Capitulo 8.

121 15 4
                                    


Mientras espero a mi nuevo entrenador mi celular suena confirmando un nuevo mensaje.
Lo tomo y me deslizo por la pantalla.

Hola Ariadna es Andreu, solo para avisarte que nos reuniremos a las 8:30 ¿estas dentro?

Oh demonios olvide eso...

Lo lamento, olvide que esta noche estoy mudandome a mi nuevo departamento y estoy hecha un lio :(
¿Nos vemos mañana en clase?

Su respuesta llega al instante.

No te preocupes ¿nesecitas ayuda extra?

Sonrió. Es tan lindo...

-¿Que es tan divertido?

-¡Joder Alexander! Me has dado un susto de muerte.- Digo poniendo una mano en mi inestable corazon.

Rueda los ojos.

-Tengo como diez minutos parado en este lugar viendote sonreirle al telefono como una idiota y nisiquiera notaste mi precensia.

-Lo siento mu... ¿me llamaste idiota?

-Tal vez.- Se encoge de hombros y sin mirarme entra en la habitacion.

-Como sea ¿que haces aqui de todos modos? Estoy a punto de comenzar mi entrenamiento, deberías irte es tu día libre.

-En primera es mi primer dia de trabajo, segunda no tengo dias libres y tercera por lo visto no estas informada de que soy tu entrenador.-Sonríe al ver mi reacción.

Mis hombros caen, ¿por que mi vida es tan cruel?

-¡¡Increible!!-Ofreco sin ninguna emocion en mi rostro.

-No me agrada pasar tiempo con tigo mas que a ti, asi que hagamos esto facil.

Deja la maleta en una esquina y se para en medio de la habitacion.

-¿Te quedaras ahi?- Pregunta exasperado.- Deja ese maldito telefono y acercate.

-Oh emm solo respondo a este mensaje ¿si?

Gruñe con frustracion.

Gracias por la oferta, pero puedo arreglarmelas sola que se diviertan, saluda a los chicos por mi :)

Apago el telefono y me dirijo a donde se encuentra Alexander.

-Lo siento, pero tenia que avisarle a Andreu que no podria verlo hoy.

Por primera vez desde que me dio un susto parece interesado en mirarme.

-Pense que acordamos que lo mantendrias alejado.

Le regalo un sonrisa infantil.

-Lo se, pero padre dijo que estaba bien si no causaba problemas.

-No me gusta.

-Que lastima, deja las lagrimas a un lado Alexander y comencemos.

Una sonrisa encantadora aparece en su horrible rostro.


-Veamos que tienes.

Sonrio con aires de grandesa, las artes marciales son lo mio.

- Te advierto que no podras...

En un segundo estoy siendo precionada contra las colchonetas y el cuerpo musculoso de Alex.

-Perdon ¿Decias algo?

-Quitate de enzima.

Se pone de pie y le tiendo mi mano para que me allude a levantarme, sus ojos se encuentran con los mios por varios segundos luegó su mano toma la mia causando una reaccion extraña sus ojos se abren y suelta mi mano de inmediato causando que caiga de nuevo en las colchonetas en mi trasero.

Alexander no pudo evitar reírse de mi, que sorpresa.

-Eres un idiota.

-Ponte de pie princesita que tenemos mucho en que trabajar, tu antiguo entrenador era un completo idiota.

-Callate, es el mejor.- Digo molesta defendiendo a Esteb.- Patearia tu trasero en menos de un segundo y nisiquiera te darías cuenta.

-Valla pensé que ya tenías un noviesito... ¿Ernesto? ¿Emilio?

Ruedo mis ojos.

-Esteb. -Lo corrijo.

-Esteb como sea, así que también estas enamorada de tu entrenador... Interesante.

Que chico tan más estúpido, si no fuera guapo sería un completo perdedor.
Esteb es mi entrenador pero Alex no tiene por que saberlo.

-Que puedo decir, me encantan los chicos.- Hago una pausa.- No lose... quizá yo y tu amiguita seamos grandes amigas.

-Comencemos.- Dice apretando la mandíbula.

¡Yeii! Ariadna 1,Alexander 0

Dos horas y cinco litros de sudor mas tarde Alexander se apiada de mi y da por terminado el entrenamiento.

-Bien hecho princesa, espero que ninguna de tus uñas esten rotas.

Ruedo mis ojos en su direccion.

-No me llames asi, y mis uñas estan bien gracias.

-Necesitas una ducha urgente apestas como el demonio.

No puedo evitarlo y suelto una risita.
Me giro y lo encuentro mirandome entretenidamente causando un estremecimiento dentro de mi adolorido cuerpo.

-No creo poder tomar una ducha, no se si sere capas de llegar a mi cama.

Me sonrie, esta vez fue una sonrisa diferente, un sonrisa tierna que no pude dejar de debolverla.

Este chico cada vez sonríe más, yo pensaba que no sonreía en absoluto, quizá no sea un idiota después de todo.

-Ya lo tengo.- Arrebata mi bolso.- Vamos a casa.

-Oh no, a casa no, ya me mude al departamento.

Me mira con ternura.

-Casa.- Susurra.

Lo dejo pasar, no se que pensar de esta etapa de Alexander, primero es un idiota con migo y ahora se muestra agradable, este chico me volverá loca, pero de alguna manera me gusta tenerlo cerca...

-¿Mencione que apestas como un vago?-Dice alejandoce lo mas posible de mi.

Retiro lo anterior, no quiero tenerlo cerca, lo bueno que ahora vivire en mi departamento y no tendre que encontrarmelo en casa de mi padre.

-Por sierto, tome la habitacion al lado de la tuya.

Me detengo en medio camino y lo miro con mis ojos abiertos de par en par, su sonrisa egocentrica regresa y me guiña un ojo mientras entra en su camioneta.

[...]

El idiota es mi guardaespaldas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora