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Luego de por lo menos una hora habían logrado que Jimin se fuera y las dejara solas de nuevo.
Ahora ambas chicas se encontraban en la gran sala y viendo una película, aunque Nayeon en esos momentos se sentía un poco entre aburrida y decepcionada.
Cuando Mina le propuso ver una película, pensó que serían como esas parejas en las que se besaban y tocaban en vez de poner atención a la película.
Pero Mina realmente parecía muy entretenida mirando fijamente la película de; El Doctor Strange: hechicero supremo, desde que empezó.
Nayeon hizo un puchero mientras se acomodaba mejor en el sillón en el que ambas se encontraban, sus piernas estaban echadas perezosamente sobre las de Mina mientras con una de sus manos jugaba con su cabello, Nayeon estaba considerado seriamente el teñirse el cabello, pero luego recordaba que si lo hacía dejaría de ser la ceresita de Mina y se le pasaba.
Rozó suavemente la pierna derecha de Mina y se deleitó con una sonrisa cuando vio que giraba su rostro hacia ella al momento, la vio tragar saliva y sonreír nerviosa.
—¿No te está gustando la película? —le preguntó con curiosidad mientras pausaba con el control remoto el televisor.
Nayeon hizo una mueca de nuevo mientras se acomodaba mejor para estar frente a frente con la pelinegra, negó un poco insegura y casi al instante se arrepintió al ver la mirada con una pizca de decepción en los ojos de Mina.
—Pero oye, aquí lo importante Mimi es que tú eres mi hechicera suprema. —le dijo de manera coqueta mientras le guiñaba un ojo.
Mina empezó a reír ante las palabras de Nayeon ya relajada y cuando menos lo vio venir, Nayeon ya se encontraba acomodándose sobre su regazo, la tomó por la cintura, observando fijamente los ojos brillosos de Nayeon quién ya en su regazo empezó a acariciar sus hebras de color negro.
—¿Cómoda, ceresita? —preguntó con la voz ronca, mientras que con sus dedos pulgares daba suaves caricias en la cadera de Nayeon.
Nayeon mordió su labio inferior y en vez de responder llevó sus labios a los de Mina en un beso suave y pausado, sus labios danzando dulcemente con los labios finos de Mina, empezó a hacer círculos, ella también con el cabello tras la nuca de Mina y se apegó lo máximo posible a ella.
Mina transformó después de unos segundos el beso en uno un poco más húmedo, haciendo que la respiración entre ambas empezara a acelerarse de a poco y aunque Nayeon quería seguir así, prefería continuar en el cuarto de Mina.
—Mimi, creo que ahora si podemos ir a tu cuarto ¿Cierto? —murmuró con la voz entrecortada Nayeon y aun con sus labios contra los de Mina.
Mina rió divertida mientras la apartaba lentamente de su rostro.
