Capitulo 15

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El castaño salió disparado de su apartamento, su corazón palpitaba frenéticamente mientras corría por las calles. Los gritos de su padrastro retumbaban en sus oídos, pidiéndole que se detuviera. Pero no se detendría. Ya no podía más con el dolor y la humillación, y no volvería a someterse a la opresión de ese hombre. Prefirió arriesgarse a dormir en la calle o en cualquier lugar antes que regresar a ese tormento. El miedo a ser encontrado y lastimado ya no le importaba; eso sería un alivio en comparación con la tortura que estaba viviendo.

Corrió con todas sus fuerzas hacia la casa de Oab, el único que parecía tener la posibilidad de ayudarle. Le diría que se equivocó, que tenía miedo y le mintió, que si lo amaba de la misma manera que él. Le diría lo que fuese necesario para que aceptara ayudarlo.Necesitaba que le creyera, que lo ayudara a escapar de su realidad. Sabía que estaba mal manipular a Oab, pero la desesperación lo empujaba a hacerlo. Tenía que encontrar una manera de que Oab dejara de lado sus rencores y lo ayudara.

Sus lágrimas caían sin parar, y su respiración estaba agitada. Miraba constantemente hacia atrás, pero parecía haber perdido a su padre. El alivio lo invadió al ver la calle donde estaba la casa de Oab. Aceleró el paso, se plantó frente a la puerta y tocó con fuerza, pero no hubo respuesta.

—¡Oab, por favor, ábreme! —suplicaba con la voz entrecortada por el llanto y la desesperación.

Miró por la ventana, pero la casa estaba vacía. ¿Dónde podría haber ido? Se recargó en la pared, sintiendo la desesperación aumentar, cuando de repente escuchó unos pasos. Su miedo se disparó y volvió a correr. Los pasos se acercaban rápidamente y el terror lo consumía.

Pasó frente a una iglesia cuando sintió un tirón doloroso en el cabello. Perdió el equilibrio y cayó al suelo. Allí estaba su padrastro, lo había alcanzado. El hombre lo agarró de la barbilla con brutalidad.

—¿Creíste que podrías escapar de mí? —rugió el hombre.
—Eres mío y lo serás siempre. No te librarás de mí. Entiéndelo, solo muerto—

Lo soltó de la barbilla, lo agarró del brazo con fuerza y lo obligó a levantarse. Gun lloraba y se retorcía, rogándole que no le hiciera daño, pero el hombre no mostró piedad. Lo arrastró de vuelta a la casa, lo arrojó al suelo con violencia y se lanzó sobre él.

—Por favor... —murmuró Gun entre sollozos.
—Déjame ir, por favor—

—Eso debiste pensarlo antes de hacer esa idiotez —respondió el hombre, mientras le daba una bofetada y comenzaba a besarle el cuello con avidez.

Gun sentía asco y repulsión. No quería que lo tocara más. Con las últimas fuerzas que le quedaban, logró empujar al hombre y patearlo en la entrepierna. El hombre maldijo y se apartó, tendiéndose al suelo.

Gun aprovechó el momento para levantarse y dirigirse hacia la puerta. Pero antes de que pudiera abrirla, un disparo resonó en el aire, congelando el tiempo y llenando la escena de una tensión escalofriante.

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La puerta se abrió lentamente, revelando a un Off visiblemente agotado, con la piel sucia y ojerosa. Sus amigos se sorprendieron al ver el estado en el que se encontraba.

—¿Gun? —preguntó Off con voz temblorosa.
—¿Lograron hablar con él?—

Tay y New no respondieron de inmediato. En su lugar, entraron al departamento con preocupación y lo confrontaron sobre su estado deplorable.

—Off, Dios mío, mírate. ¿Cómo puedes estar así? —exclamó New, con la voz cargada de preocupación.
—¿Sabes cuánto te hemos buscado? No sabíamos nada de ti, no sabíamos si habías comido o cómo estabas. Al verte así, parece que no has comido en días.—

Off los miró con tristeza y se pasó una mano por el cabello, visiblemente afectado.

—Por favor, díganme si supieron algo de Gun. Es lo único que necesito saber. Él me dejó, ya no quiere saber de mí —suplicó, antes de romper en llanto nuevamente.

Sus amigos lo sujetaron antes de que pudiera caer al suelo. La debilidad de Off era evidente, y les partía el corazón verlo en ese estado. Si hubieran sabido antes, las cosas habrían sido diferentes. Lo ayudaron a sentarse en el sillón, y Tay le habló con tono suave.

—Sí, supimos de él. Tranquilo, Off, por favor—

—Díganme, por favor —insistió Off, con la voz rota por la desesperación.

—Te lo diremos solamente cuando te bañes y comas algo, ¿entiendes? —ordenó New con firmeza, y Off asintió lentamente.

Sabía que estaba preocupando a sus amigos y se sentía mal por eso, pero estaba desesperado. Si ellos sabían algo de Gun, estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario.

Se levantó con esfuerzo y se dirigió hacia la ducha. El proceso le llevó más tiempo de lo habitual debido a la debilidad que sentía, pero finalmente logró salir, vestido y un poco más recuperado.

Cuando regresó a la sala, encontró un plato de comida china sobre la mesa de centro. Se sentó junto a sus amigos y comenzó a comer lentamente, a pesar de que el hambre no era su mayor problema en ese momento. Sabía que debía comer algo para obtener la información que tanto deseaba.

Comió en silencio, y cuando había terminado aproximadamente la mitad del plato, Tay y New lo miraron expectantes. En ese momento, Off sintió una mezcla de alivio y ansiedad, esperando finalmente escuchar lo que tanto necesitaba saber.

—No tenías nada en el refrigerador, así que encargamos comida. Esperamos que te guste —dijo New, tratando de ofrecer una sonrisa reconfortante.

—Gracias, de verdad... —Off murmuró, su voz apenas audible—. Sé que no merecen esto, hacerlos pasar por todo esto... Lo siento mucho. Pero no puedo seguir viviendo sin Gun. Me confesó que también me amaba, y luego... luego simplemente se fue. Entró a su casa y no volví a saber de él. No importó cuántas veces lo busqué o cuánto tiempo toqué a su puerta esa noche... —Sus manos temblaron mientras se las llevaba a los ojos, intentando contener las lágrimas, pero sin éxito. Su llanto volvió a romper el silencio.

Al verlo tan destrozado, Tay y New se acercaron más y lo abrazaron, ofreciéndole consuelo.

—No nos gusta verte así, Off. Somos tus amigos —le dijo Tay suavemente—. Estamos aquí para apoyarte, siempre lo hemos hecho y siempre lo haremos. Todo estará bien, te lo prometemos.

—Te contaremos lo que sabemos sobre Gun —agregó New, con una nota de seriedad en su voz—, pero tienes que calmarte primero. Tal vez no sea fácil de escuchar, puede que incluso no nos creas, pero es la verdad. Necesitas mantener la mente abierta y despejada para poder entender lo que te vamos a decir. ¿Está claro?

Off se separó ligeramente de ellos, limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano. Su expresión estaba llena de ansiedad y preocupación.

—¿Por qué dicen eso? ¿Acaso le pasó algo a Gun? ¿Está herido? ¿Está bien? —preguntó con urgencia, sus ojos llenos de miedo.

Tay y New negaron con la cabeza.

—No, Off... No es eso —respondió Tay con un suspiro profundo.

—Entonces, ¿de qué se trata? —insistió Off, su voz reflejando una desesperación creciente.

La pareja se miró mutuamente, compartiendo una mirada de entendimiento y pesar. Sabían que no había una manera fácil de decir lo que estaban a punto de revelar, pero también sabían que Off necesitaba la verdad, por difícil que fuera.

—Escucha, Off —comenzó Tay, tomando aire profundamente.
—Nada de lo que piensas que has vivido en los últimos días... es real—

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The mirage of GunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora