Veneno de Ruby

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Veneno de Ruby






A la mañana siguiente, Ginny despertó por el ruido que hizo Ruby al cerrar uno de los cajones. La pelirroja más joven se incorporó preocupada al ver a su prima lista para salir.


— ¿A dónde vas?

— Con Severus ¿a dónde más podría ir? —respondió sonriéndole pícara—. Después de todo un día sin verlo tengo que asegurarme que no se olvide de mí.

— Cuidado con la línea del acoso.

— No exageres, somos novios y es normal que quiera verlo.

— ¿Tan temprano? —insistió abandonando la cama, ya su prima iba por su bolso y no le pareció buena idea dejarla ir.

— Severus es un hombre madrugador ¿no? Además tengo que alcanzarlo antes de que parta hacia el colegio a dar sus clases.

— ¿Porqué mejor no esperas hasta la noche? Iré contigo y podemos ir los cuatro a cenar juntos.

— No te ofendas, prima, pero a mí me gusta pasar tiempo a solas con mi pareja.


Ruby salió de la habitación sin decir más, y Ginny, bufando frustrada tomó su abrigo para cubrirse, así en pantuflas aún, la siguió hacia la planta baja donde la vio usar la chimenea, la de su casa era la única que siempre permanecía abierta para adentrarse al departamento de Harry y Severus.


No le importó, tomó también polvos flu y fue tras de su prima. Algo le decía que su presencia podía ser requerida, y no se equivocó.


Al llegar vio a Ruby de pie frente al sofá, mirando con rostro inescrutable la escena que se presentaba ante sus ojos.


Harry y Severus se habían quedado dormidos juntos en el sofá de la sala. Abrazados en el estrecho espacio. Harry sobre Severus, con su rostro en el tórax del profesor, su expresión plácidamente relajada, incluso feliz. Y Severus, con su brazo rodeando los hombros de Harry, sus dedos parecían haberse quedado dormidos mientras le acariciaba la mejilla.


Ruby dio un paso hacia adelante con la intención de despertarlos, pero Ginny logró atajarla, le colocó la mano sobre la boca llevándola hasta la cocina donde no podían hacer ruido.


— ¿Porqué no me dejaste despertarlos? —le reclamó la mayor.

— Porque Harry no irá hoy a la Academia hasta la tarde y si Snape no ha despertado es porque sus clases seguramente no son temprano ¿te parece justo arruinarles su descanso?

— ¿Es que no te molesta verlos así?

— ¿Porqué habría de molestarme? —preguntó sinceramente intrigada.

— ¡No es normal, Ginny! Los hombres no duermen juntos de esa manera.


Si Ginny no se rió es porque no quiso hacer más ruido, pero la sugerencia de su prima le resultó tan ridícula como imposible.


— Ellos son amigos, los une lazos que te serán difíciles de comprender tan pronto, pero cuando los conozcas bien te darás cuenta de lo importante que son el uno para el otro. No veas cosas que no son.

— ¿Estás segura de eso? —cuestionó alzando las cejas con burla.

— Absolutamente. Si un día Harry llega a dejar de amarme me lo dirá a la cara, porque él es así, valiente y honesto, y no te permito que pongas en duda su honor.

— Bien, es bajo tu propio riesgo, quizá ahora no ha pasado nada entre ellos pero si no pones un límite en tan "especial" amistad, no me extrañará nada que un día te den una patada en el culo.


Ginny arqueó los ojos, no le preocupaba nada la ocurrencia de su prima. Por lo pronto logró que Ruby saliera usando la chimenea. Ella iba a marcharse también, pero antes de irse regresó a la sala deteniéndose a mirar a Harry y Severus todavía dormidos y abrazados. Sonrió enternecida.


"Que pena que Ruby no sea capaz de apreciar lo que veo... aunque espero que no estés disfrutándolo demasiado, amor" Bromeó para sí misma. Entonces tomó la manta que había caído al suelo y los cubrió del frío.

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Justo como Ginny supuso, Harry y Severus tenían la mañana libre, así que cuando despertaron decidieron continuar en pijama y preparar juntos el desayuno. Ambos estaban de muy buen humor y jugaban por cualquier cosa.


— La pasé muy bien anoche. —dijo Harry mientras llenaba dos tazas de humeante café—. Gracias por quedarte conmigo.

— Gracias a ti por prepararlo todo, no negaré que echaba de menos nuestras veladas a solas. —admitió Snape inclinándose por detrás de Harry para lograr alcanzar un par de platos de la alacena, y para hacerlo tuvo que apoyar su mano en la cintura de Harry.

— También yo, casi tanto como preparar juntos el desayuno. —dijo girándose para ofrecer su taza a Severus, éste la tomó bebiendo un poco de la bebida preparada justo como a él le gustaba.

— Delicioso, nadie prepara el café como tú. Deberías ser mi novio, Harry Potter.


Harry rió a sabiendas que Snape bromeaba, instintivamente se acercó más a él, rodeándole con su brazo libre para apoyar su frente en el pecho del profesor.


— Te complicaría más la vida. Ya ves lo que pasa con Ginny, la gente es cada vez más imbécil.

— Afortunadamente ella es inteligente y no se deja intimidar. —comentó recordando que un par de días antes el rumor de la boda entre Harry y Ginny se extendió, y la pelirroja recibió un fétido obsequio de bombas escondidas entre un ramo de gladiolas que ella tomó con humor asegurando que ahora serían sus flores predilectas.


Harry asintió, su rostro se tornó más serio cuando se apartó de Severus para ir a sentarse a la mesa.


— Lo tuyo con Ruby... avanza rápido ¿no? —comentó removiendo nervioso su café.

— Intento ser prudente, pero ella es todo lo que es perfecto para mí, nos unen las pociones, los libros, las charlas profesionales...

— Pero no te hace un café como yo.


Snape sonrió confirmándole sus palabras, alargó su mano en busca de la de Harry estrechándosela afectuoso.


— Tenemos tiempo para dar un paseo antes de ir cada uno a nuestras obligaciones ¿te apetece?

— Me encantaría ¿a dónde quieres ir? ¿quizá quisieras acompañarme a ver las túnicas que usaremos en mi boda?

— Eso podemos hacerlo el próximo fin de semana, lo prometo. Ahora creo que nuestra velada ha ido tan bien que merece culminarse de la mejor manera, solos los dos y sin hablar de novias ¿de acuerdo?


La sonrisa de Harry se amplió, aunque adoraba hablar de Ginny, la compañía de Severus Snape le llenaba de otra forma, una forma que no podría explicar.

Atrévete a amarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora