El más deseado [Harem Jeff the Killer] (Jeff X Todos)

21 -Una presencia-

Una niebla negra iba elevándose cada vez más, tornandose difícil ver el entorno. Puppeter agrandó el espacio que ocupaba los hilos, estando al tanto de donde podría aparecer Liu, lo atraparía antes de que pudiera hacer algún movimiento.

Cayó al suelo de golpe cuando unos cuchillos se clavaron en su espalda sin saber cuándo sucedió por la rapidez de los movimientos de Liu.

Estiró todos los hilos, para atraparlo da igual en que dirección estuviera, pero cuando la niebla negra se esparció, no vio a nadie.

Su cuello fue cortado al acto, dejando caer su cabeza rondando por el suelo, mientras que su cuerpo cayó al suelo tiempo después.

—Estorbas mucho —Dijo Liu desapareciendo entre la niebla.

Su objetivo era reencontrarse con Jeff, y no tenía mucho tiempo, Zalgo no esperaría más y él no quería volver a morir, no quería morir y dejar a Jeff solo, no volvería a abandonarlo.

Recorriendo el bosque, se percató de la presencia de una niña, no mucho más de ocho años. Tarareaba una canción de nana mientras arrancaba las flores que habían brotado en el bosque.

—Sé que estás aquí~

Era una voz siniestra, no muy normal para ser la de una niña, se levantó del suelo, dejando una mancha de sangre a su alrededor. Sus manos agitaban su vestido rosa para quitar la suciedad de la tierra, mientras levantó la vista para ver a Slenderman, que estaba escondido detrás de un árbol.

Sonrió, sus risas se escuchaban por todos los lados, solo si estuviera en múltiples partes, pero su presencia seguía estando delante de él.

—¡Que bien! Has encontrado mi oso de peluche—Decía alegremente mientras se acercaba a él con saltitos—Eres un buen tipo, señor Slendy

El rostro de la niña se tornó oscuro, y sus movimientos se volvieron más ágiles, como si de un ser desfigurado de tratase, dislocó todo su cuerpo para, seguidamente de eso, saltaó hacia Slenderman.

Este la pararto con sus tentáculos, haciendo que choque contra un árbol, pero se levantó rápidamente para volver a intentar atacarle.

—¡Los malo como tú deberían de ser destruidos!

A pesar de la velocidad de la niña, Slenderman logró dar con ella, apuñalandola con los tentáculos, atravesando todo su cuerpo dejándola inmovilizada. Su cuerpo cayó al suelo y no se volvió a levantar.

Sabía que no estaba muerta, que no había acabado con ella, porque al fin y al cabo, ella ya era un fantasma.