Capítulo 17: Un par de idiotas

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Esa mañana, Chanyeol no dejó salir a Baekhyun del dormitorio. Probando todo tipo de posturas incómodas y sin embargo, muy estimulantes, ya sea en la cama, contra la pared o de pie en medio de la habitación.

No fue hasta que Park Ho Jin pidió verle, que finalmente dejó al exhausto y satisfecho Baekhyun y se marchó desanimado a atender los negocios familiares.

Baekhyun observó la hora en su celular y suspiró frotándose las caderas adoloridas. Debía visitar a su tío Byun Jisub y tratar de hacer las pases con él. Deslizó la pantalla buscando entre los pocos contactos el nombre de Byun Jisub y al encontrarlo, le escribió un mensaje informándole que iría a visitarlo dentro de un par de horas.

“¿Debería llevar un regalo?”

Antes, Ye Ji y Mark le habían intentado regalar un auto como disculpa.

¿Debería hacer lo mismo? Negó luego de pensarlo mejor. De cualquier manera, lo había rechazado. Ellos podrían hacer lo mismo con él. Si iba a disculparse, con su sola presencia y sinceridad bastaría. O al menos, eso deseaba pensar.

Habiéndose arreglado y colocado un atuendo cómodo, salio de la habitación y saludó a los dos hombres en el pasillo.

— Jongin, Kyung-soo —dijo—. Hoy voy a visitar a mi tío. ¿Conocen la dirección?

Jongin asintió en silencio y comenzó a caminar detrás de Baekhyun mientras Kyung-soo los seguía a distancia.

Cuando salieron de la mansión, Jongin se marchó a buscar el auto, dejando a los dos hombres solos. Baekhyun aprovechó esto y se acercó a Soo.

—¿Por qué actúas de esta forma tan idiota? —dijo pateando la pierna de Kyung-soo—. Los dejé solos en el bar en un ambiente perfecto para que te confesaras. ¿Qué pasó? Desechando mi buena acción de esa forma...

Kyung-soo no se inmutó ante el golpe de Baekhyun, fue demasiado débil como para sentir tal insignificancia. Mirando hacia un lado, comenzó a jugar torpemente con sus dedos.

—Furen no lo entiende.

—¡Tienes razón! No lo hago —cruzó los brazos observando hacia Jongin que se acercaba con un auto deportivo. Necesitaba más tiempo—¡Ese no! Mejor conduzcamos otro auto hoy.

Gritó lo más fuerte que pudo. Jongin escuchó esa orden y tornó los ojos.

“Si solo quieres cotillear, dímelo. No necesito más trabajo.”

Observando como Jongin retrocedía, Baek regresó su atención a Kyung-soo.

—No comprendo, así que explícate. Está claro que le gustas también.

Kyung-soo negó con fuerza.

—¿Cómo podría? Él es un hombre recto, muy popular entre las mujeres. Es imposible que note atractivo a un hombre tan masculino como yo, si solo fuese como Byun Furen...

Las manos de Baekhyun picaban. Quería golpear al gran cabezota junto a él.

—¿Ser como yo? Admito que este rostro es un tanto femenino, pero eso no tiene nada que ver. Jongin prácticamente te devora con la vista cada vez que te giras, ¿cómo haría eso un hombre recto? ¡Lo has doblado! La próxima vez deberías fijarte como sus pantalones se estiran cuando...

—¡Furen!

—Lo que sea. Deja de ser tan indeciso. Te estás perdiendo un buen partido debido a ello —dijo señalando a Jongin. El hombre había cambiado de auto y ahora miraba aburrido la interacción de ambos, esperando que terminasen de hablar.

Determinado a darle un empujón a su relación, Baekhyun se acercó varios
centímetros a Kyung-soo y con un brazo rodeó su cintura.

“Esto debería agitar a Jongin y hacerlo dar el primer paso.”

Debido a la diferencia de complexiones, Baekhyun parecía un niño pequeño abrazando a su padre, pero aún así esto provocó a Jongin, quien aceleró hacia ellos.

—¿Ves? Puedo ver el humo salir de sus orejas —comenzó a reír mientras que Kyung-soo ocultó su rostro avergonzado.

“¡Furen! Si su esposo se entera de esto, moriremos ambos.”

Baekhyun pareció escuchar su pensamiento, así que se alejó de Kyung-soo y sonrió llevando un dedo sobre sus labios.

—No tienes permitido contarle esto a mi marido, ¿entendido?

Soo solo pudo asentir, no quería ser asesinado por el jefe. Tragó fuerte cuando vio la expresión molesta de Jongin y se estremeció. Al parecer, tendría problemas con el hombre frente a ellos una vez Baek se marchase.

Con un fuerte toque a la bocina del auto, Jongin interrumpió los pensamientos de ambos hombres y les pidió que entraran. Baekhyun, observando al indeciso de Soo, lo
arrastró al coche oscuro bajo la fría mirada de Jongin. Tal vez debería dejar de hacer tales acciones, si su esposo se enteraba...¿recibiría un nuevo castigo? Con un breve dolor recorriendo su cuerpo, sus caderas se quejaron y Baekhyun tuvo que dejar a un lado sus nuevas ideas para provocar a Chanyeol. Ya tendría tiempo cuando cobrase su
recompensa.

Una vez sentado en el asiento de pasajero, Baek le guiñó un ojo a Jongin y apuntó al nervioso Kyung-soo. Jongin gruñó en respuesta y puso en marcha el auto.

“No tenías que tocarlo para hacer que me encargue de él pronto.” Pensó
malhumorado. Su irritación disminuyó al pensar en el mensaje enviado a su jefe, él ya se haría cargo de su querida esposa cuando regresara de ver a la familia Byun.

Satisfecho consigo mismo, se concentró en la carretera frente a él, robando miradas constantemente a Kyung-soo a su lado sin darse cuenta de que este hacía lo mismo.

“Par de idiotas.” Pensó Baek.

Observando fuera de la ventanilla polarizada, Baekhyun grabó en su mente el recorrido que debía dar para llegar a la casa de su familia. Luego de media hora de viaje, el auto entró a una zona privada y recorrió varios kilómetros donde solo existían dos mansiones, cada una alejada de la otra por grandes parcelas de tierras llenas de árboles.

Cuando finalmente llegaron a su destino, el portón de la entrada se abrió automáticamente cuando el auto se acercó y Jongin se detuvo frente a un hermoso edificio de tres pisos. Admirando la moderna y colosal estructura, Baekhyun se quedó
embobado hasta que finalmente se recompuso y bajó del coche seguido de Jongin y Kyung-soo.

Cuando llegó frente a la entrada, un hombre mayor vestido de mayordomo abrió una gran puerta de cristal opaco sonriendo hacia Baekhyun y le dio la bienvenida.

—Segundo joven maestro, un gusto verlo otra vez —dijo haciendo una ligera reverencia—. El señor me ordenó que lo llevase directamente a su estudio. Por favor, sígame.

Baekhyun asintió en reconocimiento y dio dos pasos antes de detenerse y girarse a ver a los hombres que lo seguían.

—Ustedes pueden tomar un descanso. Los llamaré cuando termine...de cuatro a cinco horas —sonrió haciendo un gesto obsceno con su mano. La señal perfecta para
que Jongin agarrara a Kyung-soo de la muñeca para que no se escapase y con
rapidez, se despidió de Baekhyun mientras arrastraba al hombre torpe de vuelta al auto. Soo observó con ojos de cachorro al joven que lo miraba con una sonrisa maliciosa en el rostro.

—No tienes que agradecerme. Diviértanse mientras tanto —agitó su mano y fue al lado del hombre mayor que lo esperaba pacientemente a un lado de la escalera.

¡Esposo, tu esposa necesita un castigo! [Chanbaek] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora