Cap 20

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Alex

Observo a la distancia, no hay nada más que un basto bosque, pero desde aquí arriba puedo verlo todo. Extraño a mi familia, hasta a la pesada de Emma, pero debo protegerlos. No puedo dejar que sus propios amigos se pongan en su contra y que los lastimaran.

Aun a la distancia en la que me encuentro puedo ver algo moverse entre los árboles y por alguna razón sé que ese algo, o mejor dicho alguien, es Vladimir.

Salto del techo cayendo perfectamente en el suelo sobre mi rodilla y corrí internandome en la espesura del bosque.

No tardé en llegar al lugar y supe en ese momento que tenía razón. La neblina se hizo presente, pero esta vez fui más fuerte, no dejaría que me doblegara como lo hacia siempre.

El olor a sangre llegó a mis fosas nasales y sentí el picor en la lengua, mis colmillos se hicieron sentir, pero debía ser fuerte.

- Sé que te llevaste a Cole. ¿No te basta con tener un secta? - Dije sabiendo que aunque no podia verlo me estaba escuchando.

- Él es importante, va a hacer grandes cosas. - Susurró con esa voz distorsionada que no me dejaba saber quien era.

La neblina se disipó y en un segundo lo tuve frente a mí, pero no me inmuté.

- ¿Por qué no me muestras quien eres y te dejas de juegos de una vez por todas? - Levanté una ceja desafiante.

- Porque ya me conoces. ¿Sabes? Me sorprende que hayas descubierto tantas cosas por ti misma, pero eso me hace tener menos trabajo, así no tengo que explicarte todo. - Habló rodeandome como si fuera su presa, y la verdad me sentía así.

- Así como he descubierto todo eso voy a descubrir quien eres. - Aseguré.

- Espero que lo hagas. - Me respondió.

- Cuando lo haga te voy a buscar y te voy a matar. - Apreté los dientes y cerré los puños, se me estaba haciendo muy difícil controlarme.

- Te estaré esperando, ese día te uniras a mí y traeremos de vuelta el orden original. - Se rió.

- Estas demente. - Susurré, ya no aguantaba las ganas.

- Tú poder es infinito, Alex y cuando lo descubras entenderás. - Me susurró al oído y luego desapareció.

Corrí de vuelta al castillo lo más rápido que pude, estaba sedienta, hambrienta, cada vez era más difícil controlarme cerca de él. ¿Por qué?

Chris apareció en mi camino y lo abracé, estar en sus brazos me daba seguridad, pero aún así ansiaba sangre, y no sangre humana.

- Chris. - Susurré.

- Hazlo. - Respondió sin necesidad de que le dijera lo que quería. 

En un abrir y cerrar de ojos enterré mis colmillos en su cuello y sentí el liquido en mi boca, la sangre de Chris tenía un efecto enorme en mí. A pesas de que teníamos el lazo de la conversión yo era su alma gemela, estábamos destinados a estar juntos y ser compatibles.

A estas alturas también pensaba que él era mi alma gemela, mi compañero de toda la vida.

Lo escuché jadear y dejé de absorberlo. En cuanto me separé de él la herida se cerró.

- Lo siento. - Murmuré.

- No pasa nada. - Me acarició la mejilla y tomó mi mano llevándome a su cuarto. - ¿Lo viste de nuevo? ¿Verdad?

Asentí.

- No sé lo que me pasa, cuando estoy cerca de él siento esa sensación de hambre y sed que se me hace casi imposible resistir. - Le conté.

- Es por la conexión entre ustedes, necesita ser terminada y para eso deben marcarse el uno al otro, tomar de su sangre. Debe ser como la de las almas gemelas, pero más fuerte, un lazo de hermanos gemelos. - Negué, no podía estar ligada a ese ser tan horrible.

- Hubieron cosas que no dije en la reunión, como esta por ejemplo. No pueden contar conmigo para atraparlo, a su lado yo soy débil, cuando estoy frente a él no puedo hacer nada. - Susurré sintiéndome impotente.

- Llevas mucho peso en tus hombros, Alex. - Dijo abrazándome. - Yo estoy contigo, no cargues todo sola.

- Tengo miedo de que te vayas otra vez. - Respondí en su pecho.

- No lo haré, nunca más te volveré a dejar sola. Es un promesa. - Besó mi cabello y se quedó allí por unos segundos.

Si, era una promesa.

Vladimir

Termino de absorber el último rastro de sangre del asqueroso humano que tenía encerrado hace días. Ya estaba harto de estar escondido como una rata. Dejo el cuerpo en el suelo y le paso por arriba.

Veo a Cole en una esquina parado de forma relajada, aunque no lo parezca sé que está asqueado, pero no me importa. Mi sed y mi hambre no de va a saciar hasta que la tenga a ella.

Hoy estuve a punto de lanzarme a su cuello, pero ella estaba firme, ni siquiera parece inmutarse con mi presencia, como si no necesitara probarme cuando estoy cerca.

Una nube de humo cubre el cuerpo el cuerpo del humano y escucho como la carne se quema en el ácido, cuando ya no queda nada del cadáver del humano atraigo el poder hacia mí.

- ¿Cuál es tu plan? Además de vaciar a humanos. - Pregunta Cole detrás de mí en cuanto salgo del cuarto.

- El único plan hasta ahora es terminar los sacrificios, ya casi llega el eclipse y esa noche es cuando vamos a traerla de vuelta. Aún faltan dos sacrificios más. Lo siente será traer a Alex. - Respondí sin mirarlo.

- ¿Vas a quitarla de en medio? - Preguntó y esa pregunta me llenó de rabia. Me giré rápidamente y lo agarré del cuello levantandolo unos centímetros del suelo, deslicé una nube de humano ácido debajo de él, pero sin llegar a tocarlo.

- Ya te dije que Alexanda no se toca, no le puedes tocar no un solo cabello. Te atreves a desobedecerme y te juro que vas a terminar igual que el asqueroso humano. - Asintió y lo dejé de vuelta sobre sus pies quitando la nube de humo.

- No entiendo porqué la proteges, ella va a ser una piedra en el zapato, siempre quiere ser la heroina. - Comentó.

- Eso es asunto mío. - Respondí y empecé a caminar dejándolo atrás.

Me dirijo al sótano y allí encuentro su tumba, guardé su cuerpo sin vida durante siglos, ella había sido la única que me habia entendido, me había cuidado y me quería, era mi alma gemela y la amaba.

Con mi poder había logrado que su cuerpo se mantuviera intacto todo este tiempo.

- Mi amada Rubí, pronto estaremos juntos de nuevo. - Besé el dorso de su mano. - Lo prometo.

Mordida De Licántropo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora