14- Efímera emoción

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¿Cómo fue nuestra primera felicidad de esposos?

Recuerdo que él estaba leyendo el periódico, tomaba una taza de café mientras recibía de lleno el aire acondicionado de nuestra hermosa vivienda, un poco pequeña, pero acogedora.

— Cariño. — Le llamé muy feliz y corrí a abrazarlo por la espalda.

Había hecho un pequeño arreglo floral con mis propias manos, quedó muy malo, pero definitivamente a ojos de él era lo más bello del mundo.
Lo puse en la mesa frente a él y esperaba ansioso que lo viera.

— ¿Lo has hecho tú? — Me preguntó mientras dejaba de lado el periódico y me invitaba a sentarme a su lado.

Pero yo preferí sentarme en sus piernas y recostar mi cabeza sobre su hombro.
Giyuu tiene un aroma tan único, de verdad no puedo explicarlo, es... Dulce, pero a la vez un poco salado, es tenue, pero para mí muy reconfortante, no es su perfume, tampoco el jabón o el tipo de shampoo que utilizaba, era algo más atrayente, creo que era su olor natural, ese que me arrullaba todas las noches.
Él me correspondió, me abrazó y mimó.

— Es el arreglo más hermoso que jamás haya visto. — Besó mis cabellos. — Ni siquiera el bouquet de rosas que tú llevaste en la boda se compara al florero frente a mi. — Sonrió.

Se que estaba horrible, pero agradezco que a él le haya gustado tanto.

— Espera... ¿Que es eso? — Mencionó y con mucho cuidado de no dejarme caer, se acercó al florero tomando el pequeño objeto dentro de él que apenas se asomaba.

Entonces, puse una sonrisa tan enorme esperando su reacción.

— Me hice... Una prueba de embarazo, ¿Ves las dos rayitas? — Señalaba. — Es... Un positivo. — Sonreí aún más, de verdad me emocioné tanto.

Mi Giyuu, sin poderlo creer, me miró esperando que yo lo volviera a confirmar.

— Es positivo, seremos... ¡Seremos papás! — Aplaudí sobre su regazo.

Entonces él me levantó con sus fuertes brazos y comenzó a dar vueltas mientras besaba todo mi rostro.
Ese día, no hubo centímetro de mi cara que no hubiera recibido los labios de mi esposo.
Con amabilidad, me dejó en el suelo y acunó mi mentón entre sus manos, me miraba con tal cariño que me hacía sentir tan especial, estaba llorando.

— Por favor... Dilo de nuevo. — Me pidió sin dejar de llorar y mirándome fijamente a los ojos. — Dime que seremos padres.

Yo asentí.

— Seremos padres, Giyuu. — Nuevamente él empezó a besarme, pero esta vez en los labios.

Era un beso lleno de tanto deseo, amor y cariño, pero sin llegar a la propia lujuria, era como si me dijera "Eres mío" sin realmente decirlo.
Cuando aquel beso terminó, ambos nos quedamos de pie mirándonos.

— Dios... Seremos padres, no puedo creerlo. — Entonces se alejó de mi y comenzó a caminar nervioso por toda la sala. — Debo decirle a mi madre, estará feliz lo sé. — Sostenía en su mano la prueba positiva de embarazo. — También a Tsutako, Dios, ella te adora muchísimo, créeme que ella te llegaría a consentir incluso más que yo. — Detuvo su andar nerviosos. — También debo comprar una cuna, pañales, debo comprar ropa de bebé, quiero que vista muy bien, que no le falte nada, ni zapatos, debo comprar... Lociones, shampoo, oh por Dios, ¿Dormirá con nosotros? ¿Que tal si yo le doy miedo? ¿Y si mi bebé se enferma? Dios, Dios, debo ahorrar para el médico yo...

Él se estaba yendo por las ramas, pero me resultaba demasiado tierno verlo pensar en cada aspecto de la vida de nuestro futuro bebé.
Toque mi vientre con suavidad, aún estaba plano, ni señas de que crecería.

Esto Duele [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora