Capítulo 3.

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Todos nos dirigimos a la mesa y tomamos asiento, por desgracia Alexander se sienta a mi lado, trato de no prestarle mucha atención pero su brazo tocando el mío constantemente hace difícil mi trabajo.

-¿Podrías moverte por favor? Tu brazo está golpeando al mío.- Le sonrió amablemente.

Me devuelve la sonrisa y se mueve en mi dirección ahora no sólo sintiendo su  brazo si no tambien su rodilla golpeando la mía levemente, lo sabía no podría esperar menos de el.

-Así que Ariadna, tu padre a dicho que vienes a ayudar con el trabajo.- Dice el señor Cross.-Y se que estas muy bien entrenada.

-Por Dios, acaba de llegar Cross, no hablemos de trabajo en la cena.-Interrumpe el señor Whalen.

-Sólo digo, es bueno que ella siga los mismos pasos de su padre y en algún momento se convierta en la heredera del puesto.

-Brindemos por eso.- Dave levanta su copa y todos los demás lo siguen.- Por la futura jefa.-Todos chocan sus copas y por primera vez desde que llegue aquí me siento alguien querida.

-Lameculos.- Dice Alexander en mi oído causando que me atragante con el vino que tomaba,la copa se resbala de mi mano causando que todo su contenido caiga por mi hermoso vestido, me levanto de inmediato.

-Demonios Ariadna ¿por que no puedes tener más cuidado?-Regañ padre demasiado irritado.-Eres tan torpe.

Avergonzada por la forma en que padre me hablo enfrente de todos sus amigos me excuso para retirarme a mi recámara.

-Lo siento, pido permiso para retirarme.-Mi padre sólo asiente paresiendo más molesto con cada palabra que sale de mi boca.

Tragandome el nudo formándose en mi garganta empiezo a retirarme, no entiendo por que padre me odia tanto pensé que estando aquí todo sería diferente.

-Ten más cuidado Ariana.- Dice Alexander a mis espaldas.

Lo ignoro y subo las escaleras a toda prisa, entro en mi habitación y permito que sólo una lágrima caiga por mi mejilla, Esteb estaria desepsionado de mi devilidad, furiosa por permitir que sólo palabras me hirieran saco el vestido por mi cabeza, la puerta se cierra de goloe.

Demonios...

-Vete.- Le gritó a Alexander mientas me cubro con una manta que estaba cerca.

La cara sorprendida de Alexander desaparece de inmediato con una enorme sonrisa coqueta.

-Pensé que necesitarías ayuda.-Dice encogiéndose de hombros.

-¿Ahora eres amable?

-Después que te e visto sin ese pequeño vestido... Sip seré amable, ¿quien sabe? Probablemente saque provechos.

-Eres repugnante, sal necesito vestirme.-Lo odio, es la peor persona que e conocido, oh ¿que hace?¿por que se acuesta en mi cama?

-No puedo.

-¿Por que tu afán de joderme la vida?- Gritó.

-Oh la princesita tiene una boca sucia.- Flexiona sus brazos bajo su cabeza, me quedo un poco hipnotizada, nunca e tenido a un chico en mi cama, ok,ok quizá nunca e tenido a un chico tan cerca de mi, lo sé mi segundo nombre es mojigata.-¿Te gusta lo que ves?-Interrumpe mis pensamientos.

Presumido, dos pueden jugar este juego dejó caer la manta que sostenía, sus ojos se abren sorprendidos lo noto tragar duro, sonrió para mis adentros, tomo ropa de mis cajones, pareciendo segura me acerco a el.

-No eres tan especial como piensas Alex, e tenido mejores.-Miento.

Avergonzada por ser descubierta en mi no muy discreta observación me alejó de la cama y me meto al baño a vestirme, espero que no este cuando salga del baño, pero ok todos sabíamos que estaría recostado en el mismo lugar que lo deje.

-¿Por que no te vas?

-Te dije que no puedo.- Contesta sin abrir los ojos.

-¿Por que?

-Me llamaste Alex.- Dice sentándose en mi cama, me mira a los ojos. Por primera ves desde que lo conocí me parece alguien... ¿normal? no lo se quizá más... humano, no tan frío.

-Lo siento, no pensé que te molestara.-Respondo avergonzada mirando a mis pies, este nuevo Alex digo Alexander no me gusta, me gusta más el frío y distante así sé me hace más fácil odiarlo y hacer un lado las mariposas en mi estómago cuando lo miro.

-Me gusta.- Sorprendida lo miro a los ojos por varios segundos y vuelvo a ver la frialdad crecer en ellos mientras se acerca a mi.-Así que, mejores eee?

-¿Que?-Pregunto confundida.

-¿Tienes a alguien mejor que yo?

-Oh eso.- Me alejó nerviosa.- Quisiera que conocieras a todos los chicos europeos con los que tropese...- Hago una pausa para parecer pensativa, en realidad estoy pensando una mentira más que decirle.- Pero sin duda Esteb es el mejor.

Bueno eso no es mentira, Esteb es el chico más fuerte que e conocido, también puede ser guapo si te inclinas por el lado masculino, agresivo, despiadado, por otro lado Alexander me parece hermoso es fuerte también pero no tiene la mirada asesina de Esteb. 

-valla, ¿pensé que ibas a internados de máxima seguridad?-Frunce el seño en mi dirección-¿Quien es Esteb?

-Esteb era quien saboteaba los magníficos internados de maxima seguridad.- Sonrió por su cara de enojo.

-Asi que Esteb es tu Romeo.-Responde con tono molesto.- Me pregunto que pensaría el señor sobre esto.

-¿Que?- Pregunto confundida.

-No creo que tu padre este muy feliz.- Sonríe triunfante.

Me encojo de ombros.

-Nunca está feliz respecto a mi.

-Sobre eso, quería pedirte una disculpa.-Dice entre dientes, es obvio que a este chico le cuesta disculparse.

No tengo idea de por que su disculpa ya que se a comportado como un idiota la mayoría del tiempo.

-okay...

-El señor dé molesto con tigo por mi culpa.-Parese incomodo.-Lo siento.

-No importa, así es nuestra relación y no trates de actuar como si te importará de seguro tu padre te mando a pedir disculpa.

-Tienes que saber que aria cualquier cosa para mantenerte a salvo...-Se acerca y yo me alejo- ¿Me temes Aris?

¿Lo hago?

-No te temo.-Respondo segura, pienso varios segundos-¿Por que me mantendrías a salvo? Apenas me conoces.

Sonríe de lado a lado provocando que resalte un pequeño hoyuelo en su mejilla, me parece hermoso, uff digo... odioso, me parece odioso.

-Ya que si te pasa algo soy hombre muerto.- Mira la ignorancia en mi cara por que sigue su explicación.-Soy responsable de ti ¿tú seguridad? Soy el que pateara traseros a hombres que metan sus manos en tus pantalones.

¡¡Oh no!! ¿Que hice yo para merecer esto?

-¿Serás mi guardaespaldas? Ya tengo uno, vendrá en unos días.

-Nadie vendrá Princesita tendrá a que soportarme.- Sale de mi habitación no si antes...- Sueña con migo nena, que es en el único lugar que me tendrás. Tus sueños.

Y así empieza mi infierno, no se que hice para merecer esto... oh todo esto es porque no te alimente Tomy, lo siento Tomy prometo comprar una nueva tortuga y a ella no la mataré de hambre pero ya no me castigues con chicos sexys por favor.

Diablos ya empecé con mis delirios y es mi primera noche, no se que me espera.

El idiota es mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora