Retrocedamos

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Estoy en el mismo punto de siempre. Contigo.
Te miro, suspiro y finjo que esta todo bien.
Te quiero, es algo que siempre he sabido.
Te he buscado en miles de personas.
Cada tío que he conocido ha sido comparado contigo. Y eso que no eres perfecto.
Eres un cabezon, un enfadica, un tiquismiquis de la limpieza. El friki de las plantas, el que adora a los animales pero se resiste a tener uno.
Eres ese chico que sufre en silencio y que no es capaz de abrirse y gritarle al mundo lo que siente.
El mismo que me cabrea, el que me grita o se empieza a reír a carcajadas cada vez que meto la pata. Y es que no te soporto, y tú a mi tampoco.
Pero te quiero, no puedo seguir negando que todo eso es lo que he buscado. Porque me encanta, me encanta que sepas que soy un puto desastre y aún así me quieras. Muy en el fondo, pero lo sé. Aún que no de la forma en la que me gustaría. También lo sé.
Y tú tienes tus manías, que a veces me sacan de quicio, pero son los motivos que me tienen enganchado a ti.
Joder, me sería más fácil dejar todo pasar pero es que no puedo. No puedo porque fuiste mi primer amor sano, el que curó a ese niño lleno de miedos, de rabia, lleno de golpes. Sanaste mi corazón y lo mantuviste con vida durante años.
Y puede que sí necesitara sentirme libre, puede que buscara la forma de huir de mí pero no de ti.
Y lo destroce todo. Y ese chico no supo gestionarlo.
Y apareció aquella tormenta que a día de hoy lo destroza todo a mi paso. Puede que sea un castigo.
Puede que el problema sea yo.
No tengo ni idea a donde quiero llegar escribiendo esto. Te he necesitado y ahí has estado.
Me arrepiento? Por supuesto. Te he perdido y es lo peor que me ha podido pasar en la vida.
Soy un completo gilipollas.
Y aún te quiero.
Y aún me dueles.
Si hay otra vida te buscaré y te encontraré.
Te lo prometí en su día. E intentaré corregir todo lo que hice mal en la anterior.
Porque eres y serás el chico de las mil almas.
Ojalá coserlo todo.
Y ojalá empezar de cero en esta vida.

Mientras tanto seguiré durmiendo en mi cama, seguiré culpándome. Y seguiré estando bajo mi tormenta. Ahogándome.

Diario de un DesastreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora