• Capítulo 22 •

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   Namjoon aún puede sentir los suaves y gruesos labios de Jimin sobre los suyos, aunque el contacto duró un solo segundo. El hombre acaba de tomar su mochila, y ahora camina rápidamente hasta la puerta. La abre y sale del departamento.

–¡Jiminnie! –El doctor sale de la habitación y persigue al menor–. ¡Espera, no te vayas!

   El ruido alerta a Jungkook, quien estaba sentado sobre el inodoro cerrado, dejando pasar el tiempo. Sale del baño y logra ver a Namjoon atravesando la puerta de salida.

   No entiende qué pudo haber pasado, y no sabe si debería perseguirlos a ambos y averiguarlo, o quedarse a vigilar el monitor. En serio no puede decidir qué hacer.

   Jimin ya está en la acera para entonces, maldiciéndose a sí mismo por lo que hizo. El doctor logra alcanzarlo y toma su brazo, pero el rubio se resiste.

–P-por favor... Namjoon-nim, yo... Yo sé que hice mal en besarte, pero q--

–No– Lo interrumpe el mayor–. No hiciste mal, Jiminnie.

   A esto, el rubio da un respingo, clavando sus ojos en los del otro, preguntándose internamente si de verdad él dijo eso o sólo fue su imaginación.

   Todas sus dudas se disipan, cuando el doctor se acerca más, y acuna su rostro entre sus manos. Sonríe tan cálidamente que el rubio siente todo su mundo volteándose patas arriba. Al siguiente instante, está devolviéndole el beso de la forma más dulce imaginable, haciendo que el joven se derrita y suelte un suspiro pequeño.

   Para su desgracia, el mayor termina el beso muy rápidamente. Se separan y se miran por un momento. No pueden quedarse mucho tiempo en esa acogedora burbuja, porque sienten un par de ojos que los están mirando, aunque no saben de dónde viene la sensación.

   Se voltean ambos a ver detrás de Jimin... Y ven a Marie, la esposa de Namjoon, mirándolos desde adentro de su automóvil.

–Dios, no –El rubio da un paso a un lado, alejándose de Namjoon, y se cubre el rostro con ambas manos. ¿Acaba de destruir un matrimonio? No, la sola idea es insoportable para él.

   El doctor ya está dando rápidas zancadas hacia su esposa. Se detiene enfrente de la ventanilla abierta, y se frota la nuca, intentando mirarla a los ojos, pero bajando la vista por la vergüenza.

–Cariño, esto... Esto fue--

–Nammie, sabía que esto iba a pasar, pero no quisiste escucharme. Por eso te dije que no debías hacerle eso al chico –Dice ella, sujetando el volante y bajando las cejas con molestia.

–¡Marie-ssi! –Jimin llega también junto al automóvil de la mujer–. Todo esto es mi culpa, tienes que creerme. Solo soy un niño tonto con un crush. Esto fue un error, nunca volverá a pasar.

   Marie ve a Jimin ahora, con una expresión de asombro en el rostro. Luego su mirada se dirige a su esposo.

–¿Todavía no se lo dijiste? Oh, Namjoon... Por favor, no seas cruel –Recrimina ella.

   El recepcionista no comprende. Mira entre el doctor y su esposa alternadamente, buscando una explicación.

–Tesoro... Sí puedes estar con él –Sonríe la mujer, y enciende el motor del auto–. Ya lo hiciste.

   Marie gira el volante, y conduce lejos de los dos hombres. Da vuelta en la esquina, y el vehículo ya no está.

   Jimin traga, algo temeroso de lo que sea que Namjoon está a punto de decirle. Alza la vista a sus ojos y espera.

–Am... –El doctor se pasa una mano por sus cabellos oscuros con algunas canas, luego suspira y pone las manos en su cintura, mirando hacia abajo–. Jiminnie, tú y yo... Fuimos novios, el año pasado.

   Es como si el suelo bajo sus pies se hubiera sacudido. Jimin no puede creer lo que está escuchando.

–Salimos durante casi un mes. Marie lo sabía, y no se interpuso, me dio la oportunidad de elegir con libertad. Y yo elegí mi matrimonio, así que... Te convencí de que lo mejor era que terminemos, que tú conozcas otras personas, gente de tu edad. Rompimos, pero seguíamos viéndonos en la clínica, seguía encontrando aquella expresión rota en tus ojos todos los días, y... –Namjoon toma aire antes de seguir–. Te sugerí que lo mejor era que te sometieras al procedimiento.

   Y todo el mundo de Jimin se cae a pedazos. Namjoon se da cuenta, y quiere acercarse a él, quiere abrazarlo. Pero no lo hace, no se mueve un centímetro.

–Te dije que era lo mejor, que quería seguir trabajando contigo porque eres un excelente recepcionista, pero que no podía aguantar verte así de triste un solo día más.

   Jimin es prácticamente una estatua en medio de la inactiva calle a esas horas de la madrugada. Su respiración está agitada, y su pulso se ha duplicado.

   Jungkook está a unos metros de ellos dos, también sin poder creer lo que está escuchando de la boca del doctor. Finalmente decidió perseguir a Namjoon y Jimin, ya que la búsqueda automática está en curso, y el paciente tiene dos dosis de somníferos, así que no hay posibilidades de que se despierte.

   Tomó las llaves del departamento, cerró por fuera, y bajo rápidamente las escaleras del edificio, llegando a la acera justo a tiempo para escuchar aquella revelación.

   Namjoon se voltea hacia Jungkook, y vuelve a mirar a Jimin un momento más. Luego suspira con tristeza, y va caminando hacia el técnico.

   Pero Jimin aún no se mueve. Se acaba de dar cuenta: Si Namjoon le hizo el procedimiento, significa que en la clínica hay un archivo con su nombre. Saca su billetera de su mochila, que al parecer es lo único de valor que trae ahí adentro, porque después la arroja a un lado de la calle y sale disparado. Sigue corriendo más, hasta que se pierde en la oscuridad de la noche.

   Namjoon y Jungkook se quedan un instante en silencio, aún procesando lo que acaba de suceder.

–Uhm... –Es el técnico el primero en hablar–. Marie-ssi, ella me... Me envió un mensaje preguntando en dónde estábamos haciendo el trabajo de esta noche. No pensé que esto iba a suceder, creí que solo estaba preocupada por tí. Lo siento.

–No debes disculparte, Jungkookie. Tú no sabías nada de esto –Responde el doctor, mirándolo.

   El joven asiente con la cabeza mirando al suelo. Aún está un poco culpable por haber dado la dirección del lugar a la mujer.

–Ven –El mayor camina junto a él, poniendo una mano en su hombro–. Debemos entrar a seguir con el trabajo.

–Sí... S-sí, vamos –Jungkook suelta aire, y camina detrás del doctor.

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Eternal Sunshine Of The Spotless Mind (Jintae fanfic) EN ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora