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—Así que..., ¿tu nombre es Jungkook?

—Sí —contestó, con un leve asentimiento de cabeza.

—¿Eres amigo de Jimin?

—Así es.

—Entonces... ¿por qué no estás en la fiesta con él? —preguntó, mirándolo una vez más, pues nunca lo había visto con Jimin, o escuchado de él.

—Hoy en la mañana amanecí con un poco de fiebre —inventó, maldiciendo a su amigo por no pensar en que sería obvio que Taehyung preguntaría eso—. Y... Decidí no ir, y quedarme a descansar.

—Bien... —Pareció no dudar ni un poco de las apresuradas y torpes palabras de su inesperado acompañante—. Es un gusto —terminó diciendo, y ya no se le ocurrió que más decir, pues sólo quería asegurarse que la razón por la que Jimin había salido tan desesperado no era porque alguien lo estaba molestando.

El modelo, al ver al chico frente a él tan inseguro, decidió callarse. No quería atormentarlo con tantas preguntas.

Por otro lado, Jungkook no supo que más decir después de aquello, pues a pesar de ser un chico rudo, algo dentro en él no estaba funcionando correctamente desde que vio al chico de rulos sonreírle con amabilidad.

Algo dentro suyo estaba fallando, no había duda de eso.

O simplemente la fría mirada del moreno, le causaba una inquietante incomodidad que no podía describir.

—Jimin parecía tener prisa —alcanzó a decir.

—Lo sé. Jamás me había dejado plantado —comentó.

—Últimamente lo he notado algo...

Los ojos de Jungkook viajaron hacia el rostro del más alto, casi analizando cada detalle que lo conformaba, casi perdiéndose en su mirada.

Casi.

—La escuela ha sido un poco estresante en los ultimo días —aclaró la garganta, fingiendo un poco de tos—, es todo.

—¿Eso crees? —Su voz casi salió quejosa—. ¿Sabes? No lo he visto en tanto tiempo y hoy... simplemente me ha dejado aquí.

Jungkook desvió la mirada hacia el televisor. Tal vez, su presencia estaba siendo aún más incómoda que su inquietud al ver a Taehyung, como dijo Jimin que se llamaba.

De alguna manera, aquello le enfadó un poco. Pues el hombre no se había tan siquiera presentado correctamente y ahora, le decía que su presencia era molesta.

O sólo, tal vez...

—Menos mal que tú has venido —dijo, llevando un bocadillo a sus labios, sosteniéndolo ahí durante unos segundos.

Jungkook suspiró con cuidado, casi aliviado de no ser una molestia para el moreno, mas algunos segundos después se golpeó mentalmente por hacer eso. ¿En qué diablos estaba pensando? ¿Por qué debería afectarle lo que ese desconocido pensara sobre él?

Tal vez porque es un chico jodidamente guapo —su subconsciente lo traicionó.

Jungkook meneó la cabeza de un lado a otro, como si de esa manera sus torpes pensamientos pudieran esfumarse.

—¿Estás bien? —dijo, quizá acercándose más de lo debido según los pensamientos del menor.

—Lo estoy —contestó, apresuradamente, casi atragantándose con la fritura que masticaba.

—¿Te gustaría ver una película en lo que nuestro Jimin regresa de su fiesta?

Jungkook asintió, sintiendo sus mejillas sonrojarse al ver un lindo e infantil gesto formarse en su rostro.

"Un par de copas"  →YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora