El más deseado [Harem Jeff the Killer] (Jeff X Todos)

12-Algo extraño-

Le costó entender a lo que se refería, desde que escapó, todos los días lo esperaba en el lugar donde vivían ellos dos. Jeff estaba viviendo en otro sitio, por lo cual nunca lo encontraba en casa.

—¿Qué quieres decir?

—Es un lugar más amplio, vivo con unos amigos, así que no hace falta que te preocupes por mí

Liu no le apartaba la mirada como si estuviera esperando a que le dijera algo más. Posiblemente era porque sabía que era mentira, lo empujó un poco, alejándolo hacia un lado con un intento de ocultar su rostro.

—Entonces—Habló el mayor—Me mudo cont-

—¡No!—Interrumpió—Iré a visitarte de vez en cuando, no hay necesidad de volver a vivir juntos

—Jeff, lo que pasó en el pasado fue decisión mía, no hace falta que me mantengas alejado de tí ¿Es por eso que te has ido de casa?

En parte sí pero también era el echo de que no quería que lo viera tan miserable en aquella casa llena de seres inhumanos. No quería que supiera de donde provenía todas aquellas cicatrices y heridas que tenía por todo el cuerpo, no quería volver a ser una carga para su hermano. Pensaba que su mera existencia había jodido la vida tan prometedora que tenía Liu, todo por él.

—No hace falta que te mudes cuando los dos podemos vivir perfectamente por separado—Le agarró de la mano para arrastrarlo fuera del bosque

—Pareces estar más débil, tu agarre no tiene fuerzas...

—Liu, para

—Levantate la sudadera—Exigió

—Me iré como sigas

Sujetó a Jeff de los brazos y le levantó la ropa, así confirmando lo que temía. Estaba anoréxico, se podía ver cómo le marcaban las costillas y sus brazos parecían tener poca masa muscular. Cuando más se fijaba, más heridas aparecían, algunas medio sanadas y otras parecían recientes o de hace poco.

Era extraño que estuviera tan malherido, sus reflejos eran buenos y casi nunca recibía daños. Si alguien le llegaba a tocar, moría instantáneamente.

Pasó su mano sobre las pequeñas cicatrices que tenía en el abdomen, observó cada parte de su torso.

"¿Quién te hizo esto?"

—Jeff, vuelve conmigo—Dijo firmemente—Estas heridas es imposible que te los hayas provocado tú sin querer

—Estoy bien...

Su insistencia no provocaba que este cambiara de opinión, aún que mantenerse alejado sería lo mejor para que él no encontrara a Jeff. Sin embargo, si va ser herido así tampoco estaba seguro ausentarse del menor.

Buscó algo entre sus bolsillos, de ello sacó un aparato electrónico, era un teléfono móvil sin pantalla táctil. Sopló para quitarle el polvo y lo limpió con un pañuelo, lo llevaba en la chaqueta que tenía puesta.

—Mi número ya está guardado, llámame todos los días—Antes de que se negara lo metió en el bolsillo de su sudadera—Hazlo por mí

Suspiró, lo decía con tanta intranquilidad que no podía excusarse. El mayor le acarició el cabello y lo dejó caer con una mirada triste, dicha expresión hizo que se odiara por mentirle de tal manera.

Mientras que el día se oscurecía, caminaban en silencio llegando a la pequeña colina que llegaba a formar una parte del bosque. Sentados en el suelo mirando las luces de la ciudad sumidos en sus pensamientos.

—Jeff—Habló una voz relajada conocida para uno y desconocida para él otro—No puedes permanecer a estas horas fuera

—¡Mierda Masky! ¿Cómo es que-? ¿Cómo puedes estar a estar horas de la noche fuera?—Sudó frío al verlo