• Capítulo 05 •

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   Detrás de la puerta negra de hierro encuentra una sala de espera normal, pintada en tonos pastel y con varias plantas de interior. Aproximadamente ocho o diez cómodos asientos se despliegan, pegados a los muros, hasta el final de la pequeña habitación, en donde encuentra a un joven recepcionista rubio, atendiendo llamadas amablemente detrás de un mostrador. Al fondo, junto a la recepción, hay una segunda puerta negra de hierro.

   Una mujer mayor, con apariencia de haber llorado por horas, está sentada en silencio, esperando para ser atendida. Lleva en sus manos una bolsa negra con las pertenencias de un perro. Un plato de comida, un almohadón y un collar con una placa es lo que alcanza a ver sobresaliendo de la gran bolsa, todo con el nombre “Canela” escrito. Jin piensa que lo más educado sería esperar también, pero la necesidad de apaciguar cuanto antes el maremoto en su interior pesa más que sus modales. Se acerca a la recepción con pasos decididos, y se apoya en el mostrador.

–Sí, señor, podemos realizarle el procedimiento, tengo que darle un turno. La dirección de correo electrónico que mencionó antes es la suya, ¿Verdad? –El recepcionista rubio, con un gafete que reza “P. Jimin” en el pecho, sigue hablando por el teléfono de línea–. Okay, entonces le enviaré un mail con la grilla de los turnos disponibles. Los más próximos son dentro de un mes. Responda tan pronto como pueda, indicando la fecha que escogió... De acuerdo, espero su respuesta, muchas gracias.

   El recepcionista corta la llamada, y alza la vista a Jin. Este simplemente se limita a entregar la tarjetita amarilla que recibió en el departamento de sus amigos. El rubio reconoce la tarjeta, y hace una mueca.

–¿Eres Kim Seokjin? –Pregunta, a lo que Jin asiente–. Lo siento, Seokjin-ssi. Se supone que no deberías haber visto esta tarjeta.

–Pero sí la vi, por desgracia. Yo... ¿Podría hablar unos minutos con la persona responsable aquí? –Pregunta Jin, intentando no demostrar lo abatido que está por dentro–. Necesito que me explique en detalle.

–De acuerdo, dame un momento –El muchacho entonces toma el mismo teléfono de hace un momento, presiona el botón numeral y el número 1 y luego aguarda unos segundos–. Namjoon-nim, disculpa. Tenemos una situación aquí.

   Brevemente, el rubio le explica a la persona al otro lado de la línea, que al parecer se llama Namjoon, sobre los motivos que trajeron a Jin a la clínica. Luego corta la llamada y vuelve a alzar la vista.

–Seokjin-ssi, el doctor dice que pases a su oficina. Es la primera puerta negra –Indica el joven.

   Jin agradece, y camina hasta la puerta indicada, y desde allí nota que hay un pasillo que corre por detrás de la recepción, y que lleva a una tercera puerta negra. Por eso el chico dijo que fuera a “la primera”. Desde la entrada no se podía visualizar esa otra puerta escondida. De allí salen voces de gente utilizando lenguaje técnico.

–Kook, no puedo medir el voltaje aquí, ¿Puedes ayudarme? –Es una voz femenina algo profunda la que sale de ahí, y responde una voz masculina.

   No le da más importancia a eso. Da tres golpes a la puerta frente a él, y al oír una autorización, la abre.

   Adentro hay una oficina muy bien decorada, llena de bonitas plantas de interior igual que la sala de espera. Un hombre aproximadamente a la mitad de sus treintas, con unas pocas canas surcando su oscuro cabello, está sentado ante el escritorio. Detrás de él, hay enmarcados al menos cinco prestigiosos títulos de medicina.

–Por favor, siéntate Seokjin-ssi –El doctor indica el asiento frente al suyo, y luego se inclina sobre el escritorio, sin ponerse de pie–. Soy el doctor Kim Namjoon, neurocirujano, y el director a cargo de este lugar.

–Mucho gusto –Se inclina con respeto ante el mayor, antes de sentarse, conservando una expresión seria en el rostro.

–Entiendo que viste una de nuestras tarjetas. En efecto, Taehyung vino hace unas semanas para realizarse nuestro servicio de borrado. Puedo responder a todas las preguntas que quieras.

–Doctor, tengo MUCHAS preguntas sobre esto, muchísimas de verdad... Pero solo necesito que me respondas una –Jin inspira una vez antes de seguir hablando–. ¿Recuerdas si Taehyung se veía seguro de hacer esto?

   El mayor se queda mirando su escritorio mientras piensa.

–La verdad no creo ser el más adecuado para responder eso, ya que solo lo vi durante el día del tratamiento. No lo conocí lo suficiente.

–Mi Taehyunggie es un libro abierto. Lo que viste ese día es exacto lo que él estaba sintiendo por dentro –Sonríe brevemente Seokjin–. ¿Cómo lo notaste?

–Bueno, si debo basarme en lo que vi... –Namjoon se acomoda en su silla, y se rasca la nuca–. No sé si seguro, pero sí lo noté enojado... Frustrado quizás, decepcionado y... No sé, harto también.

   La expresión de Jin decae. Asiente un par de veces, y se levanta de la silla, intentando sonreír.

–Muchas gracias por tu tiempo, doctor –Dice, antes de marcharse de allí.

   Pasa esa noche dando vueltas en su cama. En aquella cama que compartió tantas veces con su Taehyunggie, pensando en él, y en nadie más que en él. Rememorando una vez más la última pelea que tuvieron antes de que tomara la decisión de... Borrarlo de su memoria.

   La mañana siguiente, mientras Yoongi y Hoseok están desayunando antes de ir a sus respectivos lugares de trabajo, escuchan el timbre de su departamento. El menor de los dos va a la puerta, y ve por la mirilla para saber de quién se trata.

–Es Jin-hyong –Dice, apresurándose a abrirle a su amigo.

   El mayor entra en silencio al departamento. Se sienta pesadamente en el sofá, y apoya los codos en sus rodillas, sus manos entrelazadas y apoyadas sobre sus labios, mientras mira a un punto fijo del lugar. Bajo sus ojos están las oscuras y profundas evidencias de su noche sin dormir.

   Yoongi se levanta de la mesa, y va a pararse junto a Hoseok. Ambos observan al mayor, pero no tienen tiempo de decir una sola palabra, cuando este los mira con decisión.

–Voy a hacerme el procedimiento –Declara, con una expresión de piedra.

–¿Vas a QUÉ? –Pregunta Yoongi.

–Ya lo pensé toda la noche... Voy a ir a la clínica. Voy a borrar a Taehyung de mi memoria.

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Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora