Gritaría en medio de la calle mientras mi llanto se camufla con los truenos. Suelen hacer más ruido conforme más se acercan, a veces hasta te alcanzan. Y da igual cuanto corras, si te ha tocado a ti joderte te tocará y no se salvará nada ni nadie.
El impacto de aquel rayo que te alcanza te acaba destruyendo, te convierte en una bomba de voltios que tarde o temprano acaba estallando.
Y hace daño, mucho daño...
Sientes como tu cuerpo se estremece, el peso de tu cuerpo derrepente te lleva al suelo y es ahí cuando te das cuenta que lo único que necesitabas era gritar, desahogarte y romper con el silencio.
Y reaccionas de forma brusca, intentas explicarte y la cagas aún más. Y ya todo te da igual. Estás en ese punto donde nadie consigue entenderte. Y acabas sintiéndote sólo.
Y todo, porque solo querías ser escuchado.