Capitulo 5

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El ruido devolvió la consciencia a Jiang Cheng.

El extraño dolor en su cuerpo, lo había adormecido entre una fiebre que iba y venía. En algún punto, Jiang Cheng se dio un baño antes de ponerse unas ropas más ligeras y envolverse entre la suavidad de las sábanas.

El cobijo no era nada agradable contra su febril cuerpo, pero sintiéndose lánguido y cansado, con una mente muy confusa, se quedó profundamente dormido.

Seguramente los discípulos volvieron hace poco, causando que este silencio tranquilizador, se quebrara; pero quiso intentar relajarse un poco, solo un poco, antes de que el caos llegara al dormitorio.

Fue muy optimista.

Una sombra y ese inconfundible aroma del vino, flotó tan cerca de su nariz, que aunque estaba medio despierto, Jiang Cheng frunció el ceño instintivamente.

La risa que acompañaba esa familiar presencia, era escandalosa; inyectada en esa alegría que a veces lo animaba, otras muchas veces era la causa de sus dolores de cabeza.

—¡OHH Qué tenemos aquí! ¿Será un muerto viviente? ¿Jiang Cheng? ¿Ya te moriste? Has estado durmiendo desde ayer, ¡no aprovechaste ningún día libre!

Los ojos en tono oscuro, con un brillante instinto asesino, se abrieron de par en par; casi como si Jiang Cheng hubiese estado bien preparado para recibirlo.

Estirando una pierna, pateó directamente el trasero de Wei WuXian. El risueño escandaloso, que sin haber previsto tal recibimiento, se fue de bruces girando y aterrizando contra la pequeña mesa al centro de la habitación.

—¡Jiang Cheng! ¿Quieres matarme también? Ya tengo suficiente con todos los gritos del viejo Lan. Mi cuerpo no puede más, tengo que correr de un lado a otro.

—Si te mueres, una de mis metas estará cumplida.— el otro contestó de mala gana. —Además, tú te buscas esos castigos. Sigues provocando a todos los Lan, ¿tienes la cara tan gruesa? Al menos piensa un poco en la cara que das a Yunmeg Jiang.

—Uh, pues no eres nadie para decir eso. Tú también estás molestando a los Lan~

Wei WuXian suprimió una risa, en cuanto percibió la mortífera mirada de su shidi, con aquel gesto sombrío que le erizó la piel. No era bueno, prácticamente estaba tirando de los bigotes de un tigre. En cualquier momento podría recibir su merecido.

A pesar de su actitud despreocupada, Wei WuXian sabía muy bien cuándo poner un límite, sobre todo con quien consideraba como un hermano de verdad. Ofreció una tregua con un rápido gesto y giró por la pequeña mesa donde usualmente escribirían las tareas del día.

—¿Cómo te sientes, Jiang Cheng? Si es muy grave, podríamos escribir a Jiang-shushu.

—Olvídalo. Creo que fue un resfriado. El clima de Gusu es más fresco que en Yunmeng.

Mientras contestaba, enderezaba su cuerpo para estirarse. Dicha acción, hizo que su cabello se esparciera por sus hombros desnudos, barriendo con algunas gotas de sudor. El simple roce, causó una oleada de escalofríos, que desaparecieron tan pronto como llegaron.

Jiang Cheng no podía explicarse cómo es que su cuerpo no podía deshacerse de ese molesto calor interno y la repentina sensibilidad. Ya fue a "Cold Spring", también tomó un segundo baño cuando regresó a los dormitorios, sin mencionar que también estuvo frotando un paño remojado en agua fría, por periodos de tiempo. Pero nada parece acabar con ese calor interno y externo por todo su cuerpo. Siente que arde de forma intermitente.

Ni hablar de la sensibilidad extrema que tiene. El mínimo roce de algo, en ciertas partes de su cuerpo, le causa un estremecimiento y ese extrañísimo escalofrío.

Me convertí en Omega [XiCheng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora