12

1.5K 212 93
                                    

Habían noches en las que se acostaba a dormir soñando que todo lo que pasaba en su vida fuera eso, un sueño. Pero al levantarse cada mañana la realidad le caía como un balde de agua fría. Estaba cansado de llorar todas las noches preguntándose que hacia mal mientras las voces en su cabeza lo torturaban, a veces se preguntaba como sería todo si él no estuviera allí.

Todos teníamos momentos difíciles, momentos donde lo único que queremos es desaparecer para escapar de la dura realidad que nos condena, Hyunjin no era la excepción. Todas las noches lloraba en silencio en un rincón del baño mientras todos dormían, así era la única manera de que nadie lo viera como lo que era, frágil como los pétalos de una rosa.

El baño estaba a oscuras, hacia frío y lo único que se escuchaba eran las gotas que caían lentamente de la canilla dando un ambiente horrible. El azabache descargaba todo su dolor cada noche en ese lugar durmiendose en varias ocasiones.

Habían veces en las que Yeji lo llamaba preocupada sabiendo lo que su mejor amigo hacia, pero Hyunjin le juraba que había cortado con ese ámbito aunque la Alfa sabía que no era así, fingía creerle.

Esa noche no fué la exención, la Alfa lo llamó más de diez veces, a la última al Alfa no le quedó otra que atender.

—Deja de hacer esto.—dijo en un hilo de voz.

—L-lo s-sie-ento.

Su voz fué la gota que derramó el vaso, la Alfa ya no aguanto el llanto.

Y Hyunjin volvió a llorar al escuchar a su mejor amiga.

Los dos lloraron deseando poder estar abrazándose.

—Y-yo s-soy la que lo siente, lo siento por no poder hacer más por tí, lo siento por no poder hacer que esto pare, lo siento, lo siento. —repetía mientras lloraba con más intensidad.

—deja de disculparte, haz hecho por mi más de lo que cualquier persona hizo.

—¿Y fué suficiente? —preguntó siendo el silencio la respuesta. —no, no lo fué.

—Pero no es por tu culpa.

La alfa soltó un suspiro limpiandose el resto de lágrimas que quedaban en sus mejillas.

—Debes poner un freno antes que las cosas se salgas de tus manos, Hyunjin.

—Si lo hace, ¿estarás a mi lado?

—Siempre estaré a tu lado, pero tengo miedo a no poder estar siempre para poder protegerte.

—Mientras estés a mi lado me sentiré protegido. —formó una pequeña sonrisa aunque la alfa no pudiera verlo.

—Esto acabará, no dejaré que siga así, volverás a brillar, lo prometo.

Una lágrimas volvió a caer por la mejilla del azabache, Yeji siempre tenía las palabras necesarias en los momentos correctos.

—Ve a descansar, mañana te llevaré pastel.

—¿De naranja?

—Si.

Hubo un corto silencio que el azabache rompió.

—¿Ye? —llamó.

—¿Si?

—Gracias.

—No es nada Jinnie, descansa, te quiero.

—También te quiero. —dijo y terminó la llamada.

Detrás de la puerta un triste Omega escuchaba la conversación hasta que se terminó.

Se alejó de ahí cuando escucho a Hyunjin levantarse, camino lentamente hasta su habitación cerrando la puerta con cuidado, cuando se dió la vuelta su esposo lo miraba con confusión.

—¿Cariño, estas bien? Estas pálido.

—Y-yo s-si. —respondió recostandose a su lado.

—Minnie, ¿Que pasa? ¿Por qué estas así? —abrazó al Omega que se acurruco en su pecho aspirando el delicioso olor a licor y chocolate amargo que su esposo desprendía tratando de tranquilizarse.

—No es nada cariño, estoy bien. —dijo en un intento de calmar a su esposo.

—No me mientas, ¿tiene que ver con Hyunjin?

¿Como se supone que había adivinado?

—No.

—¿Entonces?

—No es nada cariño, no te preocupes.

—Seungmin, no puedes mentirme, no a mi que te conozco más que nadie. Dime que pasa. —insistió.

—En serio, no pasa nada.

El alfa quizo seguir insistiendo pero no lo hizo, solo abrazó a su Omega dejándole un suave beso en la cabeza.

—Esta bien, descansa. —dijo dejando ahora un beso en la mejilla del Omega soltando un poco de feromonas para tranquilizarlo.

Sabía que algo había sucedido, Seungmin no se podía poner así por nada y sabe que Hyunjin tiene que ver con esto, lo presentía.

Cerró los ojos tratando de dormir, si no seguirá dándole vueltas al asunto.

...

Hyunjin abrió la puerta del baño con sumo cuidado, sacando apenas su cabeza verificando que no haya nadie, cuando se aseguró que no había nadie salió caminando de puntitas hacia su habitación.

Cuando entró lo único que se escuchaba eran los suaves ronquidos de su gemelo, camino hasta su cama acostándose boca arriba mirando el techo.

Cerró los ojos y lo primero que vino a su mente fue la imágen del Omega con sonrisa de luna, tan hermoso y tan inalcanzable.

—Tal vez, en otra vida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Tal vez, en otra vida. —susurró antes de caer dormido.

O tal vez en ninguna.

....

La verdad, verdad, verdadera? No me gustó pero ajá

No me juzguen

𝘑𝘦𝘰𝘯𝘨𝘪𝘯 | 𝘏𝘺𝘶𝘯𝘪𝘯. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora