06. Han

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Jimin se quedó bastante pensativo y ansioso ante la propuesta de su compañero. Le hacía dudar acerca de sus intenciones, por así decirlo; la gran mayoría del tiempo sentía cierta amargura y bronca hacia él, pero a la vez le agradaba su compañía. Debía admitir que, por momentos, la mirada fría y penetrante de Jungkook le sugería salir corriendo, también de quedarse a su lado para descubrir los secretos que éste escondía.

Por que esa era la idea que el menor tenía; aquel muchacho de melena negra, excelente porte y serio escondía secretos. Y él quería descubrirlos a toda costa, aunque en el intento se sintiera acorralado, nervioso o no se animase a acercase por... la agresividad que enamaban sus poros. No era sólo él que le dedicaba disimuladas miradas curiosas, las mujeres (y algunos hombres, para qué mentir) se lo comían con ojos llenos de lujuria. Acción que a Jimin le molestó al principio, luego no le dio importancia, ya se había acostumbrado, o eso creía él, a lo anterior dicho.

Aún así se preguntaba qué es lo que tanto atraía de Jeon Jungkook. Hasta su nombre emitía un halo de grandeza, incluso sonaba algo agresivo, y más cuando te miraba fijo a los ojos, serio, sin pronunciar palabra. Eran esos instantes en el que sentías que hasta la persona más fría del universo se rendía y se acorralaba ante tal presencia.

El hecho que a la mañana siguiente él lo recogería para ir a trabajar lo ponía nervioso, de tan sólo pensar de estar a unos cuántos centímetros de él, sólamente separados por la palanca de cambios de aquel auto, provocaba una serie de escalofríos recorriendo su espalda, erizando los pelos de su nuca. Sacudió la cabeza con el fin de dejar de pensar en aquel momento, cosa casi imposible de no ser por el silbido de la tetera avisando que el agua estaba a punto de hervir. Sirvió el agua en una taza negra, colocó un saquito de té y esperó unos minutos hasta que el té estuvo listo y beberlo en el sillón, tapado con una gran cobija azul oscuro y con Hi Bye, Mamá proyectándose en el televisor. Dirigió la vista a la ventana del balcón, observando cómo las hojas se mecían con el viento, maldijo el mal clima, maldijo el frío con toda su alma, lo único que las bajas temperaturas hacían en él era crecer las ganas de no levantarse hasta que los primeros días de la primavera trajeran con ella algo de calor.

Morfeo decidió soltarlo lentamente justo antes que el despertador sonara, haciendo que él abriera los ojos paulatinamente. Golpeó el aparato cuando comenzó a lanzar sonidos, se dio media vuelta y clavó los ojos en el techo, más precisamente en las aspas del ventilador. Bufó antes de levantarse, fue al baño, se mojó la cara con agua fría con el fin de despertarse del todo, pero ésta sólo le provocó un escalofrío. Procuró vestirse rápidamente, para entrar en calor lo antes posible, y beber una reconfortante taza de café. El primer sorbo trajo de nuevo a Jimin a la tierra, suspiró dibujando una sonrisa en su rostro, como dándo a entender que aquella bebida humeante era lo mejor que le había pasado.

Finalizó de tomar su desayuno, se fijó en el pronóstico del tiempo para saber qué abrigo se llevaría hoy; a pesar que éste marcaba unos 17º a la hora de salida, decidió llevarse, además de la bufanda, un tapado más abrigado, ya que a pesar que los rayos del sol eran cálidos, el viento era totalmente frío, lo suficiente para que su nariz se torne roja en segundos. Se encontraba colocándose perfume, revisando que no le faltara nada en su maletín, tomó la tarjeta del transporte guardándola en el bolsillo del pantalón, y cuando estaba por cerrar la puerta, el teléfono vibró, propinándole un buen susto: lo sacó sin antes hechar unas cuantas maldiciones al aire. El nombre que vio en la pantalla hizo que casi lo tirara al suelo.

𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨 𝐦𝐞𝐧𝐬𝐚𝐣𝐞 𝐫𝐞𝐜𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨: 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤.
𝟕:𝟎𝟐 𝐚.𝐦.
-𝙴𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚗𝚍𝚘. 𝙴𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊𝚖𝚎 𝚎𝚗 𝚕𝚊 𝚙𝚞𝚎𝚛𝚝𝚊, 𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚗𝚘 𝚜𝚊𝚕𝚐𝚊𝚜 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝𝚎́ 𝚊𝚑𝚒.

BETWEEN CHAINS •KOOKMIN•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora