Cap 24

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Alex

Esa noche me fui a dormir, estaba cansada y quería relajar mi mente, pero algo me inquietaba. Vladimir se había detenido, no habían más muertes, los humanos no atacaban, todo estaba demasiado tranquilo para mi gusto y solo quedaba una semana para la luna llena.

No. Él no se había detenido, estaba segura de eso.

Al cerrar mis ojos y dejarme llevar por los brazos de morfeo.

- Al fin llegas, pensé que nunca lo harías. - Era su voz, esa voz susurrante era la voz de Vladimir.

- ¿Qué quieres? ¿Qué haces en mi cabeza? - Pregunté.

- Yo siempre estoy en tu cabeza, estamos conectados, hermanita. - Se rió con ganas.

- No me llames así, no soy tu hermanita. - Gruñí.

- Si lo eres, pero bueno, no estoy aquí por eso, estoy aquí porque quiero verte, quiero que me conozcas antes de que nos reunamos con nuestra madre. - Dijo confiado.

- ¿Dónde y cuando? - Pregunté decidida. Le iba a tender una trampa y lo atraparia.

- No pensé que estarías tan dispuesta. - Se burló.

- Te podrían sorprender muchas cosas de mi. - Aseguré.

- No espero menos de ti. - Sentí que alguien me estaba sacudiendo. - Parece que mi regalito ya les llegó. Nos vemos en el primer lugar donde sentiste mi presencia, mañana en la noche.

No pude decir o hacer nada más, fui traída de vuelta a la conciencia encontrándome con una Angie totalmente alterada y que trataba a su vez de hablar con alguien más. 

- ¿Qué ocurre? - Pregunté despertándome por completo y pudiendo ver a una de las chicas que ayudaban en el castillo. Ella me dedicó un vistazo y asintió a lo que le había dicho Angie saliendo a toda prisa.

- ¡Al fin despiertas! - Exclamó la rubia exasperada dejándome confundida. - Estamos bajo ataque, el castillo se viene abajo, tenemos que salir de aquí.

En ese momento fui consciente de que afuera se escuchaba claramente una batalla, disparos y explosiones por todas partes. Me puse de pie rápido y me vestí con algo adecuado lo más rápido que pude.

Se escuchó un silbido y luego la pared de mi cuarto explotó, había sido golpeada por una piedra gigante que al parecer habían catapultado hacia allá. Otro piedra más golpeó y fue sepultada bajo varios escombros.

Sentí como mi cuerpo sufrió varias roturas y fracturas que se curaron en segundos. Empujé los escombros lo más rápido que pude y empecé a buscar a Angie por todas partes, pero ella no estaba.

- ¡Angie! - Grité llamándola, pero no hubo respuesta. - ¡ANGIE! - Grité más fuerte y escuché una respuesta esta vez. Fui en dirección  a donde antes estaba el tocador y allí estaba ella con la mitad de su cuerpo debajo de una enorme roca.

- No puedo levantarla. - Se quejó.

- Lo haremos juntas. - Ella asintió y sostuve la roca, empecé a empujar hacia arriba y Angie me ayudó, la roca era demasiado grande, seguro que esa era la que habían lanzado. Con un poco de esfuerzo logramos moverla y Angie logró salir.

- Los humanos atacaron, tienen enormes tanques, catapultas y balas de plata. Están destruyendo en castillo. - Me informó en lo que su pierna de volvía a unir porque estaba rota. - Debemos salir de aquí.

Mordida De Licántropo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora