¿Por qué de todas las personas que podrían joder tenía que ser Jeff? ¿Que tenía en especial? ¿Su sonrisa psicópata? ¿Su mente retorcida? ¿Su gran ego?
Desde que llegó a la casa de Slenderman la vida de Jeff se volvió un jodido infierno
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C...
—No me gusta sentirme vigilado y eres la perrita de Slender ¿No? Entonces confiará en tí
—No tengo tiempo
Antes de que le diera la oportunidad para poder irse fue arrastrado hacia la puerta principal. Podría hacerse zafado del agarre, pero una parte de él quería salir con Jeff el problema era miedo de las consecuencias de sus actos.
La fría brisa del invierno le causó un escalofrío, aún siendo inmortal podía sentir la baja temperatura que siempre tenía que soporta cuando lo ordenaban a vigilar el bosque. No sé quejaba, no era necesario o si no mostraría debilidad e inutilidad.
—Tu mano está fría
—Solo suéltame
Hizo caso omiso, seguía caminando llevándolo a rastras, parecía saber a dónde quería ir, por el contrario, ante sus ojos solo había un sendero lleno de árboles que no les dirigía para ningún lado. Una luciérnaga pasó por delante de sus ojos, al fijarse en el camino se percató cómo habían más. En medio de todos esos árboles estaba un lago. La luna se reflejaba en aquella agua cristalina, no sabía la existencia del lugar.
—Toma, estás temblando—Se quitó la chaqueta para dárselo a él—Llevas así todo el camino
Se negó pero fue forzado a ponérselo. Olía a él, tenía su aroma, lo olfateó disimuladamente. Se sonrojó bajo la máscara, no tenía ni idea de lo agradable que le estaba haciendo sentir.
Miró para el otro lado cuando Jeff empezó a quitarse las zapatillas, la sangre se le subió a la cabeza, el frío se le fue rápidamente. Escuchó el sonido del agua -un chapoteo-, quería dejar de pensar porque lo que se estaba imaginando era más de lo que debería.
—Eres un grandísimo hijo de puta—Soltó de la nada—¿Por qué no me miras a la cara? Te estoy hablando
—¿Hay alguna razón para que me insultes?
—Gracias a tí y al estúpido de tu amo estoy en esta porquería de casa, ¿para qué? me habéis jodido
—No tengo permitido decirte la razón
—Claro, tiene que obedecer al titán de 3 metros
Sentía que estaba hablando solo ya que solo le estaba viendo la espalda, lo volteó para que lo mirara a los ojos.
Para el otro, le pareció tan hermoso bajo la luz de la luna, se golpeó mentalmente al ver que solo se estaba mojando los pies. Estaban tan cerca de su cara, el uno con el otro, que su cuerpo se movió por sí solo o una parte de su consciencia quería hacerlo. La calidez de sus labios, podía sentirlo aún con la máscara puesta, un fuerte empujón lo echó para atrás. No sabía si lo veía con asco o con vergüenza, quizás sean ambos. Empezó a ponerse las zapatillas y se levantó, ahora su expresión de enfado era como si fuera a pegarle pero se marchó a pasos rápidos. Suspiró pensando en lo que acababa de hacer, se quitó la máscara, masajeando se el entrecejo, miraba su rostro reflejado en el lago. A decir verdad, le hubiera gustado besarlo sin la máscara, pudiendo tocar sus labios y poder sentirlo más. Sabía que no era momento para pensar en eso, sabía que lo había arruinado y seguramente ahora lo evitaría más de lo que hacía antes pero no sentía arrepentimiento.
La puerta de la entrada fue azotada al volver de su paseo, el sonido de un cristal roto lo sobresaltó. Buscó alguna vela para poder iluminar su camino, los pedazos de cristales crujieron bajo la suela de su zapatilla. Encendió la vela y miró en el suelo, por la forma que tenía dedujo que podría ser un vaso.
No limpiaria ese desastre, él no dejó el vaso tan al borde de la mesa y volvería a su habitación antes de que alguien le exigiera limpiarlo.
—¿Te cortantes Jeffy?
La sombra era algo siniestra, se movía de forma inhumana, cuando la luz de la vela llegó a iluminarlo sintió que debería de haber sido obvio de quién podría ser con tan solo el sonido de su voz. Le tomó de la mano para lamer sus dedos, se estremeció por tal acto, se preguntaba de dónde había sacando tanta confianza con él como para hacer eso. Puso la mano en su cara para empujarlo y dejará de hacer algo tan desagradable para él.
—Laughing, esto es repugnante
—Hieres mis sentimientos, me preocupaba por si te habías herido
Rodó los ojos, la vela estaba siendo consumiendo por el fuego, dentro de poco la luz de apagará. No iba a seguirle el juego, mientras aún haya algo de iluminación aprovecharía para subir las escaleras antes de que la oscuridad cegarra su vista. La llama de apagó cuando una de las ventanas de la casa se abrió por la ventisca ocurriendo lo que menos quería. Fue levantado del suelo y llevado como un saco, bufó dejándose llevar, tampoco tenía opción.
—No creo que aquí sea mi habitación
—Nop
—Es la tuya ¿Verdad?
—Sip
—¿Y tú compañero?
—Durmiendo
—...
—...
—Llevame a mí habitación
—Jeffy, siempre duermes con ese hombre grisáceo, esta vez duerme conmigo, sería como una fiesta de pijamas
—No pienso dormir contigo, en una misma cama
—Payaso, es la veinteava vez que te lo digo, cállate cuando estoy dormido
La tercera voz callaron a los dos, miraron aquellos ojos verdes que iluminaban en la oscuridad, se podía notar el enojo y la molestia.
—Mierda ¿Compartes habitación con el otro payaso?
—Yo no soy un payaso niña
—No soy una chica
—Lo sé, pero por tu cabello largo me pareciste maricón
Sacó el cuchillo y el otro no se inmutó, le parecía un simple animal que solo intentaba amenazarlo, se levantó para asustarlo, mostrando su gran altura. No pensó que lo apuñalaría de verdad, desde el estómago, de arriba a bajo, destripando lo. Cayó al suelo al bajar la guardia, tenía agallas pero no se lo podía decir por el dolor que sentía en el momento.
Salió de la habitación escupiendo le en la cara. Fue tocando los números de cada puerta hasta dar con la suya, entró al cuarto para ser recibido con un abrazo. Puppeteer no dormía al ser un fantasma entonces no sé extrañó de que siguiera despierto.
—¿Donde estabas tan tarde?
—Solo salí
—Pondríamos salir juntos
—Fui con Masky, tranquilo—No pareció que le haya gustado la respuesta pero no quiso hacer caso a su suposición—Salgamos mañana, hoy estoy cansado
Lo dejó ir, mordió su labio inferior, sentía que no avanzaba nada. No quería que lo siguiera viendo como un amigo, se preguntaba el porqué era tan lento en pillar sus indirectas. Temblaba de la rabia con tan solo pensar que él estuviera con alguien más. Se sentó en la cama y miró a Jeff, se había dormido rápido, no pudo apartar su mirada en toda la noche.
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