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Ese día no se encontró con el castañito sentado en el salón de al lado, sino en el suyo.

Verlo en su pupitre se sentía como algo surrealista, creyó que aún estaba demasiado dormido y estaba alucinando, pero cuando se acercó para tocarle el hombro y fue recibido con la usual sonrisa resplandeciente, casi se infarta.

—¿Sabes? Ayer por la tarde quise hablarte porque estaba aburrido hasta que me di cuenta de que no tenía tu número.

—Es bueno saber que sólo me hablas cuando estás aburrido —Hyunjin tomó asiento en el pupitre que estaba frente al suyo.

—No me refiero a eso —dijo Seungmin conteniendo su emoción, queriendo reírse.

Era obvio que estaba moderando su reacción por la manera en que movía su pierna.

En esos días había notado la gran diferencia en su actitud cuando estaban en la escuela y, bueno, no habían estado solos a excepción de la vez que le tocó su castigo en el patio, pero podía ver la diferencia del día en que lo había conocido y se había mostrado tan transparente ante él.

Seungmin empezó a hablar de nuevo, probablemente tratando de explicarle que no le hablaba cuando estaba aburrido o algo así.

Su forma de expresarse, la sonrisa cautelosa y la manera en que moderaba su tono de voz… ¿Podría estar fingiendo?

Por un momento se le vino a la mente su discusión con Jisung, el resto del día estuvo pensando en eso y aún no podía entenderlo.

Él mismo se había prometido que no podía confiar del todo en Seungmin porque era extraño que alguien tan extrovertido como él no podía simplemente cohibirse en el salón de clases.

Eso le resultó extraño incluso sin la observación de Jisung, pero las ideas que sugería del chico queriendo aprovecharse de él le estaban carcomiendo la cabeza.

No obstante, lo que Han le dijo tenía sentido. De sólo pensarlo, un peso se instaló sobre su estómago.

¿Podría estarlo engañando?

Tal vez quería burlarse de él haciéndoles creer que sería su amigo para después traicionarlo y…

Quizá sólo era fatalista. Tal vez sólo era eso. Ojalá sólo fuera eso.

¿Realmente, cuál era la probabilidad de que Jisung tuviera razón y le quisiera hacer daño?

—¿Hyunjin? —el chiquillo llamó su atención, pasando su mano de lado a lado frente a él.

Movió la cabeza, ahuyentando las dudas y le prestó atención al castañito enfrente suyo.

—¿Qué decías?

—Que deberías pasarme tu número —pidió con un leve sonrojo subiendo por su rostro.

Hwang podría acostumbrarse a ese tomatito andante.

Se lo dijo de memoria, Seungmin lo anotó rápidamente en un papel en blanco que traía y la pluma que antes estaba en su saco. Venía preparado.

—Woah, estoy sorprendido de que sepas tu número de memoria.

—No deberías, es lo mínimo que hace una persona normal —lo miró con una ceja alzada.

Kim pareció no captar la indirecta al seguir hablando.

—Bueno, yo no sé ningún número de teléfono.

—Lo cual prueba mi punto —Hyunjin recargó su cabeza sobre el respaldo, viendo cómo Seungmin ladeaba la cabeza en confusión.

Tardó unos minutos en comprender lo que había dicho, dándole una leve patada en la pantorrilla.

—¡Oye! Yo soy una persona normal —hizo un puchero, juntando sus cejas.

astray - h.hj + k.smDonde viven las historias. Descúbrelo ahora