Esto Duele [GiyuuTan]

33- Juntos al fin

Ese día, esa misma noche la persona que cuidó de Sumihiko durante años nos contó lo que había sucedido con él.

Sumihiko fue encontrado por él cuando sucedió el terremoto.

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Hace 5 años
Narrador

Ese día los gemelos Tokito de 15 años habían asistido a una cita en el hospital junto a su padre pues su madre había sido operada recientemente por un pequeño problema en la vesícula biliar y habían decidido faltar a clases para poder visitarla.

Los gemelos Muichiro y Yuichiro se miraron con nerviosismo mientras el ascensor descendía lentamente. A su lado, su padre trataba de mantener la calma, aunque su preocupación era evidente. Estaban en el hospital para visitar a la madre de los gemelos, quien acababa de salir de una cirugía delicada.

Cuando las puertas del ascensor se abrieron en el  segundo piso del hospital, el suelo comenzó a temblar violentamente. Las luces parpadearon y el sonido de los cristales rompiéndose llenó el aire. El padre tomó a sus hijos de la mano y los empujó fuera del ascensor, justo cuando un estruendo ensordecedor resonó por el edificio.

— ¡Terremoto! — Gritó una enfermera, señalando hacia las salidas. La confusión se apoderó del hospital mientras los pacientes y el personal intentaban evacuar lo más rápido posible. Los gemelos, siguiendo a su padre, se abrieron paso entre la multitud, pero la multitud crecía y la situación se volvía caótica.

— ¡Papá, no podemos dejar a mamá! — Gritó Muichiro, tratando de volver hacia la sala donde su madre estaba internada. Pero un guardia de seguridad lo detuvo, empujándolo suavemente pero con firmeza hacia la salida.

— No podemos quedarnos aquí, es peligroso. ¡Debemos evacuar! — Yuichiro, con el corazón en la mano por la difícil decisión, tomó la mano de su hermano. — Tenemos que irnos, Mui. Mamá estará bien. Confía en mí.

Con el corazón roto pero sabiendo que no tenían otra opción, los tres se dirigieron a la salida. La situación era caótica, el suelo seguía temblando y los gritos de los demás pacientes llenaban el aire. Finalmente, llegaron a la primera planta, pero justo cuando creyeron estar a salvo, el terremoto alcanzó su punto más álgido. El edificio comenzó a crujir de manera ominosa y los escombros empezaron a caer por todas partes.

— ¡Rápido, por aquí! — Gritó el padre de los gemelos, señalando una ruta de evacuación de emergencia. Pero antes de que pudieran avanzar más, una sección del techo comenzó a desprenderse justo encima de ellos.

Muichiro, absorto en la confusión, no vio el peligro inminente. Pero Yuichiro, con un destello de instinto protector, lo vio y sin pensarlo dos veces, empujó a su hermano fuera del camino.

— ¡MUI! — Un instante después, un enorme trozo de escombro cayó sobre Yuichiro, atrapándolo bajo su peso.

— ¡Yuichiro! — Gritó Muichiro con desesperación, mientras su hermano desaparecía bajo los escombros.

El padre de ambos se lanzó hacia el lugar, tratando de mover los restos, pero era demasiado tarde. El edificio seguía colapsando y el polvo llenaba el aire, dificultando la respiración.

Muichiro quedó en shock cuando justo debajo de esos escombros, un charco de sangre comenzó a emanar de él llegando a manchar sus rodillas y manos.

— No... No no, ¿Y-Yui? ¡¿Me escuchas? ¡Yui! — Importándole poco lastimarse o morir ahí, trataba de quitar los grandes trozos de cemento y concreto, pero sus esfuerzos eran en vano y sus manos resistieron el esfuerzo.