22- Un paso a la vez

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La charla con Zenitsu fue realmente tranquila y he de admitir que sentí alivio de que él no me odie, es un peso menos para cargar.
Sus palabras fueron llenas de mucha razón, tal vez es momento de avanzar aunque sea poco a poco, no lo sé... Estancarme también es malo.

— Buenos días. — Saludé a la recepcionista del primer pasillo quien me devolvió el saludo alegremente.

— Buenos días Joven Tomioka. — Sonrió. — Es un poco tarde, ¿Ha sucedido algo?

Negué mientras le devolvía la sonrisa, es realmente bueno tener un ambiente laboral en el que no seas juzgado aún si llegas tarde y muy por el contrario te pregunten si estás bien.

— No es nada grave, Kiyo. — Me despedí de ella agitando mi mano.

Pero justo antes de subir al elevador para irme a mi oficina, ella llamó mi nombre en voz alta captando nuevamente mi atención.

— Debo informarle antes, el señor Sato se encuentra afuera de su oficina esperando por usted, dijo que venía por el informe.

Así que Sato ya está acá... Dios, no debería sorprenderme, después de todo somos socios y él recoge el informe cada semana, he dicho que puedo enviarlo a su correo, pero Sanemi-san insiste en que debo explicarle a detalle los gastos, ingresos y futuros agregados.

— Gracias, en un momento le atenderé, ten buen día Kiyo-chan. — Está vez si me despedí de ella.

Espere pacientemente a que el elevador llegará al primer piso, segundos que parecieron eternos pues quería ya empezar a trabajar, había perdido suficiente tiempo desde temprano.
El ascensor llegó y las puertas de abrieron, las personas que estaban dentro de él bajaron permitiéndome entrar a mi junto a un nuevo grupo de trabajadores.
Hasta cierto punto me siento un poco incómodo... Estoy ayudando a Sanemi-san en el trabajo, por lo cuál soy el jefe temporal y que las personas acudan a mi por problemas complejos me es difícil de entender y buscar solución pues siento que el liderazgo que Sanemi-san tiene, me falta a mi por mucho.

— Disculpe, ¿Puede presionar el botón por favor? — Me dijo un trabajador que se encontraba a mi espaldas.

Me sobresalté un poco pues estaba sumergido nuevamente en mis pensamientos.
Presioné el botón que me llevaría a mi piso y empezó la espera.

Tal vez debería pedirle a Sanemi-san que se presente ya, no es que hayan problemas realmente serios... Es solo que lleva ya mucho tiempo fuera y algunos trabajadores comienzan a hablar a sus espaldas.

Aunque por otro lado, él está recuperando el tiempo con Genya-san, yo también querría hacerlo si en su lugar estuviera Nezuko... O... Hanako, Takeru... Incluso mamá.

Los extraño.

Las puertas del ascensor se abrieron por lo que un par de personas y yo salimos, el resto siguió su camino hacia sus puestos.
Ahora que lo pienso, es primera vez que entro a la hora estipulada en mi contrato.

Caminé tranquilamente hasta mi oficina la cual se encontraba cerrada con llave, la abrí y dí por iniciada mi jornada laboral.

Encendí mi ordenador y procedí a sentarme para empezar a hacer los informes de la semana que Sanemi-san me ha pedido.

Pocos segundos pasaron hasta que alguien tocó la puerta un par de veces.
La misma era de vidrio con marco de madera, pero el vidrio no era transparente, más bien era opaco que no dejaba ver exactamente de quién se trataba la persona que se encontraba afuera de la oficina.

— Pase. — Dije elevando un poco la voz.

Me imaginaba quien sería, por supuesto se me informó con antelación.

Esto Duele [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora