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Nayeon caminaba a paso lento junto a Mina, iban de camino a casa de la pelinegra a pasar el rato y aunque sabía que no debía, internamente ya estaba pensando en qué, podrían pasar el rato

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Nayeon caminaba a paso lento junto a Mina, iban de camino a casa de la pelinegra a pasar el rato y aunque sabía que no debía, internamente ya estaba pensando en qué, podrían pasar el rato. 

—Lo siento de nuevo, si hubiera sabido que vendrías a mi casa, créeme que hubiera, aunque sea, traído el auto, usualmente tomo el bus. —dijo de nuevo Mina apenada mientras rozaba con su dedo pulgar la palma de Nayeon. 

—Está bien Mimi, ya me he ido en un bus antes, no te preocupes. —le dijo con dulzura Nayeon. 

Llegaron luego de unos minutos a la parada de buses y esperaron pacientemente al que los llevaría a su destino, Nayeon hizo un puchero, pudo darse cuenta de las miradas de la poca gente que había ahí. 

Ella no era alguien a quien le importara mucho lo que pensaran de ella, pero sí que había una mirada que la estaba molestando. 

Buscó con la mirada hasta encontrar a quien los observaba con demasiada atención y se sorprendió al encontrar a la persona dueña de esa mirada. 

—¿Jihyo? —Nayeon observó en el momento en el que la chica castaña se sobresaltó y desapareció entre los arbustos donde se encontraba escondida.

—¿Sucede algo yeonnie? —preguntó cerca de su oído Mina, llamando su atención. 

—Mmh, es que acabo de ver a Jihyo, pero cuando me vio se escondió tras los arbustos. 

Mina rodó los ojos y se preparó al ver el bus al que abordarían acercarse a ellas.

—Ignórala, ha estado siguiéndome todo el día, no parece cansarse de eso y antes de que preguntes, lo que quiere son tonterías que no cumpliré. —caminó cerca de la acera jalando junto a ella a la pelirroja.—Ahora subamos a nuestro bus, bebé, tengo hambre y quiero llegar a casa ya. 

Nayeon rio mientras subía tras Mina en el bus, hizo una mueca al ver que no había ningún asiento disponible, pero igual caminó hasta atrás sujetándose de la chaqueta de Mina y del barandal después de que la chica pagará por las dos. 

Todo el camino había sido turbio, el conductor parecía que le habían regalado la licencia porque de conducir no sabía nada, aunque Nayeon había sabido aprovechar todo aquello. 

Mina se encontraba tras ella mientras la tenía aprisionada entre sus brazos para que no cayera ante algún mal giro, Nayeon disfrutaba estar así, pegada totalmente al cuerpo de Mina y aunque la primera vez fue un accidente, justo en esos momentos su trasero se encontraba totalmente pegado al miembro de Mina, de vez en cuando se rozaba y tenía que morder sus labios para que ningún sonido saliera de ellos al escuchar los silenciosos jadeos que Mina hacía. 

Nayeon daba gracias por no haber llamado la atención de los pasajeros todavía, quizás era porque estaba totalmente lleno, pero aun así lo agradecía en esos momentos. 

—N-Nayeon detente. —jadeó en su oído y Nayeon en vez de obedecer, empujó contra su entrepierna con un poco más de fuerza. 

Nayeon giró el rostro para observar el de Mina y sin poder evitarlo mordió discretamente la mandíbula de la pelinegra.

Y así siguieron durante la mitad del viaje hasta que empezó a bajarse personas y tuvieron que separarse para no levantar sospechas. 

Nayeon sintió demasiado la separación e hizo un puchero disgustado dirigido a Mina quien empezó a reír ante su expresión.

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Cuando lograron bajar del bus, Mina no sabía cómo había logrado calmar su excitación, ellas ya se encontraban en su casa que con suerte estaría sola. 

—¡Mina! —una voz masculina junto a unos brazos fuertes alrededor de su cuello fue lo primero que recibió en el momento que abrió la puerta. 

—Jimin, por Dios suéltame. —dijo mientras luchaba para deshacerse de los brazos que la sujetaban. 

—¡Oye! Más respeto a tus mayores, niña. —le reprendió el castaño. 

Nayeon observaba a los dos con curiosidad, sin decir nada, esperando a que Mina la presentara o explicara. 

—¿Por qué nunca me respetas? ¿Eh? —le preguntó Jimin mientras apretaba sus suaves mejillas. 

—¡Ya! Tenemos visitas ¿Qué no ves? —se quejó Mina y suspiro aliviada, ya que casi al instante en que dijo esas palabras el chico la soltó para observar detenidamente a la chica junto a ella.

—Vaya, vaya, ¿Quién es? ¿Una amiga? ¿O vas por su trasero? 

Mina golpeó su frente con la palma de su mano, olvidaba que ese hombre no tenía ni filtro ni tacto nunca. 

—Oh, bueno, tú no eres de traer a nadie a casa, así que no sé si vayas realmente por su trasero. —el chico llevó su mano a su barbilla de forma pensativa. 

Mina negó rendida y observó a Nayeon quien se encontraba más roja que un tomate. 

—Perdónala yeonnie, es adoptado y probablemente lo dejaron caer antes de que lo trajeran a la familia. —explicó seriamente Mina.

—Aquí la única adoptada eres tú, pedazo de rata. —atacó Jimin. 

—Como sea, él es mi hermano mayor, Jimin y ella es mi mmm... —Mina dudaba, no sabía que eran exactamente en esos momentos, ya que no le había pedido salir formalmente a Nayeon todavía. 

—Soy Nayeon, su novia. —dijo luego de recuperarse la pelirroja con una tímida sonrisa. 

—Así que si vas por su trasero. —murmuró Jimin y al ver las miradas confusas supo que no lo habían escuchado.— Mucho gusto, Nayeon, Mina jamás había traído a alguien a casa y me alegra que ya tenga novia, eres muy linda.

—Gra-Gracias. —murmuró Nayeon mientras presionaba el brazo de Mina. 

—Pero pasen, pasen, cuéntenme todo como se conocieron, su primer beso, cuanto llevan de novias ¿Están usando protección? Siempre es importante por cualquier enfermedad y... 

—¿No ibas de salida? —le interrumpió Mina queriendo deshacerse de la interrogación de su hermano.

—¡Es verdad!, pero no te preocupes que se puede posponer, es más importante saber sobre tú y...

—¡Mira, es Taehyung! —gritó señalando a la nada.

—¿Dónde? —Jimin salió por completo de la casa para ver al amor de su vida.—No veo nada. 

Observó con más detenimiento y se decepcionó al no encontrar a nadie, se encogió de hombros y se dio la vuelta de regreso a su casa con la sorpresa de que la puerta ya se encontraba cerrada y dudaba que Mina le fuera a abrir.

—Duerme con un ojo abierto esta noche. —le gritó a la puerta para después caminar rumbo al destino que tenía antes de la llegada de su hermana.

 —le gritó a la puerta para después caminar rumbo al destino que tenía antes de la llegada de su hermana

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