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ENERO

- ¡Cariño ven! – exclamó Amelia desde la habitación

- ¡¿Qué ocurre?! – preguntó Luisita preocupada mientras subía las escaleras con rapidez

- ¡Ven rápido cariño! – insistió la morena

La rubia aumentó la velocidad de su marcha y corrió hacia donde estaba Amelia. Para su tranquilidad, cuando entró a la habitación, la encontró sentada en el borde de la cama con una mano apoyada en el vientre, muy concentrada, como quien espera en silencio para escuchar algo.

- ¿Qué ocurre? ¿estás bien? – preguntó 

- Si, ven, ven –

Luisita se sentó junto a ella, y Amelia tomó una de sus manos y la apoyó en el vientre. – Siente, hace unos segundos se estaba moviendo – dijo con total ilusión en su mirada

La rubia se unió a Amelia en la espera, inmóvil con la mano apoyada allí. A los pocos segundos, un movimiento las sorprendió de repente, y luego otro, y otro, y así se quedaron unos minutos con las manos entrelazadas sobre la barriga, disfrutando de sentir a su hijo o hija tan cerca como no lo habían sentido hasta ese momento. Luisita soltó una lágrima seguida de una risa tonta y feliz, y Amelia no pudo evitar seguirla.

- Se mueve muchísimo... pero recién hoy puedo sentirla sobre la piel – explicó la morena

- ¿Sentirla? – preguntó la rubia

- Sí, tengo la sensación de que es una niña, ¿sabes?, y si no me equivoco, será inquieta como tú – bromeó haciendo que Luisita soltara una carcajada

- No me puedo creer como se mueve... – dijo la rubia aún visiblemente emocionada

- Es que ella quiere que sepamos que está ahí – rió la morena

Luisita se quedó pensando por un momento, con la mano todavía apoyada en el vientre de su esposa, y luego la miró. – Amor... quiero que lleve tu apellido primero –

Amelia la miró con desconcierto. - ¿Cómo? No, no, de ninguna manera, no – dijo y de repente sintieron otro movimiento - ¿Ves? Ella tampoco quiere –

- Anda Amelia, Ledesma Gómez es bonito y... -

- No quiero que nuestro hija lleve el apellido de mi padre – insistió con firmeza sin esperar que la rubia terminara de hablar

- A mí me parece muy bonito que lleve tu apellido primero, el apellido de una mujer increíble, fuerte, generosa... -

- Tú también eres todas esas cosas, por favor, no quiero que sea una Ledesma más, no quiero discutir esto... será Gómez Ledesma, ¿vale?  – dijo sin abandonar su postura firme

Luisita asintió y suspiró, pensando por un momento si abordar o no el tema, pero enseguida descartó esa conversación porque sentía que no era el momento apropiado, así que simplemente lo dejó estar y se concentró una vez más en los movimientos del bebé. - ¿Has pensado en algún nombre? – preguntó

- No... bueno me gustan muchos, pero no he considerado ninguno – explicó Amelia - ¿Y tú? –

- No lo sé... justamente solo he considerado nombres de niña ahora que lo pienso... me gusta Amparo, Martina, Lucía... – dijo la rubia enumerándolos con la mano 

- Mmm... Martina es bonito... Lucía es como Luisa, salvo por la c, pero es como Luisa en otro orden, me gusta –

Luisita rió ante la ocurrencia de la morena. – ¿Qué dices?... Bueno igual tienes razón, no lo había pensado... Oye, ¡que tienes que pensar algunos, podemos hacer una lista y apuntarlos! – exclamó entusiasmada

Te amaré por siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora