1- El desastre

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Los pasos apresurados se escuchaban por el pasillo, un joven profesor de a penas 25 años corría a toda velocidad con chaqueta en mano hacia la oficina del director de la escuela donde trabajaba en ese momento.

Estaba sucediendo, luego de tanta espera, finalmente sucedía.

— ¡Señor! — Abrió la puerta de golpe, el hombre al otro lado lo podía notar lo suficientemente agitado, pero detrás de aquellos jadeos de cansancio por haber corrido, se veía una sonrisa que muy raras veces mostraba.

Entonces, supo lo que estaba sucediendo.

— ¿Ya va a nacer?

No respondió a palabras, simplemente asintió.

— Puedes retirarte, avisaré que no darás las clases de hoy.

Sin esperar más palabras, dio un "Gracias" al aire antes de salir corriendo nuevamente hasta el parqueo del instituto donde se encontraba estacionado su auto bajo la sombra de un árbol de bellas hojas verdes.

Seré padre...
Mierda, seré padre.

Los nervios no lo dejaban actuar como se debía, su mano temblaba y no lograba encajar la llave para trancar su auto.

Fueron muchos intentos, en uno de esos, sus llaves trataron de caerse, pero él hizo una y mil maniobras para evitarlo resultando con un leve golpe en el reverso de su mano.
Pero no lo detuvo, logró de una vez por todas, colocar la llave en la posición adecuada y girarla para encenderlo.

Su teléfono empezó a vibrar en el bolsillo donde lo llevaba y supo sin necesidad de ver la pantalla, de quién se trataba.

— Tanjiro, mi amor, voy en camino. — Acomodó el celular entre su mejilla y hombro. — Vamos mi vida, tu puedes, estaré ahí en cuanto antes, estaré para ti.

— A-apura...¡te! ¡Duele! — Se podía escuchar al pelirrojo quejarse al otro lado de la línea. — T-te... ¡Necesitooooo aaahg!

— Estaré ahí, lo prometo. — Sonrió por imaginarse ya a él con su bebé en brazos, su pequeño recién nacido producto del amor entre ellos dos, ese amor que tanto se tenían y superaba obstáculos. — Tu esposo estará ahí, peor tengo que colgar, entraré a la carretera, llegaré en unos minutos.

Tanjiro asintió a pesar de que su pareja no pudiese verlo.
Acto seguido, la llamada fue cortada.

Tomioka Giyuu apenas en su primer año como docente, se enamoró a primera vista de aquel muchacho tan radiante como el mismísimo sol, pero sabia que no era para nada correcto, además, no era correspondido... Según él creía.
Su sorpresa fue la más grande cuando durante el segundo año, el joven que admiraba a distancia se le declaró con una carta y chocolates en mano justo en la esquina de su casa.
Acordaron esperarse, seguir los planes tal y como los tenían establecidos para sus vidas, pero juntos.
Así fue... Que al momento de graduarse, Tanjiro frente a todos, declaró su amor en el podium por su profesor de educación física.

Todos lo veían venir, pero vaya agallas que tuvo el chico para hacer tal cosa.

Y más él, por subirse al mismo pódium y pedir su mano, aún si no tenía anillo, las palabras solo salieron de él mientras le entregaba su diploma de graduación.
Fue el evento de graduación más sorprendente que esa escuela jamás pudo presenciar.

Y no se arrepentía nunca de haberse saltado el noviazgo.
Su esposo, Tanjiro, era sin duda alguna, su alma gemela.

— Mierda... Que tráfico. — Las filas de autos podían verse a lo lejos, autos de muchos colores y modelos estaban frente a él impidiendo su paso hacia el hospital.

Esto Duele [GiyuuTan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora