y su boca solamente pedía un tímido roce con los labios de Kai.
Y así comenzaron a salir. Luego de conocerse pasaron 3 meses para que Luke deseara mensajearlo todo el día, y luego un par de semanas para que alguno de los dos preguntara lo clave, dejar en claro la exclusividad,
Todo era un sueño. Kai estaba pendiente de Luke a tal punto, que cuando se enfermaba, él le iba a dejar alguna sopa caliente o le compraba chocolates. Por otra parte, cuando Kai se sentía mal, Luke hacía lo que estaba a su alcance para acompañarlo y demostrarle que no estaba solo, pues a pesar que la salud física de Kai era muchísimo mejor que la del maestro, su salud mental no corría con la misma suerte y Luke se convirtió rápidamente en su pilar más importante, en el cuál apoyarse cuando existieran días demasiado malos.
Algo así fue el principio de su relación y aquellos 2 años que llevaban juntos, incluso ya vivían en el mismo apartamento. Luke iba a la escuela, Kai iba a su oficina debido a que hace apenas un año había salido de la universidad para ser desarrollador de videojuegos. Le encantaba su trabajo, aunque a veces su autoexigencia lo hacía sentir pésimo y en esos momentos, Luke evitaba que cayera en un abismo gracias a su ansiedad.
Todo aquello nos trae al primer episodio de esta historia. Kai había participado en un gran proyecto, en la continuación de un exitoso juego que tendría formato para nuevas consolas y para celebrar, irían luego del trabajo a un bar él y sus compañero de equipo con sus parejas. Por supuesto Luke estaba invitado.
Pero también él.
Luke al llegar al bar se relajó bastante, no era nada muy elegante ni nada por el estilo. Un bar normal, para gente de su edad y con música bastante agradable. Era una mesa para 10 personas, los 5 integrantes del equipo de Kai y sus parejas, nada de otro mundo.
Cuando Luke llegó a la mesa, no estaban todos los invitados, solamente 4 persona del equipo de Kai y 2 acompañantes. Saludó, pidió una cerveza y se unió a la conversación. Comenzaron a llegar más personas y luego Kai se puso de pie, matando la conversación mientras agitaba su mano para llamar la atención de alguien.
Y luego todos siguieron la dirección de las señas de Kai y su gran sonrisa.
Él.
—¡Mike! ¡Lo logramos gracias a ti! —comenzaron a canturriar en coro el equipo de Kai, dejándolo confundido al igual que los demás acompañantes.
—¡Mike por favor tenemos que brindar en tu honor! —comentó Ted, un compañero de Kai.
Y él se acercó lento, vestido de negro por completo, con sus ojos verdes brillando, pero su rostro serio.
¿A pesar de todos aquellos cumplidos, seguía tan serio?
—No, nada de brindar en mi honor —de inmediato frenó la celebración para tomar asiento justo frente a Luke, al otro extremo de la mesa.— Fue un trabajo en equipo, fue gracias a todos.
—Pero Michael, ¡tú eres nuestro jefe!
—Si, pero fue un trabajo en equipo. Fue gracias a todos —insistió, para luego ver a todos los presentes en la mesa, dándole un rápido vistazo a cada uno, momento en el cuál comenzaron las presentaciones.
—Y él es mi novio, Luke Hemmings —presentó Kai. Solamente levantaban la mano para saludarse, nada de estrechar dedos ni volverse a saludar.
Michael no era alguien fan del contacto físico.
—Pero si yo a ti te conozco —eso llamó la atención de Luke, quien elevó una de sus finas cejas rubias.— Fuiste maestro de Leia.
Leia Clifford, una estudiante de su primer grupo de práctica hace varios años atrás. Y eso, lejos de agradarle, hizo que su rostro se contrajera.
La historia de Leia, no era la mejor ni la más dulce. Fue uno de sus casos más complicados. Iba a abrir su boca para cuestionarlo, cuando él lo interrumpió: —No se hablará de Leia.
—¿Tu eres su...?
—No se hablará de Leia —insistió Michael, para luego apartar la mirada y apretar su mandíbula, completamente molesto.
—Perdón, pero estoy perdido. ¿Quién es Leia? ¿Tu hija?—consultó Ted, con interés, sin embargo Michael se dirigió a él de inmediato.
—Sí, pero no se hablará de Leia —insistió Michael, para luego observar a Luke.— Y espero que tú tampoco hables de Leia.
Luke mordió su labio inferior. ¿Efectivamente era el estúpido padre de Leia? ¿Cómo le estaba pidiendo que no se hablara de Leia y todo lo malo que vivió una niña tan pequeña? Y peor, ¿que fuera su culpa?
—¿Entiendes, Luke? —insistió Michael, esperando su respuesta.
Luke lo odiaba profundamente y lo conocía hace menos de 5 minutos.
—Entiendo, no se habla de Leia.
Y así fue el comienzo.
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Boyfriends// Muke
Genç KurguNovios. Una historia inspirada en la canción, pequeñas anécdotas de una pareja.