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"¿Cómo estuvo la prueba de vestido?" Rose sonreía mientras hablaba por teléfono. La otra persona del otro lado de la línea suspiraba.

"Tediosa. Tu hermana no se decidía y deseé no tener que ser su padre." John se quejaba abiertamente, mientras que su hija más pequeña reía ante su desanimo normal de siempre. Ella sabía que él no quería que su hija mayor estuviera a punto de casarse, pero las probabilidades de que el casamiento se suspendiera eran nulas. Nicholas, el prometido de Sky estaba ciegamente enamorado de ella, y la muchacha no podía estar más feliz con la idea de casarse con su amigo de toda la vida. El hecho de que vivieron en el mismo vecindario desde que eran pequeños, facilitó el enamoramiento de ambos el uno por el otro. Rose estaba extremadamente feliz por su hermana y esperaba con ansias el día de la boda.

"Papá" Murmuró Rose, su tono paciente de siempre. "Deberías estar feliz por Sky, ella ha encontrado a un gran hombre en Nicholas y los dos sabemos que a pesar de todo el estrés que te está haciendo pasar en estos últimos meses, valdrá la pena"

John sonrió. Su hija menor siempre se había caracterizado por ser una de las niñas más tímidas de su clase y gracias a las infinitas pesadillas que enfrentaron juntos nunca la culpó. Incluso cuando le dolía ver como ella se encerraba en su habitación por horas y crecía sin ninguno amigo u amiga a su alrededor. Siempre que celebraban su cumpleaños, eran él, sus dos hijas y un pastel de cumpleaños. Sin embargo y a pesar de todo, Rose había desarrollado una sabiduría muy grande y un gran talento que desde el primer día lo había hecho más que orgulloso. Él amaba a Rose y rogaba en sus oraciones que aquellas noches oscuras en su niñez no volvieran a atormentarla nunca más.

"Lo sé Rosie, gracias por los consejos pequeña." Le decía, cariñoso. A su niña se le formaba una gran sonrisa en su rostro. Su relación siempre había sido la mejor posible para un padre y una hija, ojalá todas las relaciones fueran así. Ellos eran más que padre e hija, eran compañeros de vida y sueños.

"De nada papá, ahora ve a dormir, ya es tarde." Murmuraba, aún sonriendo.

"Quiero volver a la época en la que yo te decía eso. ¿Hemos intercambiado roles?" Le recordó, nostálgico. Rose casi soltó una lágrima...Ella amaba aquel excelente padre que tenía.

"Creo que sí. Buenas noches papá" Murmuró, queriendo que todo el dolor que traía su papá desapareciera.

"Buenas noches Rosie, te amo". Y así terminó la llamada. Rose sentía una opresión en el medio de su pecho, dolía cada vez menos pero dolía y eso era lo que lamentaba todos los días. Ese era el motivo de sus miedos y pesadillas. Sólo suplicaba que algún día alguna clase de luz iluminara sus cicatrices y las sanara alfin.

El proceso de reparar un corazón roto lleva casi toda una vida y muchas veces ni siquiera alcanza. Porque aunque quieras olvidar, intentes distraerte o incluso consigas superar, aquel pequeño e insignificante punto débil siempre estará para atormentarte y hacerte dudar. Creer que todo no pasa de una fantasía y que las heridas ocultas dentro de ti nunca sanarán.

Rose miraba el techo de su habitación cuando una lágrima de pesar resbaló por su mejilla y eso dio fin a muchas más. Corrían como ríos que fluyen sin cesar y la hacían débil y furiosa al mismo tiempo. Le frustaba el hecho de no ser fuerte, de no poder sobrellevar aquellas noches de pesadillas que vivió y pudo sentir por mucho tiempo. Su llanto casi no se escuchaba y lo hacía como desde el primer día, en silencio. Se ocultaba detrás de aquel dolor que la atormentaba desde hace años. Dejaba que aquel silencio callara todo su sufrimiento y desconfianza hacia cualquier persona que se le acercaba. Por más que intentaba no podía creer en las relaciones, en el amor, en la amistad, simplemente no podía. ¿Cómo es posible que una sola persona nos arruine tanto?

Corazón artista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora