No sólo dejó la mejor mordida que le proporcionó a alguien a su corta edad, sino que también hirió el orgullo del adolescente que se convirtió en la burla de sus compañeros al ver como el chico gritaba que se la quitaran de encima antes de que le arrancara un trozo de piel con esos pequeños, pero muy matones, colmillitos.
— Camila, detente ahora mismo —comentó su padre cuando creyó que ya había sido suficiente para que el chico aprendiera la lección— Camila, ya está bien —gruñó levemente al ver que su pequeña cachorra seguía sin hacerle caso— ¡Camila, he dicho que ya basta!
La gran mayoría de los cachorros se sobresaltaron un poco al escuchar la voz tan enfurecida de Emmett y unos cuantos adolescentes les siguieron, sin contar con el maestro de los más pequeños. No obstante, la cachorra que realmente debía temer por la reacción de su padre, se mantuvo con sus colmillitos enterrados en la carne del adolescente, impasible.
— C-Camila —gimoteó su mejor amigo, un poco alterado— C-Camila, ya —se quejó, preso de un leve llanto al observar las facciones tan marcadas del alfa Emmett— Tu papá está muy enfadado —gimoteó nuevamente, angustiado— P-Para, por favor.
Entonces, la pequeña cachorra dejó ir el brazo de su contrincante con extrema lentitud, casi con pereza, como si realmente no quisiera separarse del adolescente, pero no tuviera más remedio que hacerlo de mala gana.
— Ve a buscar una botella de agua para enjuagarte la boca —demandó Emmett, autoritario— No quiero verte aparecer por aquí con un mínimo rastro de sangre, ¿entendido?
Camila no contestó nada al respecto.
Simplemente comenzó a caminar hacia algún lugar donde poder encontrar una botella de agua y sólo se detuvo cuando escuchó nuevos gritos de su alterado padre, esta vez hacia Thiago, para detener la carrera que había iniciado para alcanzar a Camila y acompañarla en su búsqueda.
— ¡Thiago, regresa aquí! —demandó Emmett— ¡Camila puede y debe hacerlo sola!
Cuando Thiago estaba más que preparado para dar media vuelta con un pronunciado puchero en sus labios, Camila entrelazó sus pequeñas manos y comenzó a tirar de él para que continuara avanzando junto a ella, haciéndole saber al cachorro que no debía temer por desobedecer la orden de su muy furioso padre.
— T-Tu papá nos va a castigar mucho, Camila —gimoteó Thiago con suavidad, más continuó avanzando junto a la pequeña alfa con sus manos todavía unidas— M-Mucho, mucho, mucho.
Camila se encogió levemente de hombros.
Quería decirle que no le importaba en lo absoluto lo mucho que su padre quisiera castigarla, más se abstuvo de hablar porque estaba acumulando una ingente cantidad de saliva en su boca al negarse a tragarla porque sabía muy mal por la sangre.
Lograron encontrar la cafetería del instituto y Thiago pidió con una sonrisa tímida plasmada en sus labios una botella de agua para que su mejor amiga pudiera acatar la orden que el alfa Emmett le ordenó. Entonces, emprendieron nuevamente su camino hasta que lograron encontrar un baño y se adentraron en él para que Camila pudiera enjuagar su boca de forma correcta.
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Te regalaré un amor prohibido ©
Hombres Lobo¿Qué es lo que puede suceder si el Beta líder de la manada, confidente y mejor amigo de la Alfa líder de la manada, también resulta ser su Luna? 🍃 Créditos de la portada: maryasor_ 🍃