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*Escuchar canción en la parte que se comienzan a escuchar las notas*

Jade

Una noche, una lista
Parte 1/2

Ver el titilar de las estrellas desde allí arriba con él hacia mucho más mágico a el lugar de lo que ya era. Y de alguna forma u otra, me hacia olvidar por un rato lo peligroso que era ese bosque y que, un jodido psicópata, estaba en el. ja.

Las copas de los árboles eran enormes, cubrían la mayoría del cielo azulado de esa noche. El olor a la tierra mojada de la lluvia que había cesado esa tarde permanecía en el entorno demostrando su aroma, y miles, y miles de mariposas azules rondaban entre nosotros. Por cada mariposa azul había un grito mío de emoción, y un quejido de Liam por el susto que le daba que grite en el bosque porque... bueno, había mucho silencio y créanme que eso creaba mucho eco.

—Ya me tuve que aguantar treinta quejas en la subida, Jade. Cierra la boca.

—He dicho que era bonita la idea —me apresuré a contestarle— solo que...

—Cuidado con lo que vas a decir, cosita —me advirtió luego de recostarse sobre el tejado empinado de la casa del árbol, a mi lado.

—Solo que ahora tengo un tajo en el culo por culpa del clavo de la escalera —terminé de formular mi oración, indignada.

—Quédate tranquila que eso no será un problema ni ahora ni después —confesó soltando una sonrisa pícara luego de  dejar sus manos debajo de su nuca.

—No será un problema para ti —volteé los ojos— pero para mi culito sí. —Liam soltó una carcajada—. ¿De qué te ríes? No da gracia. Por si no sabías hay una corriente fría que entra por el agujero y me estoy congelando.

Él sonrió jugando con su piercing.

—¿Quieres que te lo quite o qué? —me preguntó, serio ladeando su cabeza para poder mirarme mejor.

—¿El qué? —me giré hacia él apartando la mirada del cielo.

—El pantalón —respondió, con suma normalidad. Lo miré, confundida y él saltó a la defensiva al instante—: Así no estorba, Jade.

—Pero dije que tenía frío. —Él me miró mal mientras su rostro demostraba claramente un "y qué"—. Y si me lo quitas me dará más frío, luego una pulmonía y luego moriré.

—Entonces no te quejes —prosiguió a decir.

Puse mis ojos en blanco.

—¿Qué Insinúas?

—Muchas cosas.

—¿Qué clase de cosas?

Él frunció el ceño.

—No me gusta que seas más atrevida que yo. Ya cállate.

Arrugué mi nariz.

—Entonces, el señor Liam insinúa que yo, Jade Greco, que le temo hasta el hecho de sacarme la ropa al frente de mi madre, me voy a cambiar al frente de él, ¿verdad?

Sonrió.

—Claro que sí.

—Claro que no.

—¿Por qué no lo harías?

—Porque no.

—Liam nunca se conforma solo con un "porque no" —me dijo con obviedad—. Te escucho. —Me quedé en silencio por un minuto entero—. Recuerda que tenemos toda la noche.

Efecto Mariposa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora