• Capítulo 13 •

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   Jungkook se sienta en la silla vacía frente al monitor y comienza a accionar botones, mientras Jisoo está de pie, lista para atender cualquier requerimento del menor.

–¿Esto había pasado alguna vez, Kookie? –Pregunta Jimin, apareciendo detrás del técnico para mirar lo que ocurre en la pantalla.

–Sí, pero no es muy común –Contesta Jungkook, sin dejar de trabajar–. Hay personas que tienen sueños muy lúcidos, y son capaces de hacer cosas así.

   Ahora la pantalla muestra un diagrama de todos los recuerdos registrados. El pelinegro observa cada cuadrito meticulosamente, y encuentra uno de los recuerdos más viejos parpadeando suave.

   Lo abre, y encuentra allí el centro de conciencia.

–Se fue a uno de los recuerdos más viejos –Anuncia el técnico–. Todo está congelado, tengo que llevarlo de nuevo adonde estaba antes para que el procedimiento continúe.

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   Jin y Tae están recostados contra la pared de uno de los puestos de la feria, aún comiendo las palomitas y riendo de los chistes malos que hace el mayor. Cuando Taehyung ríe, sus ojos se vuelven dos lunitas, a Jin le parece tan adorable que no puede evitar subir su mano y acariciar los mechones verdes que caen sobre su frente.

   De repente, el suelo se abre, y en un segundo Jin es tragado entero.

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   El hombre cae como costal de papas en el sofá de Taehyung. Su respiración es agitada, y hay palomitas de maíz desperdigadas a su alrededor.

–¿Qué es esto, hyong? ¿De dónde salieron las...? –El menor está de pie junto al sofá, mirando a su novio recostado, rodeado de palomitas. Afuera sigue lloviendo, pero la ventana desaparece de pronto.

   ¿Cómo pasó eso? Apareció en uno de sus recuerdos más viejos con Tae, solo por escuchar la voz de Jisoo diciendo “Voo”.

–Jinnie, necesito que me expliques... –Repite Tae, mientras más cosas van desapareciendo detrás de él.

   Esa chica en serio hizo una buena investigación de Taehyung, para haber descubierto que él lo llamaba así.

–¡Hyong, hazme caso! –Explota el pelirrojo–. Dijiste que me estás borrando de tu memoria. ¿Por qué estás haciendo eso?

–¡Porque tú me borraste primero a mí, Tae! –Responde Jin en el mismo tono, mirándolo.

–Oh... –El menor se sienta de nuevo a su lado, y mira algunas de las palomitas que cayeron al suelo–. Y... ¿Por qué lo hice?

–Fue por la pelea de los rasguños en mi auto –Contesta el castaño, omitiendo que también le dijo algunas cosas feas al menor esa noche.

   Tae se acerca más a su novio. Mueve su mano para tomar la de él. Ya solo queda el sofá con ellos dos, todo lo demás es oscuridad.

–No debí hacerlo –Hace un puchero sin darse cuenta, está muy triste y decepcionado de sí mismo–. Lo siento mucho, Jinnie.

   La expresión apagada en el rostro de su novio hace a Jin sentirse destrozado.

–No, bonito... Ven.

   Se sienta y lo toma de las mejillas, con todo el amor del mundo, y acerca su rostro. Le deja un beso corto y suave en los labios, justo antes de que el hombre desaparezca.

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    Jin intenta recuperar su respiración, desplomado encima de Tae en su cama de sábanas color claro. El hombre debajo suyo está en igualdad de condiciones, sus brazos siendo peso muerto a ambos lados de su cabeza. Aún no ha salido de su interior.

–No puedo... M-mover... Un músculo –Se queja a media voz el pelirrojo, su garganta seca.

–Tú querías ser destrozado, esas fueron tus palabras –Se defiende el mayor, sonriendo contra la acanelada piel de su hombro.

–Y las tomaste al pie de la letra –Ríe débilmente Tae–. Eres una bestia, no sé cómo hiciste para aguantar y darme tres venidas en una sola vez que lo hicimos.

–Quizás ese es mi superpoder –Se mofa el castaño.

   Se apoya en sus antebrazos. El intenso momento que acaban de tener todavía se puede leer en todo el lindo rostro de Taehyung. Su piel está ruborizada al máximo, sus ojos se mantienen cerrados, y su boca está un poco abierta, intentando respirar con normalidad otra vez.

   Con una mano, peina hacia atrás los rojos mechones de cabello que están pegados sobre toda su frente. En ese movimiento, acaricia la piel humedecida que estaba escondida debajo.

–Abre tus ojos, porfa. Quiero verlos –Pide.

–¿No me escuchaste? Te dije que no puedo mover un músculo, y eso incluye los párpados.

–Ah, no puedes abrir los ojos, pero sí puedes hablar.

–Eso no cuenta –Se excusa Tae–. Mi boca tiene vida propia cuando tú estás cerca.

   Ambos se ríen de la tonta excusa, y Tae finalmente abre sus ojos. Entonces la expresión en el rostro de Seokjin decae, al recordar que esto es solo un recuerdo que se borrará pronto.

   Quizás las cosas han comenzado a desaparecer a su alrededor, pero Jin prefiere no alzar la vista, y concentrarse en cada centímetro del rostro de Taehyung.

–Me acuerdo bien de este día –Suelta el menor.

–Tú... ¿Lo recuerdas?

–Claro que sí, tuve el peor día de mi vida, todo me salió mal... Y cuando estaba a punto de arrojarme al suelo y llorar, llegaste a mi casa. Trajiste pizza y helado, me llevaste al sofá a mirar películas tontas que me hicieran reír. Y cuando creí que no podías ser más genial, me llevaste a mi habitación y me hiciste tocar el cielo con las manos... Ese día mi amor por ti se duplicó, hyong.

   El castaño no puede creer lo que escucha. El hombre en serio recuerda todo.

–¿Recuerdas también lo que me dijiste ese día? –Murmura el mayor–. Te miré debajo de mí, y te dije que amaba estar así contigo, que era un momento tan perfecto que desearía que durara para siempre, y tu respuesta a eso me gustó mucho.

   Taehyung se humedece los labios mientras piensa.

–Sí lo recuerdo. Te dije que puedes hacer que cualquier momento dure para siempre, si lo vives con intensidad, con todos tus sentidos, porque así lo grabas a pleno en tu memoria, y lo puedes revivir cada vez que quieras en el futuro.

–Exacto, eso fue lo que dijiste. Pero... –Seokjin cierra sus ojos, conteniendo el nudo en su garganta–. Pero ahora todos los recuerdos se están yendo para siempre, no importa lo bien que los haya vivido.

   Abre sus ojos de nuevo... Y se encuentra solo en esa gran cama.

–¡No! P-por favor... –Sujeta con furia las sábanas entre sus manos, pero también desaparecen. Habla más fuerte–. ¡Por favor, déjenme conservar este recuerdo! Solo este, es muy especial, por f... Por favor...

   Al final sus súplicas se vuelven un susurro ahogado, antes de que todo vuelva a tornarse negro.

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Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora